Abril comenzó con la novedad de que la sequía retrocede en las llanuras pampeanas y en la región centro del país, además de que la guerra comercial entre China y Estados Unidos puede favorecer un tanto a la soja argentina.
Respecto de la sequía que tuvo a maltraer a los productores y afectó a los granos gruesos en su momento crítico de llenado, ésta comenzó a retirarse con las últimas precipitaciones.
Para los agropecuarios, el clima trabaja a destiempo porque si bien el agua que llegó permitiría, si alcanza los 150 milímetros, que se siembren más de cinco millones de hectáreas de trigo 2018- 2019, silenció el ruido de las cosechadoras que a todo vapor avanzaban en la Región Núcleo.
En el caso de la soja de primera, llegó a ser la cosecha más adelantada de los últimos cinco años y el precio local tocó los 6.300 pesos la tonelada.
Así lo indicó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ya que al momento de empezar las últimas lluvias, la soja de primera (falta la de segunda implantación) estaba recolectada en un 75 por ciento y en maíz, el 88% de las siembras tempranas (también falta el cereal tardío), en la mayor zona productiva del país.
Los rendimientos también mejoraron en promedio, la soja se estableció en los 3200 kilos por hectárea; el maíz se posicionó en un nivel de 9.000 kilos.
Para los agropecuarios, el clima trabaja a destiempo porque si bien el agua que llegó permitiría, si alcanza los 150 milímetros, que se siembren más de cinco millones de hectáreas de trigo 2018- 2019, silenció el ruido de las cosechadoras que a todo vapor avanzaban en la Región Núcleo.
“Se producirá una interesante oferta de agua en la Zona Núcleo. Puede ser determinante para las recargas de humedad edáfica (suelos) de cara a la próxima campaña de trigo”, reveló José Luis Aiello, especialista en ciencias atmosféricas, asesor de GEA y también señaló que el fenómeno climático que trababa las precipitaciones ya se deshizo.
No obstante, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires volvió a disminuir sus previsiones de producción de soja 2017-2018 y las ubicó en 38 millones de toneladas, 1.5 millón menos que su estimación anterior.
La soja ante una oportunidad
La abrupta caída de la producción de soja argentina, en más de un 30 por ciento respecto de la cosecha del año pasado, por la sequía, llega en el momento (también a destiempo) en que puede tener una oportunidad más de comercializarse al exterior debido a la guerra comercial desatada entre China y Estados Unidos. El gigante asiático amenazó al país que conduce Donald Trump con establecer aranceles a la importación de unos 150 productos de EE.UU. en el orden del 25% y allí incluyó a la soja.
China es el mayor importador de poroto de soja
El país asiático participa con el 60% de las compras mundiales de la oleaginosa que, para la campaña 2017-2018, representará una absorción de casi 100 millones de toneladas ya que esta nación quiere fortalecer su industria procesadora y necesita materia prima.
En general, China importa casi el 50% de poroto desde Brasil, alrededor de un 40% desde Estados Unidos y el 10% restante desde otros países, mayormente Argentina seguida de Paraguay.
Ocurre que China es el destino del 60% de las exportaciones totales de soja de Estados Unidos, que para la campaña 2017-2018, representa un volumen total de 37 millones de toneladas.
Nuestro país destina la mayor parte de la soja a la molienda para la fabricación de aceite y harina de la oleaginosa y lidera en las exportaciones de estos productos a nivel mundial.
Además incluso si todo el saldo exportable de poroto de soja sudamericano se destinase a China, los despachos combinados de Argentina y Brasil no alcanzarían a cubrir las necesidades de compra de esta nación.
Puede parecer evidente que sería Brasil, según la BCR, el principal ganador en lo que se refiere a cuota de mercado del comercio de la soja en grano, pero también podría suceder que China opte por sustituir parte de la importación de poroto por el subproducto terminado; es decir, importar menos poroto y más harina y aceite.
En este último caso, nuestro país, como principal exportador mundial de ambos bienes, podría ver mejorar sus colocaciones.
Para los especialistas de la BCR, Patricia Bergero y Blas Rozadill, Sudamérica es un procesador exportador líder del complejo soja.
Con la capacidad para procesar más de 133 millones de toneladas de soja, Sudamérica industrializa en forma efectiva el 32%, es decir 93,2 millones de toneladas, del crushing mundial; China 32% y por encima del 18%, EE.UU.
En tanto, el perfil exportador de la región se debe a que 75% del comercio mundial de aceite y de harina de soja es de origen sudamericano.
“La Argentina lidera el modelo de industria de gran escala, moderna y eficiente, que procesa en origen y coloca los productos en la arena internacional”, sostuvieron los economistas por lo que Argentina está abierta a lo que pueda pasar entre China y USA.
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