Aborto: ante una elección forzada

De esa naturaleza es la delicada situación en la que se encuentra una mujer que frente a un embarazo no buscado, deberá elegir qué hacer. Saldrá de esa disyuntiva modificada, distinta. Es una situación que la interpela y pone en primer plano a su cuerpo: le dejará marcas subjetivas. Estas no pueden generalizarse, ya que su significación es singular.
La decisión de abortar es lo que en el psicoanálisis de la orientación lacaniana llamamos “elección forzada”. El forzamiento esta vez no es aplicado por el Otro, sino por la naturaleza de la contingencia a la que nos referimos. Frente al embarazo impensado (no buscado, puede ser no deseado ….o no), ella está forzada a elegir, y el camino que tome conlleva siempre una pérdida.
Su modo de acoger al embarazo inesperado estará determinado por sus deseos, su realidad efectiva, sus recursos subjetivo-socio-familiares, sus lazos. El forzamiento está dado porque no le queda otro remedio que elegir y el ejercicio de la libertad, es estrecho - pero esencial- y sobredeterminado. Es una decisión íntima, personalísima y que la atraviesa. Las mujeres conocen esa soledad El Otro social no debe redoblar esa soledad dejándola plantada.
En ese punto crucial, ella se encuentra entre la mujer y la madre. Puede elegir rechazar ser madre, decisión que podrá reformular en otro momento de su vida. Este nudo del debate se cubre con todo tipo de declaraciones y argumentos….porque angustia.
El Estado Argentino debe garantizar que las mujeres que lo requieran puedan acceder al aborto legal y gratuitamente. Porque hay cientos de ellas, jóvenes y pobres - ya que muchas mujeres con recursos económicos tienen acceso a abortos también clandestinos pero cuidados desde el punto de vista sanitario- que mueren por las prácticas realizadas sin apoyo médico.
Ninguna mujer va a sentirse más motivada a abortar por la existencia de una ley como esta. Cualquier mujer conoce la decisión profundamente comprometida que implica.
La ley propuesta contempla que los profesionales que se encuentren contra esta posición pueden objetar su intervención.
Aquellos sujetos creyentes que consideran que deben cuidar la vida del feto desde la concepción deben reconocer que la vida de la mujer también es un valor que se nos escapa, en todos estos casos en que -sin amparo legal- ellas se ven empujadas a recursos clandestinos e inseguros. ¿A quién desean Uds. cuidar? ¿Desean evitar una muerte?
A los señores legisladores: la República Argentina merece este debate. Y merece una ley por el aborto legal y gratuito. No olviden que los ciudadanos comprenden de qué se trata: un paso a favor de la equidad, a la igualdad de oportunidades, pero mejor aún a mejorar la salud psicofísica de miles, millones de mujeres. Los ciudadanos entienden la diferencia entre lo que es legal y lo que es obligatorio, entre lo que es divino y lo que es humano. Muchos legisladores íntimamente apoyan una ley como ésta. Sabemos que hay muchos, muchos legisladores y legisladoras que apoyarían una ley a favor del aborto legal y gratuito, pero que tal vez están frente a un forzamiento (falso esta vez): el de las encuestas de opinión, el de las órdenes de sus jefes partidarios, el del oportunismo.
La ocasión puede ser esta: hay excelentes profesionales dispuestos a trabajar por el aborto legal en los hospitales. Hay educadores que tropiezan y que enfrentan las historias de muchachas que corren enormes riesgos por las prácticas clandestinas, que abandonan sus estudios, sus trabajos, cuando no la vida. Hay muchas mujeres que van a pasar por este trance, no importa qué encuestas lean los políticos.
Nos debemos un debate nacional. A mi criterio, una porción importante de formadores de opinión, de profesionales, de líderes sociales y políticos deben consentir a argumentar en el mismo dejando caer las máscaras de la hipocresía.

(*) Psicoanalista.

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