Buena parte de la dirigencia oficialista admite que se está transitando un tramo del año complicado. La inflación se muestra sensiblemente alta y se espera, en el mejor de los casos, que se mantenga en niveles en torno del 2 por ciento hasta abril, cuando termine de impactar el aumento de la tarifa del gas.
Son tiempos difíciles para insistir con que al término de 2018 el alza del costo de vida se moverá en torno del número mágico del 15 por ciento recalculado por el equipo económico nacional. Mucho más aún porque el primer cuatrimestre del año habrá consumido prácticamente la mitad de esa meta oficial.
Tanto en la Nación como en la Provincia esperan que la inflación empiece a ceder y que se desplome a alrededor del 1 por ciento por mes desde mayo hasta diciembre. El pronóstico se parece mucho a una expresión de deseos: la mayoría de las consultoras ya hablan de que al fin de año ese 15 se parecerá más a un 20 e incluso un poquito más.
El aumento de la cotización del dólar impactó sobre los precios. La nueva etapa fuerte de ajustes tarifarios también hizo lo suyo. El combo precipitó un malestar de diversos sectores de la población que se verificó en la caída de la imagen presidencial que se inició en diciembre en medio de la polémica por la reforma previsional, pero que diversos analistas aseguran que se frenó.
En Cambiemos dicen que se está transitando una etapa brava, pero se abrazan a por lo menos tres factores que les devuelve la sonrisa y les hace calmar los nervios.
En el oficialismo sacan cuentas y sostienen que las malas noticias cesarán hacia junio. “Y a partir de allí tendremos un poco más de un año para reencontrarnos con el electorado”, señalan.
Otros dos factores remiten a cuestiones ajenas. Concretamente, a los avatares del peronismo. La falta de un candidato presidencial indiscutido - se acaba de lanzar el cordobés José Manuel De la Sota y algunos gobernadores como la fueguina Rosana Bertone empujan a Juan Manuel Urtubey-, supone una ventaja para el oficialismo. Tanto o más como la decisión de varios mandatarios del PJ de adelantar las elecciones en sus provincias para garantizar el territorio, en una movida que podría dejar librado a su suerte al postulante que surja de una eventual Primaria opositora.
“Nosotros en cambio haremos todo lo contrario. Las elecciones en la Provincia, Capital Federal y la Nación serán el mismo día”, señalan en el macrismo. El efecto arrastre de dos de los principales distritos del país para el postulante presidencial propio, quedaría garantizado.
Dureza oficial
En ese escenario se desarrolla la paritaria docente. María Eugenia Vidal está plantada en una oferta del 15 por ciento en tres cuotas a la que añadió un plus de 6 mil pesos por Presentismo y otro de 3 mil pesos por capacitación.
Ese 15 por ciento surge inamovible. La imposición nacional para que la Provincia no se salga de esa pauta se hace cada vez más inflexible a medida de que buena parte de los gremios privados y algunos estatales están acordando por esa cifra.
El gobierno de Macri no quiere alimentar expectativas inflacionarias. Y en ese plan, el 15 por ciento es casi religión. Los docentes preparan alguna medida de fuerza para después de Semana Santa. Siguen rechazando de plano el aumento propuesto por la Provincia, pero al mismo tiempo se les va acotando el margen de maniobra frente un ciclo lectivo salarial que se mantiene inconclusa.
La Provincia está decidida a apelar a la dureza en la negociación con los maestros. Existenalgunas señales que no deberían pasarse por alto. Por caso, no se descarta que el gobierno, en caso de extenderse la negociación, disponga la liquidación del primer tramo del aumento del 5 por ciento retroactivo a enero.
Es una movida a dos puntas: ratificar su posición en la paritaria y, de paso, no castigar a miles de docentes que no se plegaron al paro por 48 horas que dispuso en el arranque de las clases el Frente de Unidad Gremial.
También seguirá con los descuentos para aquellos maestros que se plieguen a futuras huelgas.
Designación
Otra cuestión llamó la atención: en la Cámara de Diputados quedó a cargo de la comisión de Educación un “lilito” duro, Guillermo Castello, dicen, por expreso pedido del director de Escuelas, Gabriel Sánchez Zinny. Acaso, el anticipo de que pueden venirse debates legislativos fuertes sobre el tema.
Existen otros barullos en el horizonte oficial. Por estas horas circula la versión –diversas fuentes dicen que es auspiciada por el campo- sobre el supuesto alejamiento del ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquís.
Es cierto que el funcionario no ha logrado hacer buenas migas con las entidades rurales. Le achacan falta de diálogo con ellas. Pero también es real que el ambiente se tensó luego de que el gobierno de Vidal adoptara una decisión que lo excedió: el aumento del Impuesto Inmobiliario Rural.
La relación entre la Gobernadora y el campo no pasa por su mejor momento. Por estas horas se dice que Vidal estaría próxima a anunciar una nueva ley para que los dueños de las tierras afectadas por inclemencias climáticas puedan acceder con mayor rapidez a los beneficios de la emergencia. Habrá que ver si alcanza para limar las asperezas.
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