Evento cervecero

Posiblemente sea este uno de los casos en los que la realidad superó a la sobre-promesa planteada desde la difusión previa. Se trata del encuentro cervecero que disfrutamos el fin de semana pasado en uno de los boliches al aire libre de Av. Circunvalación. Sobre eso quiero hablarles hoy, una bocanada de aire fresco en medio de un verano agobiante. 
Desde fines de diciembre recibimos los estímulos, algunos videos que exhibían “alemanotes” disfrutando del chucrut y otras imágenes que poco tienen que ver con el estilo de estas tierras. Grandes castillos exhibidos desde un drone y otros detalles que nos alejaban de nuestro Junín y sus bellezas provincianas. 
Quiero en estos párrafos vincular dos conceptos que de forma creciente se proponen escindidos, por un lado la difusión y por otro la realidad. Hemos llegado a un punto en el que la relación entre ambos universos de un mismo objeto tiene pocos puntos de contacto. Ante esto, creo será importante recuperar la libertad de comunicar sin los condicionamientos estéticos que nos llevan a plantear una situación ideal. 
Celebro que finalmente todo salió muy bien y, claramente el mensaje con la fecha y lo que iba a suceder llegó a la gente. En presencia de una multitud movilizada por una variada oferta de cervezas, tragos y muchas cosas ricas para comer mientras sonaban algunas bandas locales. Hermoso fin de semana al aire libre y finalmente, tras la postergación, el clima acompañó para refrescarnos con los varietales cerveceros. 
Al margen de las comidas y bebidas, observé mucho cariño y dedicación. El planteo y disposición de los stands, algunos con gran desarrollo creativo, las luces, el sonido y un sin fin de detalles que alientan a una segunda edición. Ante esta situación encuentro que la materia prima más interesante para difundir el evento era justamente ese detrás de escena donde juninenses se “pelaron el lomo” al sol para armar semejante despliegue. La barrita del “Corna”, modelada con el frente de un escarabajo, la obra maestra del trailer-parrilla y las propuestas de food trucks que se sumaron al predio seguramente era, en suma, lo más interesante para mostrar. 
Posiblemente lo que destaco como herramienta marketinera no tenga el glamour de los videos que se utilizaron pero entiendo que la realidad debe superar a la tentación de las promesas enlatadas. En la mayoría de los casos noto que “la publicidad” supera a la propuesta pero en esta ocasión fue al revés, es decir el evento concreto fue ampliamente superior a lo que se comunicó en la previa y alienta a una segunda edición que ojalá tengamos en 2019. Felicitaciones muchachos.