El Cada año nacen en el mundo alrededor de 15 millones de niños de manera prematura, es decir, más de uno por cada 10 nacimientos.
Pese a que la prematurez es considerada la primera causa de mortalidad en niños menores de cinco años en el orden mundial, los bebés nacidos en estas condiciones pueden desarrollarse saludablemente y disminuir los riesgos asociados a un parto temprano si reciben la atención sanitaria necesaria al momento de llegar al mundo y durante el período postnatal.
Por eso, y para concientizar acerca de la importancia que tiene el hecho de que estos bebés y sus madres reciban los cuidados especiales necesarios, el 17 de noviembre se celebró el Día Mundial del Prematuro.
Durante esta jornada, diversas instituciones recordaron los derechos del Catálogo de Derechos del Prematuro.
Este año, el foco estuvo puesto en el derecho N°8 que asegura que "la familia de un recién nacido prematuro tiene pleno derecho a la información y a la participación en la toma de decisiones sobre su salud a lo largo de toda su atención neonatal y pediátrica".
Se llama "prematuro" al niño que llega al mundo de manera temprana, es decir, antes de haber cumplido las 37 semanas de gestación.
Por este motivo, se trata mayoritariamente de niños que necesitan cuidados especiales para garantizar su crecimiento de manera saludable y disminuir o evitar lesiones que afecten su salud y calidad de vida.
Algunas de las complicaciones que puede presentar un bebé nacido antes de lo previsto tienen que ver con su desarrollo cognitivo, neurológico y motor, al igual que problemas en la visión o en el sistema auditivo.
Marcos Bentos, Presidente de la Asociación Civil Red de Familias Prematuras, afirmó que "el rol de la familia resulta clave para el cuidado y sostén afectivo de los bebés prematuros, siendo fundamental para que se recupere más rápido y se acorten los días de internación".
"Es importante poder permanecer en la sala donde el bebé esté internado y así tener la posibilidad observar y conocer profundamente a su bebé. Esto puede ayudarlos a ser buenos monitores auxiliares de enfermería, ya que podrían reconocer mejor su llanto, detectar cambios en su color o su respiración", agregó Bentos.
A fin de evitar que tengan este tipo de complicaciones o para minimizar las secuelas, los recién nacidos deben permanecer un tiempo en el servicio de neonatología para recibir cuidados especiales.
Además, una vez dados de alta deberán realizarse controles rigurosos a medida que vayan creciendo.
Tanto los médicos como el equipo de enfermería deben informar a los padres en forma personalizada todo lo relacionado con el estado del niño, los tratamientos que recibe, sus progresos y dificultades.
Para que puedan acompañar mejor a su hijo prematuro, la información debe ser brindada en forma amplia y generosa, en un idioma claro y comprensible, brindando el tiempo necesario para aclarar las dudas, permitiendo que la familia reflexione y exprese sus propias emociones.
Por su parte, Fernanda Retes, directora de la Red de Enfermería por la Prevención, aseguró que "se debe tratar de involucrar a los padres lo antes posible en los cuidados que el bebé necesita, en la medida en que ellos quieran y puedan hacerlo".
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