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MARKETING APLICADO

Chito, El Rey

Decisiones comerciales.

Se mantiene estoico, firme en la decisión de no sumar papas fritas resistiendo al clamor popular que hace años reclama el maridaje perfecto para el lomito. Hoy quiero hablar de un caso local que supone el anti-marketing, un negocio que trasciende generaciones y encuentra su fortaleza en decisiones ortodoxas. 
Dentro de sus características principales podemos mencionar la compañía de un público fiel, que llega a la procesión completando la vereda de los sábados al mediodía, un rumbo claro, productos cuidados y la presencia familiar como soporte de servicio. Una marca registrada sobre una de las calles de mayor circulación de nuestra ciudad, se trata de la sandwichería de General Paz, donde Chito te recibe con calidez. 
En un mercado dinámico, muy permeable a la incorporación de nuevos competidores, él tiene su manual, decisiones que en apariencia pueden presentarse como debilidad. Me refiero a cierta reticencia a los cambios, un local que mantiene su ambientación desde el inicio y pocas variaciones que supo transformar en atributo. Una marca que no busca proyecciones o crecimientos desmedidos sino mantenerse en el tiempo, con prolijidad y dentro de un segmento puntual, y vaya si lo logró. 

¿Qué podría aportar el marketing? 
Entendiendo la decisión de mantenerse dentro de un rango de crecimiento controlado, encuentro un potencial enorme en la sandwichería de General Paz, un capital marcario que pasa de una generación a otra solo de padres a hijos quienes se suman a la cultura. En este sentido, en ningún caso detecto acciones dirigidas hacia los que actualmente no son clientes. El desarrollo de marca, nuevos productos, packaging y otras cuestiones podría generar mayor crecimiento, atraer más clientes y elevar las defensas frente a nuevos competidores. 
Al margen de lo expuesto, la toma de decisiones sobre la dirección de un comercio también forma parte de la actividad entendiendo al marketing como la administración de todas las variables que inciden en los negocios. El punto es que, así como en otras ediciones de esta columna destacamos locales históricos, señalar la continuidad y vigencia de Chito es una forma de palmear sus espaldas, esas que sostienen decisiones ortodoxas y en algunos casos cuestionadas. Acaso él no lo sabe pero es una marca registrada, una huella en varias generaciones de juninenses que los sábados dicen: “Vamos a lo de Chito”.

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