Seis de cada diez juninenses que participaron de la encuesta semanal de Democracia, que se publica en el sitio de Internet www.diariodemocracia.com, reconocieron que su situación económica es mala.
En efecto, ante la pregunta “¿Cómo define su situación económica?”, el 64 por ciento (45 votos) respondió que es “mala”, mientras que en la vereda opuesta el 36 por ciento (25 votos) contestó que es “buena”. En total participaron del sondeo virtual de este diario 70 lectores.
En el país
El 53,7% de los argentinos consideró como "buena" su situación económica personal, mostrando una leve caída con respecto a mayo pasado, cuando tenía esa opinión el 52,3 por ciento de los consultados en una encuesta.
Sólo un 2,7 por ciento de los encuestados en ese sondeo económico declaró que se encuentra en una situación "excelente".
Por otra parte, un 33,3% se contrapone afirmando que su situación es mala (viéndose disminuido este porcentaje respecto de mayo, cuando resultó 35,6); en la anterior ocasión un 9,9% de la indagación indicó que su situación era muy mala, en agosto fue del 8,8%.
"Finalmente, un 2,7% declaró que se encuentra en una situación excelente", expresó el Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (CECREDA) que publicó el análisis de la Encuesta de Expectativas Económicas, correspondiente al mes de agosto del 2017.
En ese relevamiento, se consultó a los argentinos sobre su situación económica tanto actual como comparada a la vivida en el 2016, a su vez, se sondearon las expectativas a futuro.
Por otra parte, se indagó respecto de la capacidad de ahorro y el consumo, si éste varió con la situación económica y qué clase de bienes se dejaron de adquirir.
Si bien las respuestas indicaron, en comparación a la encuesta de mayo del mismo año 2017, un mejoramiento en la calidad de vida de los argentinos, aún hay números que llaman la atención.
En comparación a agosto del 2016, el 44,1 % de la muestra considera que su situación económica actual es peor; en mayo del 2017, esta afirmación era dada por el 47,5% de los encuestados.
Por otra parte, el 36 % considera que su realidad cotidiana es igual a la del 2016; esta opción, en comparación a febrero, se ha visto disminuida un 3,2%.
En esta ocasión, el 19,9% asegura que su situación económica ha mejorado entre agosto del 2016 y el mismo mes del 2017; mientras que, en mayo, sólo un 13,1% respondía de esta forma. Presentando un salto respecto de la encuesta del mes de mayo, un 38% considera que su situación económica será mejor (hubo un incremento del 22%, ya que en mayo tan sólo un 31% presentó expectativas positivas para el futuro).
Mientras tanto, un 33,1% considera que su situación se mantendrá en las mismas condiciones (en el pasado respondieron 31%).
Un 24,5% tiene expectativas negativas para su próximo año, viéndose disminuida drásticamente esta opción, ya que en mayo un 38% de los encuestados respondieron de esta forma.
Por otra parte, llama la atención que el 78,9% de los encuestados afirmó que la situación económica impactó en su consumo diario, mientras que un 20,1% no vio modificado su gasto.
Un 1% respondió que no sabe y/o no contesta. El 55,2% de aquéllos que modificaron su consumo a partir de la situación económica, afirmaron que comenzaron a comprar segundas marcas o dejaron de adquirir ciertos tipos de alimentos.
Por otra parte, el 71,2% afirma que dejó de consumir indumentaria; a su vez, el 50,9% no adquiere electrodomésticos o bienes de línea blanca.
Mayoritariamente, con un 79,1% de respuestas, la muestra demostró que ha dejado de gastar su capital en recreación y entretenimiento; el 62,9% afirma que ha debido reducir su consumo en vacaciones.
A su vez, se observa que el encuestado en cuanto peor ha definido su situación económica, más ha modificado su forma de consumo.
Las personas, principalmente, dejan de consumir en indumentaria y recreación.
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