El debate empieza a instalarse entre políticos, sindicalistas y empresarios. Por ahora se alimenta de rumores, conjeturas y teorías conspirativas, pero desde hace unos días que no se habla de otra cosa. La reciente detención del ex vicepresidente Amado Boudou, que sacudió al país, y la anterior de Julio de Vido, también impactante, siembran dudas sobre el futuro judicial de Cristina Kirchner.
Claro que esas dudas no erigen en el aire, sino que se basan en las diversas causas que tienen a la ex presidenta como sujeto de investigación, algunas de las cuales tienen puntos de contacto con otros expedientes judiciales que ya pusieron tras las rejas a funcionarios del Gobierno anterior. “Con ella no se van a animar”, repiten como un mantra dirigentes que abrevan en el kirchnerismo.
Sin embargo, la incertidumbre se hace cada vez más pesada para la ex mandataria y su familia. A tal punto, que en círculos políticos estiman que en un futuro no muy lejano, será Máximo Kirchner quien correrá más peligro de ser privado de los fueros parlamentarios de los que goza por ser diputado nacional, que su propia madre. El jefe de La Cámpora está en la mira del propio PJ.
El vacío a De Vido
En esa estructura partidaria no faltan quienes le reprochan el vacío que los diputados del FpV-PJ le hicieron a De Vido al no bajar al recinto para defenderlo en la sesión en la que el exministro de Planificación fue desaforado. El airado cuestionamiento del ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández apuntaría en esa dirección y también en la de los gobernadores del PJ que miran para otro lado.
Algo de cierto hay: Juan Schiaretti, el gobernador de Córdoba que en junio de 2011 estuvo en el acto donde Cristina Kirchner nombró a Boudou como su compañero de fórmula, viajará esta misma noche rumbo a Nueva York en la delegación que acompañará al presidente Mauricio Macri. Mientras que el PJ bonaerense parece más interesado en tomar fotografías de “renovación”.
A su vez, en el peronismo se preguntan por qué motivos deberían defender a Boudou.
Afirman que la irrupción del ex vicepresidente en la primera división de la política vernácula fue por obra de la voluntad de Cristina Kirchner, quien por cierto no lo consultó con nadie. Así que ahora nadie amaga siquiera a poner las manos en el fuego por el ex vice. Tampoco la jefa lo hizo por De Vido.
De hecho, el otrora superministro se lo echó en cara en una carta que escribió en el penal de Ezeiza, el mismo que ahora aloja a Boudou.
La ex presidenta atinó a emitir un comunicado de la Unidad Ciudadana en el que advirtió que “la democracia está en riesgo” por una supuesta persecución orquestada por el Gobierno y algunos jueces para desarticular a la oposición.
“No faltan quienes le reprochan a los diputados del FPV-PJ el vacío que le hicieron a De Vido”
La doctrina Irurzun
En la misma línea, tras la detención de Boudou el kirhcnerismo se concentró en cuestionar la presunta ilegalidad de la orden del juez Ariel Lijo. Pero hace rato que en los tribunales de Comodoro Py -sede de la Justicia federal porteña- se están guiando por la “doctrina Irurzun”, que se asienta sobre pronunciamientos que endurecen el tratamiento a los acusados de corrupción.
El juez Martín Irurzun es el presidente de la Cámara Federal y quien viene sugiriendo, en distintos fallos, que se unifiquen las causas judiciales en las que se investiga a Cristina Kirchner, por considerar que existe una misma matriz vinculada a la corrupción con la obra pública.
En ese marco se inscribió la detención de Lázaro Báez y sería posible esperar la de Cristóbal López.
El empresario está tratando de desprenderse de algunos de sus bienes –el canal de TV C5N y la compañía Oil por caso-, mientras se especula con la posibilidad de que en la Argentina se inicie un “lavajato” a la brasileña que implique a hombres de negocios que tuvieron aceitados contactos con el kirchnerismo.
Una de las interesadas en que eso suceda sería la diputada y gran ganadora de la reciente elección porteña, Elisa Carrió.
La jefa de la Coalición Cívica siempre va un paso más allá que el Gobierno en la lucha contra la corrupción. Si a la Casa Rosada no parece interesarle demasiado que se destape la olla de la obra pública, por los contactos históricos del macrismo con este sector del empresariado, a Carrió eso no la detiene, por más que en la reciente campaña electoral se disciplinó a la estrategia PRO.
“Lilita”, que alguna vez admitió que le gustaría ser procuradora de la Nación, tendría al fiscal José María Campagnoli como su favorito para ocupar el cargo que acaba de dejar vacante la renuncia de Alejandra Gils Carbó. Pero en las carpetas oficiales hay otra decena de postulantes, algunos acercados por la UCR. No obstante, el Gobierno demoraría la nominación hasta enero próximo.
El pliego del procurador
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y las principales espadas legislativas de Cambiemos no quieren que el PJ utilice el pliego del procurador como un elemento de negociación cuando se discuta el paquete de leyes económicas que será tratado en el Congreso en estos dos meses. Esto es, que el PJ no haga demandas –como la caída del Fondo del Conurbano- para votar al nuevo procurador.
Se trata de una alternativa que manejan los gobernadores del PJ para evitar la pérdida de recursos que supondría un fallo de la Corte a favor de la provincia de Buenos Aires. Por su lado, María Eugenia Vidal ya viene manteniendo conversaciones al respecto con los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Nicolás Dujovne (Hacienda), con quienes articularía el desembolso llegado el caso.
En este contexto, el Gobierno buscará que se apruebe el Presupuesto 2018, la reforma impositiva que acaba de lanzar Dujovne –que levantó críticas en provincias como Mendoza, San Juan y Tierra del Fuego- y también las modificaciones a la Ley de Contrato del Trabajo que negocia con la CGT el ministro Jorge Triaca. Una agenda por demás ambiciosa que planteó Macri en su discurso del CCK.
La lógica política del Presidente –y también su visión económica- no pueden ser analizados bajo el imperio conceptual que predominó en la era kirchnerista. Desde ese lugar, seguramente no será comprendido nunca, porque su forma de razonar y de ejecutar la gestión transita por un andarivel diferente. Tampoco sirve encasillar a Macri como una reencarnación del neoliberalismo de los ´90.
“La forma de conducir del Presidente fue subestimada en el pasado, pero esa imagen no se corresponde con la realidad”
Proyecto gobernador
Un ejemplo: el nombramiento del titular de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, como ministro de Agroindustria no obedece sólo a motivos económicos, sino también a la posibilidad de proyectarlo como candidato de Cambiemos a la Gobernación de Entre Ríos en 2019. El propio Macri es un espejo para los empresarios que superan las prevenciones que despierta su origen.
La forma de conducir la política que tiene el Presidente fue subestimada en el pasado, pero esa imagen no se corresponde con la realidad.
Si el peronismo incurriera en ese error, algo que resulta probable por lo visto hasta ahora, le aguardan años como actor de reparto del poder central. Y hasta correría el serio riesgo de diluirse, como le sucedió al radicalismo tras la crisis de 2001.
Proyecto que va en serio
Sólo un puñado de sindicalistas y de gobernadores del PJ parecen haber caído en la cuenta de que el proyecto macrista va en serio. Son los gremialistas que ya negocian con el Gobierno la reforma laboral –que será motivo de una ardua discusión- y los mandatarios que saben que sus provincias necesitan de los fondos federales como el aire para respirar. El resto opondrá férrea resistencia.
Tanto, que se aguarda un mes de diciembre por demás complicado, fiel a la tradición argentina. El clima de agitación que se plasmará en las calles no tendría solamente por objeto presionar para frustrar las reformas que impulsa el Gobierno nacional, sino también levantar la guardia frente a la eventualidad de que Boudou sea el anteúltimo detenido en línea jerárquica del kirchnerismo.
Teléfono para Hugo Moyano
Entre la dirigencia sindical llamó poderosamente la atención en los últimos días la reaparición mediática de Omar “Caballo” Suárez, quien en una entrevista televisiva desde la cárcel identificó a Hugo Moyano como “el responsable” de que él estuviera preso en Marcos Paz. El ruido que generó esa declaración –no inocente por cierto- se sumó a cierto malestar del triunvirato de la CGT con el hijo mayor del jefe camionero, Pablo, a quien en la sede de la calle Azopardo acusan de poco dúctil para llevar a buen puerto cualquier negociación. Así que el apellido Moyano no estuvo esta semana solamente en boca del ahora barbado “Caballo” Suárez.
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