PANORAMA PROVINCIAL

Los retazos que busca zurcir Cambiemos para lograr la aprobación del Presupuesto

El oficialismo trabaja por estas horas en varios frentes. Con el mismo objetivo, escarba en las debilidades del PJ acrecentadas luego del resultado electoral en busca de la mayoría parlamentaria que requiere para sancionar el Presupuesto 2018.
Se trata de una tarea ardua. La atomización del peronismo demanda de acciones diversas y contactos con tantos interlocutores como voluntades necesarias para coronar el fin último de otorgarle a María Eugenia Vidal esa iniciativa clave de gestión antes del recambio legislativo del 10 de diciembre.
Cambiemos opera, aún con el estado de crisis post electoral en que está sumido el peronismo, en terreno incierto. Hará un intento esta semana por aprobar el proyecto en la Cámara baja, pero la falta de certezas convierte a la movida más en un tanteo que en una embestida con destino de final cantado.
Los dos tercios de los votos que necesita el oficialismo en Diputados deben salir de varias canastas. Las principales son aquellas que reportan a Sergio Massa y las diversas vertientes del  peronismo territorial y el kirchnerismo. Distintas expresiones “sueltas”, escisiones recientes y el GEN de Margarita Stolbizer, completan el combo.
La propia Vidal ha puesto manos a la obra. Hace algunas horas se reunió con Sergio Massa en busca de acordar, acaso, el último gran favor del Frente Renovador con el formato que todavía se lo conoce, antes de que se sumerja a la turbulentas aguas que lo conduzcan en camino de retorno al peronismo.

Aporte massista
El tigrense se habría mostrado dispuesto, una vez más, a que su tropa aporte manos y número. Massa dejará de ser el socio privilegiado de Cambiemos a partir del recambio legislativo, el garante casi exclusivo de la gobernabilidad que le acarreó poder contar con cargos y estructura política hasta el momento.
El resultado electoral terminará por dejarlo en un rol secundario. A partir de diciembre perderá influencia en la Legislatura y sus bloques quedarán fuertemente debilitados. Pero ahora, los votos de su tropa vuelven a ser decisivos.
Massa conserva ese poder de fuego. Se comenta, por caso, que los diputados massistas aún no estarían garantizando acompañar al oficialismo con la sanción del Presupuesto y la ley Impositiva. “Falta cocción”, dicen en el oficialismo para describir que, si bien el diálogo está abierto, restan pulir algunas cuestiones.
Creen en Cambiemos que la sangre no llegará al río. “Sergio se arriesga a que hagamos una carnicería en su bloque”, se envalentonan. El poder suele tener a mano herramientas para conseguir voluntades que faltan.
La actitud del massismo genera no obstante cierta desconfianza. El gobierno provincial no logró convencerlo de que apoyara la sanción de la ley de ART que tanto le viene reclamando Mauricio Macri a Vidal y que sigue varada en el Senado.
Massa se resiste a apoyar esa iniciativa oficial que obligará, por caso, que los trabajadores deban someterse a una junta médica obligatoria antes de iniciar cualquier juicio laboral.
El bloque oficial en la Cámara alta trabajó sobre cuatro ex massistas que se fueron del Frente Renovador apenas conocido el resultado en las urnas. 
Creían haberlos convencido pero al momento de la verdad, tampoco apoyaron el proyecto de adhesión a la ley nacional de ART.
La cuestión tiene otras aristas.
Sobre esos cuatro senadores operaron diversos sectores sindicales que se oponen a esa normativa. Uno de ellos fue Suteba, el gremio docente que lidera Roberto Baradel, uno de los sindicalistas que exhibe posiciones más duras con Vidal.
Baradel ya se prepara para una nueva batalla con la Gobernadora. La paritaria docente que el gobierno bonaerense convocará para los próximos días no transitará por un lecho de rosas. Los maestros difícilmente acepten un esquema de aumento para el año próximo, como vienen sugiriendo algunos funcionarios, que sólo reconozca un porcentaje similar a la inflación.
Sobre las diversos sectores del peronismo existe un trabajo de pinzas. En lo institucional, hay que anotar el contacto entre el jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
El lomense forma parte de un grupo de alcaldes del Conurbano que reporta algunas terminales en la Legislatura y fue uno de los actores centrales que permitió a Cambiemos contar con Presupuesto en 2016 y este año.
Ese acuerdo es posible que se reedite. Los jefes comunales dialoguistas no quieren subirse a la estrategia de confrontación que ofrece el kirchnerismo y prefieren mantener una relación menos traumática con Vidal.

En las orillas k
Cambiemos opera también sobre diputados cercanos a La Cámpora. Habría al menos cuatro legisladores -algunos con poder territorial- que podrían acompañar al oficialismo en la cruzada por conseguir los dos tercios. “Nos dicen que sí, pero no sabemos al final qué van a hacer”. reconocen en el macrismo.
Alertados de esos contactos, sectores allegados a Máximo Kirchner están reclamando que cada legislador sea identificado a la hora de votar: una forma sutil de disciplinar la tropa o en todo caso exponer a quienes saquen los pies del plato.
Por lo pronto, en Cambiemos dicen correr con una ventaja módica: el bloque ultra K no contaría con José Ottavis, de viaje en el exterior.
En la suma de retazos que busca sumar el oficialismo para conseguir los dos tercios aparecen también los legisladores de Stolbizer, ex massistas y algunos diputados sueltos de origen peronista que terminan mandato y darán las hurras con un último apoyo a la Gobernadora.
El martes arranca el debate de la letra final del proyecto y allí se verá si hay disposición para introducir algunos cambios a los proyectos como vienen sugiriendo diversos legisladores.
También se verá hasta dónde llegará la embestida de las entidades del campo, que presionarán en procura de reducir el aumento del 40% que se proyecta sobre el impuesto Inmobiliario Rural.

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