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TRIBUNA DEL LECTOR

Todo tiempo pasado, ¿fue mejor?

Soy una ciudadana juninense embroncada, lo que hace que al momento de ponerme a escribir esta nota evoque un tiempo de votación no muy lejano, con pleno ejercicio de deberes y “derechos", observando con un dejo de amargura este tiempo presente donde nada o casi nada parece haber cambiado. Mi visita por única vez como usuaria al Hospital Abraham Piñeyro" (que supo ser en otras épocas orgullo para todos los juninenses) me hizo percibir de manera alarmante el nivel de deterioro, de suciedad y abandono que padece (mugre en los pisos, puertas ennegrecidas por la roña, perros donde se atienden los menores, paredes despintadas y mugrientas, ascensores y baños mohosos, sin limpieza, falta de insumos y tantas otras cosas que desde ya no suenan novedosas. Todo este escenario deprimente, aparte de llenarme de vergüenza “ajena" (porque tiene responsables) trajo a mi memoria la palabra “fraude” y pensé: no es necesario comprar votos, preparar las boletas de antemano o abarrotar autos de votantes para hacer efectiva esta palabra. Se comete fraude cuando se perpetra dolo, engaño consciente de tantas promesas de campaña incumplidas, discursos reiterativos y gastados que llevan al ciudadano común a pensar hasta el hartazgo que esta película ya fue vivida. Se comete fraude cuándo se miente, se engaña disfrazando de real todo aquello que pudiéndose hacer no se hace nada, mutilando el derecho natural de proceder como dicta la conciencia, de proceder como dictan las promesas hechas y las propias convicciones que los hacen ocupar los cargos y bancadas. 
Debemos repasar la historia democrática para darnos cuenta que todas las trampas comiciales durante cualquier gestión gubernativa dejan bien parada a una minoría acomodada en perjuicio de aquellos más necesitados que, sin rostro ni voz, molestan y no les interesan a nadie. Pongo de manifiesto todo esto porque me hace pensar en un gobierno provincial jactándose de cuanta obra pública es necesaria (quiero resaltar que en esta demanda no me refiero al personal médico ni equipo sanitario en general, cuya dedicación profesional destaco, sino a una estructura hospitalaria en total calamidad y deterioro). 
Es el estado ideal para transitar una gestión política (a quien le quepa el sayo que se lo ponga) como si nada y sin hacer nada. Se podría como argentino y con un modismo que ya nos es propio, no hacernos cargo de nada tirando el fardo de las responsabilidades para afuera, en aquellos puestos para lo cual se ha sido elegido justificando la inercia que se tiene con un argumento oportuno: que no hay recursos disponibles, que hay problemas gremiales dentro del establecimiento, que no existe una supervisión adecuada, que no se pone la pericia y la maestría necesaria para llevar adelante una gestión de este tipo. Para esto digo: los recursos se gestionan, la supervisión desde la jerarquía se construye, se ejerce y se efectúa con lo que hay que poner sobre la mesa, la idoneidad y pericia en el cargo se tiene o no se tiene. No quisiera pensar que se justifica e instala como vox populi, entre el común de la gente y los funcionarios de turno, que los más pobres, los más carenciados y socialmente vulnerables siguen siendo tan sólo eso, un gasto para la sociedad y para el Estado
Me pregunto como ciudadania juninense si desde la misma gestión municipal no sería apropiado y de buen tino negociar y gestionar ante las autoridades provinciales para que el Hospital volviera a ser lo que debe ser. “Dejar de tener una cruel ceguera a las carencias más elementales como la salud de una endeble clase social en decadencia que por no tener obra social demanda y suplica los servicio a un Hospital que como público no satisface, ni repara. 
Me pregunto si conseguiré en un futuro depositar mi voto libremente sin el famoso mano a mano que devuelve los favores. Gobernar para "el bien común de tanta gente". Nada de lo que hagamos o digamos deja de tener implicancia moral y ética. Todos contribuimos con nuestras decisiones y sobre todo aquellos que tienen el poder de dirigirnos para que salgamos adelante (para eso fueron votados) haciendo efectivo los derechos de los más pobres: ciudadanos de cuarta para muchos. Deberíamos con mayor asiduidad poner la memoria en remojo y pensar cuál saludable es remontarse al pasado para no tener que repetir, una y mil veces, como añoranza, eso de "que todo tiempo pasado fue mejor” y dejar de imaginar que el trono de turno que se ocupa será eterno, porque al final Dios y la patria se lo demandan.

Marta Liliana Alacua. DNI 10.209.855

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