Círculo vicioso
La sugerencia del entorno.
Es natural que cuando una persona tiene iniciativa para emprender se apoye en su entorno más cercano para reunir opiniones y consejos. Esta dinámica repercute directamente en el origen de un buen o mal negocio. El punto que quiero destacar en esta columna es el rol de los recomendadores y su importancia en la gestación de un proyecto. Voces autorizadas, consejos de abuela y otras cuestiones.
Seguramente con las mejores intenciones pero viciados de experiencias, gustos y preferencias personales el círculo familiar o social rodea al emprendedor con palmadas en la espalda, voces de aliento y en muchos casos malos consejos.
¿Cuáles son las cuestiones a considerar?
Antes de emprender y sin dejar de escuchar todos los consejos, lo primero que hay que detectar es si hay una necesidad insatisfecha en el mercado o quienes podrían comprar el producto o servicio que vas a ofrecer. En este punto, si bien son los amigos nuestros primeros clientes no serán ellos quienes sostengan el emprendimiento todos los meses por lo que esos consejos bien intencionados pueden llevarnos a conclusiones equivocadas.
Hay una diferencia fundamental entre cariño, respeto, gusto personal e intención de compra. Seguro muchas veces les pasa que hay productos o servicios que les gustan pero no estarían dispuestos a pagar por él. En este sentido, eso mismo puede pasar con nuestro círculo social o familiar.
Quizá como un mecanismo de defensa, nos rodeamos de buenos comentarios, las denominadas ¨buenas vibras¨ esas que desaparecen ante la más mínima señal de fracaso, es por eso hay que valorar otro tipo de perfil, me refiero al recomendador crítico, con toques de acidez.
Son pocas las personas de nuestro entorno que están dispuestas a ofrecernos una crítica certera, precisa y sobre todas las cosas sincera. Quizá piensan que de esa manera nos van a desalentar o no quieren pagar el “costo político” de nuestra posible reacción y en ese caso hacen algo peor, mentirnos con la palmada en la espalda.
La sugerencia de hoy es que se rodeen de personas con espíritu crítico. Esto no significa destruir las ideas sino fortalecerlas, enriquecerlas desde un intercambio picante que no mezcle el cariño con los negocios. Entonces, cuando tengas una nueva idea de negocio, no le preguntes solo a tus amigos sino a los potenciales clientes, solo de esta manera vas a saber si tienen intención de comprarlo. Estar en movimiento no es solo moverse, sino saber por donde y hacia donde vamos.