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ENFOQUES

Chau al perfil bajo de CFK

Aunque no lo parezca, la campaña de Cristina Kirchner de cara a las elecciones de octubre ya empezó. Mientras se especula con la posibilidad de que abandone el perfil bajo que cultivó hasta ahora, la ex presidenta buscará explotar al máximo el efecto político del recuento definitivo de los votos, ya que supone que tiene las de ganar frente a un gobierno que se puso “a la defensiva”.
El replanteo de la estrategia electoral incluye la posibilidad de dar notas a los medios aceptando, incluso, hablar de temas que la incomodan, como los hechos de corrupción que salpicaron a su administración. Además, Cristina Kirchner pasaría a una etapa de propuestas, luego de que en la campaña hacia las PASO se limitara la presentar a “las víctimas del modelo económico” macrista, concentrándose en las críticas a medidas impopulares como el tarifazo de la luz, el gas y el agua. Y en la caída del consumo popular.
En eso consistirá la primera etapa de la estrategia de la Unidad Ciudadana hasta que la Justicia electoral bonaerense de a conocer el resultado de las PASO, a partir del cual la fuerza que armó Cristina Kirchner para estas elecciones aspira a obtener un piso del 35% -en el escrutinio provisorio terminó con el 34,11%- y machacar con la idea de que Cambiemos “manipuló” la carga de datos.
Para la ex presidenta, según trascendió, no se trata de un asunto menor haber ganado las PASO aunque sea por un voto. Es que de ese modo tendría la posibilidad de “probar” que el Gobierno la privó de festejar un triunfo en tiempo real. Y también provocaría una carga simbólica negativa para una gestión que hace de la transparencia una bandera política.
Claro que eso no incluye reconocer que en las últimas dos PASO, su gobierno también hizo de las suyas en la carga de los resultados electorales.
De hecho, en octubre de 2015 la información sobre la victoria de la ahora gobernadora María Eugenia Vidal recién comenzó a fluir a partir de la “medianoche”. Así lo recordaba en las últimas horas un estrecho colaborador de la mandataria.
Pero lo que se discute ahora no son aquellas elecciones sino las que se acaban de realizar el último domingo. Por eso Cristina Kirchner le dio rienda suelta al apoderado de la UC, el diputado nacional Rodolfo Tailhade, para avanzar con los cuestionamientos al escrutinio provisorio. Y el legislador arrancó denunciando al director de Asuntos Institucionales del Correo Argentino, Alejandro Tullio.
“El propio Tullio, que hoy es autoridad del Correo y es el responsable máximo de esto, a las 5 de la mañana, después de dos o tres reclamos que hicimos, me dijo que ganó Cristina”, reveló el apoderado.
La afirmación de Tailhade no fue ingenua: durante los últimos 20 años Tullio se desempeñó como director nacional electoral y conoce al detalle los vericuetos de un escrutinio.

Bandera histórica
Un segundo elemento que ya está utilizando la UC como parte de su campaña hacia las elecciones de octubre está vinculado a los derechos humanos, una bandera que levantó el kirchnerismo cuando estuvo al frente del Gobierno nacional. En este aspecto, pone de relieve dos hechos recientes: la desaparición de Santiago Maldonado y la libertad condicional de Milagro Sala.
En ambos casos, se observa una intención del kirchnerismo por reafirmar su identidad política –algo desdibujada en el camino hacia las PASO- que coincide con uno de los objetivos que se puso para cumplir de aquí a octubre: capturar el voto de izquierda que el último domingo se repartió entre fuerzas políticas minoritarias. Y que naturalmente no apoyaría al Gobierno de Cambiemos.
Según analizan en la UC, en ese nicho político habrá en disputa unos 500.000 votos nada despreciables en un escenario de paridad como el que registró las PASO. Aunque las mayores expectativas del kirchnerismo estarán puestas en mejorar su poderío territorial en el Conurbano. Allí hubo distritos, como La Matanza, que estuvieron a tono con lo que pretendía la ex presidenta.
A tal punto, que la UC le sacó a Cambiemos 25 puntos de diferencia en el distrito que responde al liderazgo político de la dupla conformada por la intendenta Verónica Magario y su antecesor Fernando Espinoza, ahora candidato a diputado nacional. Pero la performance del kirchnerismo no resultó tan determinante en otros municipios de la Tercera Sección, como Lomas de Zamora.
Allí, solamente derrotó a Cambiemos por 11 puntos porcentuales, debido a una combinación de factores: en ese distrito quedó en los últimos meses en boca de todos por terribles hechos de inseguridad y por el desmantelamiento de actividades ilícitas en la feria de La Salada, al tiempo que el intendente Martín Insaurralde –jefe político local- sufrió una caída en su imagen personal.
En la otra punta del Conurbano, en tanto, ya hubo reuniones de los intendentes de la Primera Sección que se pasaron a la UC detrás de Cristina Kirchner.
A puertas cerradas en Moreno, acordaron que comenzarán a denunciar públicamente “la discriminación que existe en los municipios que no son oficialistas, que reciben menos recursos por parte de la Gobernadora”.

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