El nuevo impulso que tuvo el campo a través de las medidas adoptadas por el Gobierno de Mauricio Macri lleva a la importancia de asegurar inversiones en agroquímicos, infraestructura y maquinaria agrícola de la Argentina.
Esta es la visión de los economistas de una de las cuatro grandes consultoras del mundo, KPMG, que fue volcado en un informe sobre el sector agrícola de la filial argentina, que fue muy difundido en la 131ra Exposición Rural de Palermo.
Los especialistas consideraron que se viene una nueva etapa en la mejora de la rentabilidad y en el surgimiento de nuevas oportunidades con respaldo de incrementos de la productividad y la competitividad del mercado agrícola.
También señalaron que la nueva forma de encarar los agronegocios impactará en el modelo productivo a largo plazo.
Se trata de un informe optimista que se apoya en la cosecha 2016-2017 que "comenzó a mostrar un cambio importante en la tendencia", especialmente por el crecimiento de los números de maíz y trigo.
Según sus cálculos la producción de maíz trepó casi un 20% respecto de la cosecha anterior al superar los 47 millones de toneladas, el trigo alcanzó el récord histórico de 18 millones de toneladas lo que representa un 63% de incremento en relación a lo producido en 2016.
Para KPMG Argentina, la soja retrocedió un 3% con 57 millones de toneladas durante la pasada cosecha 2016-2017.
Evidentemente influyó en el avance del trigo y maíz que las retenciones hubieran sido eliminadas, pero no así con la soja que bajaron del 35 al 30%.
En este contexto, el informe sostiene que "la inversión en tecnologías agrícolas parece haber cambiado el rumbo de deterioro observado en los últimos años, con un 2016 que mostró un fuerte impulso tanto en la demanda de fertilizantes como en la maquinaria agrícola, factores que han influenciado decididamente en los buenos resultados de la cosecha 2017".
Estimaron que la inversión en fertilizantes anual en 2016 fue de 1.000 millones de dólares y que en los próximos cinco años podría alcanzar los 1.400 millones de dólares.
Por su parte, la inversión en maquinaria agrícola, según sus números, tuvo un alza del 21 por ciento en la producción local que pasó de 12.400 unidades en 2015 a más de 15.000 unidades en 2016.
Los especialistas consideraron que se viene una nueva etapa en la mejora de la rentabilidad y en el surgimiento de nuevas oportunidades con respaldo de incrementos de la productividad y la competitividad del mercado agrícola.
Hablaron de un incremento de casi el 30 % en la demanda o inversión real en los equipos que pasaron de las 13.800 unidades colocadas en 2015 a cerca de 17.600 en 2016.
En el período 2015-2016 las sembradoras (cada vez vienen más grandes) tuvieron un aumento, con un pico de facturación de 188 millones de dólares.
Realista, el reporte remarcó que son imprescindibles las inversiones en infraestructura.
Obviamente que los caminos rurales, las diferentes obras viales, en los ingresos a las terminales portuarias, los ferrocarriles, almacenamiento, sistema de riego y puertos, entre otras son inversiones necesarias.
En este sentido, la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AIICI) considera que hay proyectos en materia de infraestructura por más de 95.000 millones de dólares y ahí se incluyen los caminos, conexiones ferroviarias, puertos, aeropuertos, rutas y autopistas.
Las inversiones también pueden venir de los privados -deberían hacerlo- para expansión, ampliación de muelles, construcción de silos, modernización y mejora de puertos principalmente los de Rosario y Buenos Aires.
La Argentina y el campo necesitan de una reforma tributaria para que se multiplique el dinero destinado a renovar la actividad agrícola, una materia pendiente, que está en carpeta del Gobierno.
No es poco lo que se juega. Son las inversiones en el sector que para Macri, es el motor de la economía argentina.
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