Brillante Borges que te hace sentir la atroz muerte del hombre y la cultura, con Narciso de Laprida, y presumir que el devenir no cambiará, sino que en su cíclico retorno de barbarie lo hará a la manera populista, en los genocidas militares ó en las trasnochadas montoneras modernas, que a caballo de las democracias generan devastación, desnutrición y pobreza.
Conjetura que Laprida, educado en cánones y leyes sangrando las heridas, completa su cruel destino sudamericano con el brutal puñal gauchesco en la garganta.
¿Será este el triste destino sudamericano, circularmente destructivo, que nos impide ser grandes y auténticamente independientes algún día?
Leo a los expertos, preocupados por esta antinomia que nos atraviesa, llamada grieta hoy día, diciendo que la única forma de revertirla es recuperando la educación perdida.
Conjeturo que en la próxima contienda, o batalla electoral por usar un adjetivo de esa época, tenemos paso más o paso menos, el enorme desafío de elegir entre la civilización superadora a largo plazo o la ciénaga succionadora de la Barbarie recurrente.
Dr. Eduardo Sabus.
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