Suenan todas las alarmas por Brasil
“No dependemos de Brasil”, sostuvieron oficiosos portavoces del Gobierno, pero lo cierto es que la crisis allí provocó gran preocupación en la Argentina, como se demostró durante la semana pasada. Ocurre hasta con el clima. Cada vez que hay lluvias copiosas en el sur de Brasil, las aguas bajan sin pausa hacia los ríos argentinos, provocando desbordes e inundaciones en toda la zona del Litoral. Por eso en el Ministerio de Defensa hay una oficina dedicada al seguimiento climático donde se monitorean rigurosamente las tormentas en curso y las proyectadas sobre esa región del vecino país.
En un mapa digital, esas lluvias fuertes aparecen resaltadas en color rojo, dando la idea de que se puede estar gestando una crisis que habrá que atender en cuestión de horas en suelo argentino. En la Casa Rosada y el Ministerio de Hacienda no hay pantallas equivalentes a las instaladas en el Edificio Libertador, pero en los últimos días sonaron todas las alarmas políticas y económicas.
La filtración de una grabación en la que Michel Temer, el presidente de Brasil, parece avalar el pago de una coima para comprar el silencio de un aliado que está preso por el Lava Jato, desató un terremoto que obligó al mandatario a hablar en cadena nacional para tratar de frenar las versiones sobre una inminente salida del poder. “No renunciaré”, sostuvo de manera enfática, pero ya se habla de los candidatos a reemplazarlo.
El último capítulo del escándalo brasileño encontró a Mauricio Macri de gira por Asia. En diez días, el Presidente completó importantes visitas a Emiratos Árabes, China y Japón, donde ayer fue recibido por el emperador Akihito en el Palacio Imperial de Tokio. Pero las noticias urgentes emitidas en Brasilia hicieron que la atención se centrara en la crisis que bien puede llegar al país.
En primer orden, la tormenta brasileña es preocupante en términos económicos, ya que la vinculación en ese terreno es muy estrecha. El nivel de actividad se recuperó en el vecino país después de tres años de recesión, pero ahora vuelve la incertidumbre. Los cálculos indican que por cada punto que crece el PBI brasileño, hay un 0,25 por ciento de impacto positivo en la economía local. Es que las exportaciones a Brasil son, por mucho, las más importantes.
Efectos políticos
Pero las consecuencias del culebrón carioca no se derivan sólo del hecho de que se trata de la sexta economía mundial. Y de que es el vecino más importante de la región. También hay vinculaciones políticas que afectan al Gobierno de Cambiemos. La más visible es la denuncia de un arrepentido brasileño contra el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas.
Frente a esa acusación del cambista Leonardo Meirelles, que prestó servicios para realizar pagos ilegales de la multinacional Odebretch, Arribas resolvió defenderse sembrando dudas sobre los enemigos de turno. La estrategia fue decidida al primer nivel del Gobierno, a tal punto que involucró al presidente Macri.
“La pregunta es quién es Meirelles, esa es la pregunta”, respondió el mandatario ante una consulta periodística durante su gira asiática, a la que definió como “el viaje del año”. Con semejante respaldo, Arribas no se presentó a dar explicaciones ante la Comisión de Inteligencia del Congreso, que lo aguardó en vano. Allí otra vez, los opositores se aprestaban a esmerilarlo.
Pero los cuestionamientos al director de la AFI no provienen sólo desde el kirchnerismo duro, ya que su citación fue motorizada por un sector del radicalismo enojado con el PRO por la exclusión de Martín Lousteau de la competencia interna en la ciudad de Buenos Aires, sostienen por lo bajo en el Senado. Los vericuetos que se registran en el espionaje criollo pueden ser sorprendentes.
Así las cosas, buena parte de la dirigencia política sigue muy atentamente las negociaciones entre los abogados de Odebrecht y la Justicia argentina para firmar un acuerdo confidencial que dispare una “delación premiada” similar a la que se utiliza en Brasil, para que se ventilen los nombres de quienes habrían cobrado coimas de la constructora para facilitarle contratos de obras públicas.
La sospecha de Carrió
Según la diputada Elisa Carrió, en ese tándem de corrupción deberían aparecer Cristina Kirchner, Julio De Vido, Amado Boudou y Franco Macri, entre otros funcionarios del gobierno anterior como José López, el de los bolsos revoleados en el convento de General Rodríguez. Pero también algunos empresarios que se beneficiaron con obras públicas y que tienen nexos con la actual administración macrista.
Por eso la jefa de la Coalición Cívica cree que De Vido recibe una protección inusual. Carrió acaba de denunciar una avanzada en su contra por parte de sectores judiciales y de inteligencia de impreciso alcance, que puso en la mira su supuesto “enriquecimiento ilícito” con un testigo falso. Por ello la dama apuntó inmediatamente contra el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
En su ofensiva contra el magistrado supremo, Carrió también incluyó un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) que detectó irregularidades en el manejo de los fondos del máximo tribunal en 2011. La diputada sigue impulsando un juicio político contra Lorenzetti.
Los jueces de la Corte no tienen respiro en las últimas semanas. Elena Highton de Nolasco, que el martes debe regresar a su cargo tras una licencia de 10 días, fue a su vez apuntada por el PJ opositor. El jefe del bloque peronista del Senado, Miguel Angel Pichetto, le envió un mensaje directo al reclamarle que no se sume a un fallo mayoritario que afecte los fondos coparticipables.
Pichetto entrevió que Highton se plegó a los jueces de la Corte propuestos por el Gobierno, Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, en el fallo del 2x1, lo cual podría sentar el precedente de una nueva mayoría en el alto tribunal. El jefe de los senadores del PJ cree que esos magistrados avalarían la demanda de la gobernadora María Eugenia Vidal para que se actualice el Fondo del Conurbano.
Contra las mafias
Vidal, por su parte, ratificó el litigio y se diferenció de los mandatarios bonaerenses que “no pelearon los fondos de la Provincia para no pelearse con los otros gobernadores”. La concepción política de Vidal se va completando en el transcurso de su gestión con un discurso contra “el sistema”, que en algunos casos emparenta al juego político y en otros directamente a “las mafias”.
Ese mensaje es replicado por los dirigentes de Cambiemos en todos los distritos a los que llegan debido a la incipiente campaña electoral. Ayer mismo se registró otro timbreo en el que cientos de funcionarios nacionales y bonaerenses deambularon por el Conurbano, el territorio en el que la alianza gubernamental debe mejorar lo que reflejan las encuestas si quiere ganar las elecciones.
En forma paralela, el oficialismo sigue prendiendo velas para que Cristina Kirchner sea candidata en la Provincia. Y si es posible, que incluya también a Aníbal Fernández. Sería esa una forma de asegurarse que el discurso de campaña se encarne en los candidatos opositores y sostenga la polarización. Paradójicamente, también hay intendentes del PJ que impulsan a la ex presidenta.
Sin embargo, no quieren saber nada con la ristra que la sigue a todos lados: los Boudou, D´Elía y Sabbatella del kirchnerismo no pejotista. Eso le quedó claro a Máximo Kirchner cuando le vaciaron un “acto de unidad” forzado por el jefe de La Cámpora. Tras ese paso en falso del diputado por Santa Cruz, la propia Cristina Kirchner debió apersonarse en las reuniones con los intendentes.
Pese a que afirman que “no mide”, el activismo de Florencio Randazzo genera ruido entre los kirchneristas. El ex ministro estuvo a punto de sumar a Felipe Solá, pero el ex gobernador se quedó con Sergio Massa, quien ratificará el jueves su voluntad de competir por afuera del PJ en alianza con Margarita Stolbizer. Los diputados se convertirán en los “terceros en discordia”.
La contienda electoral en la Provincia será determinante y el presidente Macri lo sabe. Tanto, que ni bien se baje del avión que lo trae de Japón, se mostrará mañana junto a la gobernadora Vidal. En lo inmediato, de todos modos, su preocupación estará centrada en el desmadre brasileño.