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TENDENCIAS

Se abre una nueva agenda económica

Con buenos modales, y sin castigar al expulsado ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, el presidente Macri resolvió un entuerto en el gabinete y abrió una nueva agenda económica.
Con la salida de Prat-Gay, aflora otro discurso, otras metas, inexistente en el léxico y quizás las intenciones del ministro obligado a renunciar.
El entrante, Nicolás Dujovne, parece llegar con objetivos más nítidos y concretos, y también sin las aspiraciones políticas de Prat-Gay.
El recambio fue bien recibido por los negocios que esperaban una respuesta del gobierno al nuevo escenario mundial que surge de la inminente asunción de la presidencia en Estados Unidos de Donald Trump.

Blanqueo

La otra noticia relevante de fin de año fue un blanqueo que sería superior a todas las expectativas.
Los dos hechos, cambio de ministro y blanqueo, están vinculados y permiten imaginar un panorama fiscal más ordenado para este 2017 que recién se inicia.
Habrá que esperar y ver para confirmar si esto es así, o si la vorágine electoral de los comicios de medio término rompe con los pruritos fiscales que hoy declaman Dujovne y el propio presidente Mauricio Macri.
Las declaraciones del Presidente de avanzar en una reforma tributaria que revise los ingresos brutos, el impuesto al cheque, la alícuota del IVA y en especial los impuestos al trabajo, suenan como un canto de sirena para los potenciales inversores, y quizás también para los que esperan el momento o la oportunidad para iniciar un negocio o ampliar el ya existente.
Los interrogantes, de cualquier manera, no desaparecen.
¿Será posible que en el 2017 alumbre esta reforma tributaria y sea tan amplia como promete el Presidente? ¿La campaña política lo permitirá? ¿Cuánto subsistirá de la liviandad y ausencia de responsabilidad política que dio lugar al primer proyecto de Ganancias del kirchnerismo con Massa?

Impuestos al trabajo

Macri se refirió a los impuestos al trabajo, básicamente los aportes patronales, jubilatorios, obras sociales, como tributos que perjudican mucho y que impiden la generación de empleos en blanco. La mitad de la población trabaja en negro. Y también subrayó que el déficit fiscal actual no es sostenible en el tiempo.
Son afirmaciones conocidas y repetidas por una gran mayoría de economistas profesionales, pero que raramente han llegado a figurar en la agenda política parlamentaria o gubernamental.
La dirigencia política no es muy proclive a estos cambios, en especial si coloca en duda los ingresos con los que dispondrá para gestionar el Estado.
O la coloca enfrentada a las cúpulas sindicales. No importa si ese exceso de impuestos y gasto termina ahogando la actividad productiva y la generación genuina de empleo. El corto plazo domina el escenario y las decisiones políticas.
Macri promete romper con ese círculo perverso y mirar un poco más hacia el futuro.
Pero en medio de una campaña política que no parece fácil, aún con el peronismo dividido y el kirchnerismo en retirada.
Para los negocios surge muy auspiciosa la promesa de iniciar un sendero de mayor prudencia fiscal y de reducción de la carga impositiva.
El resultado récord del blanqueo abre esa chance manteniendo el rumbo del gradualismo que ha definido el macrismo en casi todos los ámbitos.

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