
OPINIÓN
Sellar la grieta entre el fisco y los contribuyentes
La Legislatura bonaerense acaba de aprobar una norma de adhesión al régimen de sinceramiento nacional que favorecerá la exteriorización de activos y permitirá que vecinos y empresas ordenen su situación tributaria, recomponiendo finalmente su malograda relación con el fisco.
Esta ley provincial, impulsada por decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal, tiene como objetivo principal que aquellos contribuyentes o responsables de tributos que declaren tenencias de bienes, tanto en el país como en el exterior, queden liberados del pago de los impuestos sobre los Ingresos Brutos, Transmisión Gratuita de Bienes, Sellos y Tasas Retributivas de Servicios en jurisdicción bonaerense, en actos u operaciones en que eventualmente pudieran corresponder.
Al mismo tiempo, como complemento de esa medida, la norma determina que los fondos depositados en las cuentas bancarias especiales abiertas en el marco de la ley nacional no serán pasibles de retenciones.
Es decir que al formalizarse en nuestra jurisdicción la adhesión al sinceramiento, que había sido sancionado por el Congreso Nacional a través de la Ley N° 27260, quienes se sumen a ese régimen no deberán pagar ningún impuesto retroactivo en la provincia de Buenos Aires, y los bienes que exterioricen sólo comenzarán a tributar una vez que sean declarados.
Con esta convergencia entre Nación y Provincia, el Estado ofrece a vecinos y empresas la oportunidad de sincerar sus tenencias, corrigiendo conductas fiscales impropias que tuvieron en el pasado, y abre la puerta para la normalización tributaria al posibilitar que todos puedan ordenar su situación.
El contexto que permite sellar la grieta que existía entre el fisco y los contribuyentes está directamente relacionado con el cambio de reglas de juego que estableció el nuevo gobierno, a partir de una institucionalidad asentada en la coherencia, previsibilidad y transparencia.
Al haber refundado el pacto social y económico imperante en los últimos años, y demostrado un verdadero cambio de rumbo, las gestiones de gobierno en la Nación y la provincia de Buenos Aires transmiten confianza y garantizan condiciones adecuadas para que los contribuyentes puedan restablecer su vínculo con el fisco y se comprometan, de aquí en más, a cumplir de manera voluntaria con sus obligaciones tributarias.
Este recomenzar en términos fiscales y políticos brinda un marco apropiado para que la exteriorización de capitales y el ordenamiento impositivo se desarrollen con éxito y permitan incorporar a la economía formal recursos que se encontraban fuera del sistema.
De esta manera, el sinceramiento contribuirá a dinamizar la inversión y el nivel de actividad y, por consiguiente, tendrá una repercusión favorable en la recaudación de impuestos, generando nuevos ingresos públicos que se orientarán a obras y servicios para mejorar la vida de la gente.
Tanto el régimen nacional como la adhesión que aprobó la Legislatura bonaerense significan una doble oportunidad para los argentinos. Oportunidad para recomponer situaciones, superar diferencias y crear nuevos vínculos. Y también para tender un puente hacia ese país normal, con crecimiento, progreso y armonía, que todos anhelamos.
(*) Director de ARBA.
Esta ley provincial, impulsada por decisión de la gobernadora María Eugenia Vidal, tiene como objetivo principal que aquellos contribuyentes o responsables de tributos que declaren tenencias de bienes, tanto en el país como en el exterior, queden liberados del pago de los impuestos sobre los Ingresos Brutos, Transmisión Gratuita de Bienes, Sellos y Tasas Retributivas de Servicios en jurisdicción bonaerense, en actos u operaciones en que eventualmente pudieran corresponder.
Al mismo tiempo, como complemento de esa medida, la norma determina que los fondos depositados en las cuentas bancarias especiales abiertas en el marco de la ley nacional no serán pasibles de retenciones.
Es decir que al formalizarse en nuestra jurisdicción la adhesión al sinceramiento, que había sido sancionado por el Congreso Nacional a través de la Ley N° 27260, quienes se sumen a ese régimen no deberán pagar ningún impuesto retroactivo en la provincia de Buenos Aires, y los bienes que exterioricen sólo comenzarán a tributar una vez que sean declarados.
Con esta convergencia entre Nación y Provincia, el Estado ofrece a vecinos y empresas la oportunidad de sincerar sus tenencias, corrigiendo conductas fiscales impropias que tuvieron en el pasado, y abre la puerta para la normalización tributaria al posibilitar que todos puedan ordenar su situación.
El contexto que permite sellar la grieta que existía entre el fisco y los contribuyentes está directamente relacionado con el cambio de reglas de juego que estableció el nuevo gobierno, a partir de una institucionalidad asentada en la coherencia, previsibilidad y transparencia.
Al haber refundado el pacto social y económico imperante en los últimos años, y demostrado un verdadero cambio de rumbo, las gestiones de gobierno en la Nación y la provincia de Buenos Aires transmiten confianza y garantizan condiciones adecuadas para que los contribuyentes puedan restablecer su vínculo con el fisco y se comprometan, de aquí en más, a cumplir de manera voluntaria con sus obligaciones tributarias.
Este recomenzar en términos fiscales y políticos brinda un marco apropiado para que la exteriorización de capitales y el ordenamiento impositivo se desarrollen con éxito y permitan incorporar a la economía formal recursos que se encontraban fuera del sistema.
De esta manera, el sinceramiento contribuirá a dinamizar la inversión y el nivel de actividad y, por consiguiente, tendrá una repercusión favorable en la recaudación de impuestos, generando nuevos ingresos públicos que se orientarán a obras y servicios para mejorar la vida de la gente.
Tanto el régimen nacional como la adhesión que aprobó la Legislatura bonaerense significan una doble oportunidad para los argentinos. Oportunidad para recomponer situaciones, superar diferencias y crear nuevos vínculos. Y también para tender un puente hacia ese país normal, con crecimiento, progreso y armonía, que todos anhelamos.
(*) Director de ARBA.