ENFOQUE

Dividir municipios no es sólo cuestión de números

La iniciativa de reorganizar el actual distrito de La Matanza en cuatro municipios ha reactivado un tema que es mucho más general: en la Provincia hay importantes ciudades que no son municipios y cuyos habitantes sienten que viven en el “patio trasero” de su cabecera, quejándose permanentemente de que su localidad es discriminada y explotada por las autoridades que sólo miran al centro.
Como ejemplo puedo decir que los habitantes de City Bell, Gonnet, Villa Elisa nos sentimos perjudicados porque no se hacen las obras de infraestructura que son necesarias, por ejemplo cloacas, desagües o avenidas, pero que sí se hacen en La Plata.
Entonces, la primera conclusión es: las localidades de las periferias municipales siempre sienten que son discriminadas desfavorablemente.
Entre los años 1995-1997 tuve la tarea, como secretario de Desarrollo Institucional de la Gobernación, de planificar y gerenciar la creación de los municipios de Hurlingham, Ituzaingó, José C. Paz, Malvinas Argentinas, Ezeiza y Presidente Perón, a lo cual debe agregarse que en 1991 comenzó a funcionar el municipio de Ameghino y que en 1987 puse en funciones al primer intendente de Tres Lomas.
Para analizar el tema del Conurbano, habíamos comenzado a trabajar en 1990. En 1993 el por entonces gobernador Eduardo Duhalde requirió la colaboración del Consejo Federal de Inversiones (CFI) que presentó el estudio Genesis 2000, a partir del cual se proyectaron las respectivas leyes de creación de los nuevos municipios.
Se hicieron entonces estudios de población, infraestructura escolar, salud, agua, cloacas, líneas de micro, trenes, otros servicios públicos municipales, servicios provinciales, servicios nacionales, seguridad, relaciones culturales, deportivas, zonas bancarias, comerciales y de servicios privados.
Se consultó también a las entidades barriales y principalmente a las “Comisiones proautonomía” que funcionaban en distintos lugares. Todo esto no para evitar el “invento” de un municipio, sino por el contrario, proceder al “reconocimiento” de una identidad a la que sólo le faltaría la normativa legal.
La segunda conclusión, entonces, es: se debe hacer un profundo estudio previo de la realidad y la participación vecinal, para proyectar la creación de un municipio.
En los años mencionados no se pudo avanzar con la división de Lomas de Zamora y de La Matanza a pesar que eran dos de los más densamente poblados de todo el territorio provincial.
Se opusieron tenazmente quienes conducían esos municipios. Retomamos el tema años más tarde y quienes antes nos apoyaban luego combatían el proyecto porque habían accedido a la conducción de ese municipio.
La tercera conclusión a la que se arriba es: siempre se opondrán las fuerzas políticas que están en el momento a cargo de los gobiernos municipales.
Para analizar los resultados de esta política de organizar municipios más pequeños (en ese momento -1994- evaluábamos un ideal de 250.000 habitantes), no hay más que hacer una encuesta entre los habitantes no sólo de los nuevos municipios sino también de los preexistentes, por ejemplo, de Esteban Echeverría o de Morón.
Seguramente están orgullosos de cómo funcionan sus gobiernos comunales, dándoles sentido de cercanía y pertenencia.
La cuarta conclusión a la que se arriba es: todos los municipios, ya sea los preexistentes como los nuevos, serán fortalecidos en su gestión porque al estar más cerca de sus habitantes, podrán definir mejor sus objetivos y las herramientas para alcanzarlos.
Resulta necesario, asimismo, prever presupuestariamente un plan de puesta en marcha con la ejecución previa de obras y equipamiento para garantizar el funcionamiento del nuevo gobierno comunal.
En 1995 estimábamos una inversión mínima por cada nuevo municipio que hoy equivaldría a unos $ 300.000.000 (trescientos millones de pesos).
La quinta y última conclusión, por lo tanto, es: resulta necesario efectuar la programación presupuestaria para la puesta en marcha de cualquier nuevo municipio.


(*) Ex secretario de Desarrollo Institucional de la Provincia de Buenos Aires, durante la gobernación de Eduardo Duhalde