El Gobierno sostiene que ya hay indicadores que anticipan una reactivación. La oposición, en cambio, es mucho menos optimista. Los gremios, directamente, aseguran que el macrismo profundizó los problemas que dejó el kirchnerismo. La economía es hoy el principal motivo de discusión política en la Argentina.
De hecho, la situación económica no sólo provoca el debate entre las fuerzas políticas, sino que también agudiza contradicciones internas entre aliados y activa las prevenciones de un factor extrapartidario pero muy influyente, como la Iglesia católica, que este fin de semana realiza la tradicional colecta "Más por Menos" en medio de advertencias sobre la "pobreza creciente".
Como suele ocurrir en los debates públicos, emergen datos para todos los gustos. Los especialistas de casi todos los sectores afirman que la economía tocó piso en julio y que se puede esperar un rebote. También indican que la inflación está controlada desde agosto. Aunque conceden que el primer semestre del año dejó un tendal en materia de empleo –se perdieron 120.000 puestos- y en los niveles de consumo.
En forma paralela, creció la recaudación aduanera por el aumento de las importaciones, pero el ingreso fiscal general aumentó sólo un 25% interanual, muy por debajo del índice inflacionario. Sólo en el Conurbano, la compañía de neumáticos FATE tuvo una caída del 40% en sus ventas para el mercado interno, mientras que una planta de Peugeot promovió 1.500 retiros voluntarios.
A la espera de inversiones
Sin embargo, el Gobierno mantiene su línea económica y sigue apostando a la llegada de inversiones. Tanto, que el martes el presidente Macri abrirá un foro conocido como "mini Davos" que se realizará en el Centro Cultural Kirchner (CCK) con presencia de referentes empresarios de las principales compañías del mundo. Y lo presentará como un "hito" para el país y la región.
Mientras tanto, el oficialismo se prepara para lanzar e iniciar la ejecución de un gran plan de obras públicas que, según confían, ayudará a promover la reactivación. Los más importantes organismos internacionales de crédito están dispuestos a financiar emprendimientos para reparar y modernizar la infraestructura del país, tan olvidada en lo vial, ferroviario, energético e hídrico.
Si bien falta más de un año para las elecciones, todas las miradas se posan sobre las encuestas en las que sigue Vidal con un buen posicionamiento. La oposición tiende a ser más enérgica y Massa comenzó a acentuar sus diferencias con el Gobierno. Su actitud provocó malestar en las filas del PRO.
Pese a que hubo contactos entre ambos sectores -incluida una charla privada entre Massa y la gobernadora Vidal-, la tensión continuaba este fin de semana. Incluso, hubo advertencias sobre algunos cargos que el massismo ejerce en la Provincia, como por ejemplo en el Bapro. Los enojos eran mutuos. En toda la discusión comienza a verificarse un incipiente horizonte electoralista.
En el imaginario colectivo, Massa no es identificado como el principal opositor al presidente Macri y la gobernadora Vidal. Ese lugar lo ocupa Cristina Kirchner, pese a que su imagen e intención de voto no superan hoy la barrera del 20%. Así las cosas, resulta lógico que Cambiemos la ubique como una opositora funcional, ya que no tendría posibilidades de obtener un triunfo electoral.
El propio Massa paga, en algunos casos, costos internos por mantener una línea no obstruccionista con el Gobierno, aunque en la ciudadanía parece mantener una base electoral importante, según las encuestas. En las últimas horas, el diputado Facundo Moyano blanqueó su malestar con la decisión del jefe partidario de hacerle aportes a la ley de promoción del primer empleo que impulsa el oficialismo, con incentivos para los empresarios como menores aportes patronales.
Tampoco Héctor Daer, el diputado del FR que integra el triunvirato de conducción de la CGT, mira con buenos ojos esa iniciativa, porque a su criterio flexibiliza los convenios colectivos. La central obrera entró en una etapa de análisis de medidas de fuerza contra el Gobierno que ya no oculta: Pablo Moyano adelantó que la posición de Camioneros es ir a un paro general el mes próximo.
Una carta fuerte
Una carta fuerteEl Gobierno, por su parte, se guarda una carta de peso. El Ministerio de Trabajo le otorgará una "personería transitoria" a la reunificación cegetista, pero se reservaría la posibilidad de objetar el congreso que la consagró en Obras Sanitarias, a raíz de una decena de impugnaciones presentadas por las 62 organizaciones gremiales peronistas, que denunciaron una violación a la carta orgánica.
Por cierto que esa jugada vendría más adelante, porque si la cartera laboral la implementara en esta coyuntura, sería como extenderle al triunvirato una invitación para que convoque un paro nacional. Mientras tanto, los sindicatos fustigan cierta inacción del ministro Jorge Triaca, a quien denuestan porque, según dicen, sólo ejecutó el 7% del presupuesto de la repartición en lo que va del año.
Justamente en esa materia habrá novedades en los próximos días, cuando el Poder Ejecutivo presente en el Congreso el proyecto de Presupuesto Nacional para 2017, con las proyecciones oficiales para la economía que viene. El presidente Macri anticipó el objetivo que ya le ordenó a su gestión y pidió a los diputados y senadores ayuda para "bajar el gasto y aumentar la inversión".
Además, trascendió que el tipo de cambio estaría calculado en más de 18 pesos por dólar para el año venidero. Aunque se mantiene bajo siete llaves la proyección estimada para el blanqueo de capitales, que estaría por debajo de las perspectivas gubernamentales. El Poder Ejecutivo también buscará cerrar el capítulo negativo de la tarifa del gas con la audiencia pública del próximo viernes.
La Corte le dio oxígeno
La Corte le dio oxígenoPese a que el encuentro previsto en la Usina del Arte porteña puede convertirse en una tribuna opositora, en el oficialismo lo consideran como el punto final de la discusión: "Se le acabó el tema a la oposición", deslizó un funcionario bonaerense que oficia de nexo con la Casa Rosada. El fallo de la Corte Suprema que avaló el aumento de la luz le dio aire a esa estimación política del PRO.
No obstante, la relación entre el oficialismo y el máximo tribunal está signada por la desconfianza. La movida de Elisa Carrió para que los jueces de la Corte presenten la declaración jurada enfiló en esa dirección. La jefa del ARI logró abrir una grieta entre los magistrados: Horacio Rosatti publicó su patrimonio y dejó en "off side" a sus cuatro colegas, sobre todo al presidente Ricardo Lorenzetti.
Carrió, que se encuentra ahora en Italia, deberá definir a su regreso a sus delegados para integrar la mesa nacional de Cambiemos, con la cual el PRO buscará acallar las críticas de sus socios de la UCR y los "lilitos". De cara al 2017, al oficialismo se le vienen encima tres problemas de dificultosa resolución: nada menos que las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Aquí, queda cada vez más claro que la "candidata" de Cambiemos será Vidal, porque a ninguno de los postulantes oficialistas en ciernes le alcanzaría para ganar la elección. En Córdoba, en tanto, el radicalismo debería enfrentar al caudillo histórico De la Sota, mientras que en Santa Fe la UCR dejaría la coalición gubernamental con el socialismo, que gira hacia una actitud opositora.
En medio, la gestión se mezcla con la prematura dinámica electoral. Macri recibirá mañana al gobernador Lifschitz, con quien tiene diferencias ante el drama narco que padece Rosario, mientras que agrega visitas al Conurbano de la mano de Vidal. En la Provincia, la inversión nacional y bonaerense en obra pública este 2016 se multiplica por diez respecto del último año de Scioli.
En Cambiemos buscan que la alicaída imagen presidencial se asimile a la de la Gobernadora. Claro que el manejo de la macroeconomía es una responsabilidad nacional y eso impacta directamente en el ánimo de la población.
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