TRASTIENDA POLÍTICA

La disputa que faltaba en la política vernácula

Sin demasiada alharaca pero con segura intencionalidad política, desde ciertas usinas del oficialismo bonaerense se empezó a deslizar la idea de completar un cargo provincial que está vacante y que es apetecido por sectores de la oposición: el de Defensor del Pueblo de la Provincia.
Fuentes confiables aseguran que el principal operador de la gobernadora María Eugenia Vidal en la Legislatura, el diputado Manuel Mosca, inició una ronda de sondeos con colegas de otras bancadas para tantear hasta dónde sigue el interés por ocupar el sillón que dejó libre hace más de un año el peronista Carlos Bonicatto y que interinamente ocupa Marcelo Honores.
No parece casual ese interés macrista por reflotar un tema que había estado presente en el ámbito legislativo en el inicio de este año, cuando Vidal recién asumía y debía conseguir un presupuesto razonable y la autorización para endeudarse.

Negociación por una silla
Es que en breve, probablemente este mismo mes si se respetan los plazos legales, el Gobierno tendrá que ponerse a negociar con la oposición parlamentaria el Presupuesto del año que viene. La silla del Defensor podría ser parte de esas negociaciones, explicaron a este diario fuentes que conocen muy bien el asunto.
En Cambiemos viene circulando la idea de “quedar bien” con el sector peronista más dialoguista, que tiene una terminal territorial en el llamado Grupo Esmeralda (los intendentes que ayer mismo se presentaron como una opción renovadora dentro del partido) y otra parlamentaria en el bloque FPV-PJ de unos 13 miembros, presidido por el diputado Walter Abarca.

Nombres en danza
En enero, durante las negociaciones por el presupuesto del corriente año y cuando el tema del Defensor se puso por primera vez sobre la mesa, ese polo justicialista había impulsado el nombre del ex legislador Guido Lorenzino, que supo ser una espada de Daniel Scioli en la Legislatura y ahora se lo ve cercano a los Esmeralda. También hubo un intento de la agrupación kirchnerista La Cámpora por desembarcar allí. Finalmente, todo quedó en la nada.
Los sondeos que retomó Cambiemos en los últimos días apuntaron a dilucidar si el nombre de Lorenzino seguía vigente en el peronismo. Y, además, a enviar un mensaje al Frente Renovador de Sergio Massa, que también apetece ese lugar y que tiene un candidato aparentemente firme: el también ex legislador Walter Martello.
Algunas fuentes políticas aseguran que Massa, en rigor, no pidió personalmente por Martello sino que se trata, sobre todo, de una jugada de su tropa bonaerense que él no ha objetado. Como sea, es el único nombre del FR que ha sonado hasta ahora.
El Defensor del Pueblo es un órgano de garantía incluido en la Carta Magna de la Provincia a partir de la reforma del año 1994, en su artículo 55. Su misión es, muy resumidamente, garantizar todos los derechos de los bonaerenses, supervisar el funcionamiento de las empresas públicas y velar para que los funcionarios cumplan su deberes públicos.
Desde lo formal, no es obligatorio que el cargo sea ocupado por un representante de las fuerzas opositoras.
La ley especial que regula su funcionamiento, la 13.834, estipula como requisitos: ciudadanía natural en ejercicio o legal después de cinco años de obtenida y residencia inmediata anterior a un año para los que no sean nativos de la provincia; tener como mínimo treinta años de edad; idoneidad en el cargo.
Justamente por eso, porque no es obligación que el Defensor sea un opositor, es que el radicalismo también aspira a mantener esa posición.
Porque, luego de la salida del mencionado Bonicatto por vencimiento del mandato, la Defensoría quedó a cargo de su secretario general, el radical y ex legislador Marcelo Honores.
Se sabe que en la UCR corre un evidente malestar porque consideran que el PRO no les da la entidad que dicen merecer en el esquema gubernamental de la alianza Cambiemos.
Acaso el eventual corrimiento de Honores profundice ese enojo. Lo debe estar evaluando Vidal que, como hace un año, se enfrenta a la necesidad de cerrar consensos con la oposición si quiere conseguir un nuevo endeudamiento y un retoque impositivo; leyes que, a diferencia del presupuesto, requieren dos tercios de las Cámaras.

¿Propuesta de reforma?
Circula una idea, que no pudo ser confirmada como un proyecto oficial, para reformar la estructura de la Defensoría del Pueblo, que hoy cuenta con ocho secretarías además del sillón de Defensor. Se trataría de crear dos “Defensores Adjuntos”, como para cumplir, llegado el caso de necesidad imperiosa, con el PJ y el FR. Todo es posible.
El proceso de designación no es rápido, aún cuando se pongan de acuerdo oficialistas y opositores. Debe reunirse una bicameral para proponer los candidatos, publicar los nombres, abrir un tiempo prudencial para recibir observaciones y demás. El postulante se elige con los votos de las dos terceras partes de cada cámara legislativa.
Como sea, quien resulte elegido deberá obligatoriamente dejar su color partidario de lado. Es que, según la ley que regula el cargo, su ejercicio es incompatible con cualquier otra actividad pública o privada, con excepción de la docencia, y no puede tener actividad política o gremial.

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