Como ya es de público conocimiento, la gestión municipal de Lincoln que encabeza el intendente Salvador Serenal volvió a despedir gente.
Desde que asumieron ya no sabemos cuántos van; creemos que, aproximadamente, son unas 60 personas, porque nunca dan la cantidad oficial. Siempre embarran las respuestas, rotulando al trabajador, diciendo que eran ñoquis o que ocupaban puestos políticos.
Desde la gestión de Cambiemos en Lincoln dicen que a los trabajadores municipales que ya han perdido su trabajo, “simplemente, no se les renovó su contrato”, sin pensar que más allá de ese trámite administrativo lo que necesita es TRABAJAR. Pero todos sabemos que no es así, que esto es una persecución política e ideológica.
Estos tipos de contratos precarios, utilizados por los gobiernos anteriores y también por Serenal, permiten que quienes están sentados en el trono del poder (y se olvidan por un ratito que el poder se lo otorga el pueblo) tengan este tipo de comportamiento, sometiendo al trabajador con maltratos y aprietes como nunca se vio en Lincoln.
La política de despidos de Serenal genera tristeza, incertidumbre, impotencia, crisis en las familias y depresión. Desarmar la vida laboral de una persona genera frustración y desesperación en la mayoría de los casos.
Como vecina de Lincoln y como concejal de mi pueblo he acompañado este reclamo desde el humilde lugar que ocupo, denunciando y repudiando este accionar.
Es oportuno aclarar que los concejales no tenemos atribuciones sobre las decisiones que toma el Ejecutivo. No obstante, hemos solicitado explicaciones a través de solicitudes de informes para poder actuar con propiedad ante estos avasallamientos en contra de los trabajadores que, en definitiva, son los propios vecinos del intendente. Creemos que la solidaridad y el acompañamiento generan contención, algo que es fundamental en estos casos.
Por último, hago público mi pedido hacia el intendente Salvador Serenal y apelo a su sensibilidad para que autorice a sus concejales a dar tratamiento al expediente que duerme en la comisión de gobierno y que tiene como objetivo ayudar al trabajador despedido para que por unos meses pueda reorganizar su vida.
Le recuerdo a Serenal que él viene de una familia de trabajadores y que ya tiene una pesada mochila política, porque al comienzo de su gestión ya hubo un acampe en la puerta del Palacio Municipal, y él criminalizó esa protesta.
También quiero recordarle que tiene a tres ex trabajadoras de rehenes en una causa judicial que todavía no fue cerrada por violación de domicilio y que encima estas trabajadora son objeto de habladurías.
Le pido a Serenal que no mienta más y que no manche la reputación de las personas con difamaciones para justificar sus decisiones. Que recuerde que camina las mismas calles que ellos, que nosotros, que comparte las mismas plazas, que convive en la misma ciudad y que en definitiva su revanchismo recae siempre sobre un vecino.
En definitiva, le pido que, por favor, no despida más gente.
(*) Concejal de Lincoln
(Partido Justicialista).
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