TRASTIENDA POLÍTICA
Secretos de una cena que no fue sólo sobre Bressi
La cena reservada que la semana pasada compartieron María Eugenia Vidal y la diputada Elisa Carrió sigue generando versiones en el mundillo político provincial.
Acordada luego de las denuncias de Lilita contra el jefe de la Policía bonaerense, Pablo Bressi, a quien vinculó con bandas de narcotraficantes que operan en la Provincia, la cumbre sirvió para que Vidal explicara a su socia política los motivos que tiene para mantener al jefe policial en el cargo. El vidalismo lo tradujo como un signo de autoridad de la Gobernadora. Otras miradas menos complacientes lo leyeron como un síntoma de todo lo contrario.
Como sea, algunas fuentes políticas aseguran que el encuentro sirvió para hablar de otro tema que obsesiona a ambas mujeres de la alianza Cambiemos y que nunca fue mencionado en los trascendidos que se hicieron correr desde la gobernación: la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense; el lugar que ocupa María del Carmen Falbo y que, ya no es un secreto, el Gobierno provincial querría ver liberado.
Falbo es la jefa de todos los fiscales provinciales. Desde un primer momento el macrismo intentó una ofensiva para apurar su jubilación. El cargo, vale aclarar, es vitalicio y la remoción compulsiva del Procurador sólo puede hacerse mediante un juicio político en el Senado, que es el cuerpo que le otorga acuerdo a la designación (artículo 175 de la Constitución provincial).
La embestida tuvo una primera etapa silenciosa y amable, que quedó en manos de un experimentado dirigente del PJ bonaerense que alguna vez compartió gabinete con Falbo en el Poder Ejecutivo y tiene con ella una relación de amistad. No pasó a mayores por motivos que no quedan claros. La segunda etapa de la ofensiva fue más brutal e incluyó declaraciones de altos funcionarios provinciales, como el ministro de Seguridad Cristian Ritondo, en el sentido de que la Procuradora ya había “cumplido su ciclo”.
Fue en este punto cuando Falbo obtuvo el resonante respaldo de todos los fiscales generales de la Provincia y de sus pares procuradores de todo el país, quienes llegaron a hablar de una campaña en su contra. Eso silenció la ofensiva pero no bajó la tensión.
Vidal estaría transitando ahora una tercera etapa de su jugada para influir sobre ese sillón clave de la Justicia con una lógica mucho más negociadora, acaso decidida a ofrecerle a Falbo una salida jubilatoria “con todos los honores del caso” y ciertas garantías a futuro. La Procuradora podría evaluarla, explicó a este diario una fuente que la conoce, pero no en el plazo inmediato.
Un dato central en esta historia es una de las personas que estuvo en aquella noche de la cena entre Carrió y Vidal, en la que Lilita exhibió sus dotes de cocinera frugal. La Gobernadora llegó con dos acompañantes a Exaltación de la Cruz. Uno de ellos fue el secretario de Legal y Técnica de la gobernación, Julio Conte Grand.
De excelente vínculo con Carrió, Conte Grand es el candidato de Vidal a la Procuración General, algo que tampoco es un secreto. Cuentan, incluso, que en charlas privadas el funcionario expresa una vocación casi obsesiva por ocupar ese cargo. Lilita, decidida a combatir la corrupción y el narcotráfico en tierra bonaerense, aplaudiría su designación.
Fuentes oficiosas cuentan que la presencia de Conte Grand en aquella cena en la que se hablaría de las sospechas sobre Bressi sólo puede ser explicada por la intención de Vidal de cerrar con Carrió algún tipo de acuerdo vinculado a la Procuración. El dato nunca será confirmado en forma oficial pero es materia de conversación en mesas políticas del oficialismo.
Conte Grand conoce el paño: ocupó el mismo cargo en la Ciudad de Buenos Aires cuando Mauricio Macri era jefe de Gobierno. El lazo entre ellos es José Torello, apoderado y confidente del Presidente.
Después de un reposo por prescripción médica, Carrió reapareció en público el lunes, en una charla pública que se desarrolló en la Capital Federal. Abordada por "El Día", sólo tuvo palabras elogiosas para la Gobernadora: “Pongo las manos en el fuego por María Eugenia”, dijo. Por ahora no ha vuelto a escarbar la herida que abrió con las denuncias contra Bressi pero, en verdad, con ella nunca se sabe.
Ahora a Vidal le restaría la tarea de convencer a Falbo, quien en el pico de máxima tensión con el gobierno bonaerense ha dicho públicamente que no piensa renunciar. Y, llegado el caso de que logre esa vacante apreciada, debería conseguir el acuerdo del Senado. Una tarea que, a priori, no parece un trámite fácil.
Acordada luego de las denuncias de Lilita contra el jefe de la Policía bonaerense, Pablo Bressi, a quien vinculó con bandas de narcotraficantes que operan en la Provincia, la cumbre sirvió para que Vidal explicara a su socia política los motivos que tiene para mantener al jefe policial en el cargo. El vidalismo lo tradujo como un signo de autoridad de la Gobernadora. Otras miradas menos complacientes lo leyeron como un síntoma de todo lo contrario.
Como sea, algunas fuentes políticas aseguran que el encuentro sirvió para hablar de otro tema que obsesiona a ambas mujeres de la alianza Cambiemos y que nunca fue mencionado en los trascendidos que se hicieron correr desde la gobernación: la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense; el lugar que ocupa María del Carmen Falbo y que, ya no es un secreto, el Gobierno provincial querría ver liberado.
Falbo es la jefa de todos los fiscales provinciales. Desde un primer momento el macrismo intentó una ofensiva para apurar su jubilación. El cargo, vale aclarar, es vitalicio y la remoción compulsiva del Procurador sólo puede hacerse mediante un juicio político en el Senado, que es el cuerpo que le otorga acuerdo a la designación (artículo 175 de la Constitución provincial).
La embestida tuvo una primera etapa silenciosa y amable, que quedó en manos de un experimentado dirigente del PJ bonaerense que alguna vez compartió gabinete con Falbo en el Poder Ejecutivo y tiene con ella una relación de amistad. No pasó a mayores por motivos que no quedan claros. La segunda etapa de la ofensiva fue más brutal e incluyó declaraciones de altos funcionarios provinciales, como el ministro de Seguridad Cristian Ritondo, en el sentido de que la Procuradora ya había “cumplido su ciclo”.
Fue en este punto cuando Falbo obtuvo el resonante respaldo de todos los fiscales generales de la Provincia y de sus pares procuradores de todo el país, quienes llegaron a hablar de una campaña en su contra. Eso silenció la ofensiva pero no bajó la tensión.
Vidal estaría transitando ahora una tercera etapa de su jugada para influir sobre ese sillón clave de la Justicia con una lógica mucho más negociadora, acaso decidida a ofrecerle a Falbo una salida jubilatoria “con todos los honores del caso” y ciertas garantías a futuro. La Procuradora podría evaluarla, explicó a este diario una fuente que la conoce, pero no en el plazo inmediato.
Un dato central en esta historia es una de las personas que estuvo en aquella noche de la cena entre Carrió y Vidal, en la que Lilita exhibió sus dotes de cocinera frugal. La Gobernadora llegó con dos acompañantes a Exaltación de la Cruz. Uno de ellos fue el secretario de Legal y Técnica de la gobernación, Julio Conte Grand.
De excelente vínculo con Carrió, Conte Grand es el candidato de Vidal a la Procuración General, algo que tampoco es un secreto. Cuentan, incluso, que en charlas privadas el funcionario expresa una vocación casi obsesiva por ocupar ese cargo. Lilita, decidida a combatir la corrupción y el narcotráfico en tierra bonaerense, aplaudiría su designación.
Fuentes oficiosas cuentan que la presencia de Conte Grand en aquella cena en la que se hablaría de las sospechas sobre Bressi sólo puede ser explicada por la intención de Vidal de cerrar con Carrió algún tipo de acuerdo vinculado a la Procuración. El dato nunca será confirmado en forma oficial pero es materia de conversación en mesas políticas del oficialismo.
Conte Grand conoce el paño: ocupó el mismo cargo en la Ciudad de Buenos Aires cuando Mauricio Macri era jefe de Gobierno. El lazo entre ellos es José Torello, apoderado y confidente del Presidente.
Después de un reposo por prescripción médica, Carrió reapareció en público el lunes, en una charla pública que se desarrolló en la Capital Federal. Abordada por "El Día", sólo tuvo palabras elogiosas para la Gobernadora: “Pongo las manos en el fuego por María Eugenia”, dijo. Por ahora no ha vuelto a escarbar la herida que abrió con las denuncias contra Bressi pero, en verdad, con ella nunca se sabe.
Ahora a Vidal le restaría la tarea de convencer a Falbo, quien en el pico de máxima tensión con el gobierno bonaerense ha dicho públicamente que no piensa renunciar. Y, llegado el caso de que logre esa vacante apreciada, debería conseguir el acuerdo del Senado. Una tarea que, a priori, no parece un trámite fácil.