Massa y De la Sota buscan sacar provecho

“Ahora tenés que aprovechar que el otro viene para abajo”, le comentó un jubilado en un comedor popular de La Boca. Sergio Massa, que había llegado hasta allí en tren de campaña,  escuchó la frase y lo abrazó. El candidato presidencial del Frente Renovador lo tomó como una señal de que los votantes perciben que Mauricio Macri “ya no es la única opción” opositora.
Por eso, no fue casual que Massa desembarcara en la ciudad de Buenos Aires dos días después de que el PRO retuvo el Gobierno local por sólo tres puntos en el ballotage entre Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau. Ese tropezón político del macrismo también buscó ser aprovechado por José Manuel de la Sota, que presentó su plan de gobierno en la capital.
Ambos precandidatos de la alianza UNA entienden que Macri no sólo tuvo “problemas” electorales en su propio distrito, sino que además puso en marcha un giro discursivo que “lo acerca al Gobierno nacional y borronea su perfil opositor”. El gobernador de Córdoba tradujo esa idea con una frase irónica sobre el líder del PRO: “Se volvió K de golpe”.
Por su parte, Massa le dio a Macri “la bienvenida a la avenida del sentido común”, luego de que el precandidato de Cambiemos mostrara su acuerdo con la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la estatización de Aerolíneas Argentinas e YPF, todas políticas del Gobierno que Massa siempre apoyo. Aunque en las próximas semanas haría alguna advertencia sobre la AUH.
Massa todavía no determinó cuándo lo planteará, pero ya habría decidido advertir que si llega a la Presidencia, ordenará una “revisión” de todos los planes sociales. Es decir, que buscará diferenciarse de Macri para ubicarse en la mira del votante opositor. El tigrense sostendría, en la misma línea, que el país necesita crear “empleo genuino” antes que multiplicar los planes.

Promesas y criticas
El mismo enfoque mantuvo ayer De la Sota al presentar su plan de metas para un futuro gobierno. “Vamos a crear cuatro millones de puestos de trabajo”, prometió en un acto en el Palacio San Miguel porteño. Allí, De la Sota también sostuvo: “Nosotros estamos curtidos en la Argentina real y por eso sabemos los problemas reales que tiene la gente en todo el país”.
Más temprano, Massa había dedicado una frase crítica con el mismo concepto político de fondo hacia Macri: “No se puede gobernar pensando en Barrio Norte y la Recoleta”, advirtió en un comedor popular donde habló ante un grupo de jubilados y les prometió que “cobrarán sus haberes con el 82% móvil desde el primero de enero” si él llegara a la Casa Rosada.
Entre sus propuestas para los cinco millones de jubilados que tiene la Argentina, Massa mencionó el “pago automático de los juicios” con fondos de la Anses, que el PAMI aumente su oferta de clínicas y que se incremente la cantidad de ambulancias del servicio de emergencias. Además, sostuvo que “hay que asegurar los medicamentos para los enfermos crónicos”.
Massa desgranó su propuesta para los jubilados en compañía de la diputada Mirta Tundis, una especialista previsional. Y aprovechó también la oportunidad para elogiar a Lousteau, que “tuvo el coraje de bancarse las presiones y no se compró lo de la polarización”. Por su parte, De la Sota apuntó contra Daniel Scioli: “Si lleva a ser presidente viene el default”, advirtió.
Con todo, Massa y De la Sota llevaron ayer su campaña a la ciudad de Buenos Aires y mantuvieron una línea discursiva similar, pero surgieron cortocircuitos en la organización de los debates entre ambos precandidatos de UNA. Sin embargo, tanto los seguidores del tigrense como del cordobés celebraron que Macri “cambió el discurso porque cae en las encuestas”.