ENFOQUE
Explotó la burbuja china: ni tanto ni tan poco
Otra "burbuja" financiera estalló esta semana con la caída de la bolsa china y se encendieron luces de alarma en todo el mundo, en particular en los países en desarrollo.
En las últimas tres semanas, la Bolsa de Shanghái se hundió prácticamente un 30%, lo que en los últimos días generó también un clima de pesimismo en las bolsas de todo el mundo.
Hay que tener en cuenta, de todos modos, como lo hizo esta semana una nota publicada en Los Angeles Times, que aún después de la caída, la mayoría de las acciones en el gigante asiático están en niveles muy superiores a los de hace un año atrás.
Es que desde noviembre de 2014 comenzó a registrarse un alza fuerte de esos papeles.
En ese contexto, la bolsa de Shanghái está todavía un 72 por ciento por encima de los niveles de julio de 2014.
De todos modos, como lo consignó la agencia AFP, tal fue el descalabro registrado en los últimos días que las 21 principales sociedades de bolsa chinas, reunidas de urgencia debieron anunciar una inversión de más de 19.000 millones de dólares en los mercados bursátiles del país para tratar de tapar el "agujero" generado por el desplome.
La inversión representó nada menos que el 15% de los activos netos combinados de estos corredores, informaron.
Más allá de las polémicas, la situación ya comenzó a generar precauciones en la economía real china, según consignaron diversos medios internacionales.
De acuerdo a una crónica del New York Times, propietarios de lujosos departamentos ahora tienen la intención de vender esos activos, en tanto que en los shoppings se redujeron las ventas, a la vez que quienes estaban por adquirir nuevos autos ahora lo piensan dos veces.
Analistas internacionales advirtieron a la agencia Bloomberg que el impacto de la caída de la bolsa china en el consumo de los hogares en ese país y en el mercado inmobiliario no puede ser ignorado.
Esta situación ya hizo mover a la baja las cotizaciones internacionales de algunas de las siempre muy sensibles materias primas.
Por ejemplo, el precio del mineral de hierro cayó la semana pasada por debajo de la línea de los 50 dólares, situación similar a la de 2009 y muy lejana de un pico de más de 187 dólares en febrero de 2011.
Al parecer, la situación de la economía global, si tenemos en cuenta los vaivenes que vive Europa por Grecia, no será del todo tranquila en los próximos meses.
En las últimas tres semanas, la Bolsa de Shanghái se hundió prácticamente un 30%, lo que en los últimos días generó también un clima de pesimismo en las bolsas de todo el mundo.
Hay que tener en cuenta, de todos modos, como lo hizo esta semana una nota publicada en Los Angeles Times, que aún después de la caída, la mayoría de las acciones en el gigante asiático están en niveles muy superiores a los de hace un año atrás.
Es que desde noviembre de 2014 comenzó a registrarse un alza fuerte de esos papeles.
En ese contexto, la bolsa de Shanghái está todavía un 72 por ciento por encima de los niveles de julio de 2014.
De todos modos, como lo consignó la agencia AFP, tal fue el descalabro registrado en los últimos días que las 21 principales sociedades de bolsa chinas, reunidas de urgencia debieron anunciar una inversión de más de 19.000 millones de dólares en los mercados bursátiles del país para tratar de tapar el "agujero" generado por el desplome.
La inversión representó nada menos que el 15% de los activos netos combinados de estos corredores, informaron.
Más allá de las polémicas, la situación ya comenzó a generar precauciones en la economía real china, según consignaron diversos medios internacionales.
De acuerdo a una crónica del New York Times, propietarios de lujosos departamentos ahora tienen la intención de vender esos activos, en tanto que en los shoppings se redujeron las ventas, a la vez que quienes estaban por adquirir nuevos autos ahora lo piensan dos veces.
Analistas internacionales advirtieron a la agencia Bloomberg que el impacto de la caída de la bolsa china en el consumo de los hogares en ese país y en el mercado inmobiliario no puede ser ignorado.
Esta situación ya hizo mover a la baja las cotizaciones internacionales de algunas de las siempre muy sensibles materias primas.
Por ejemplo, el precio del mineral de hierro cayó la semana pasada por debajo de la línea de los 50 dólares, situación similar a la de 2009 y muy lejana de un pico de más de 187 dólares en febrero de 2011.
Al parecer, la situación de la economía global, si tenemos en cuenta los vaivenes que vive Europa por Grecia, no será del todo tranquila en los próximos meses.