La citricultura podría desaparecer en tres años en la Argentina si avanza la mortífera bacteria del HLB, para la cual la ciencia aún no encontró el antídoto y ya causó estragos en Florida, Estados Unidos.
La voz de "alerta máxima" la dio en un diálogo con Noticias Argentinas, Gloria Pérez, la gerente técnico de la Asociación Fitosanitaria del Noroeste Argentino (Afinoa), entidad que da batalla a esta enfermedad que todavía no ingresó al NOA y cuyo nombre chino Huanglongbing remite al "dragón amarillo".
Afinoa trabaja con el Senasa y otros organismos públicos y privados para evitar que -como dijo Pérez- "estalle" el HBL, una enfermedad bacteriana que mata a las plantas cítricas y no tiene cura desde que fue descubierta en 1890.
En la Argentina, luego de unos 15.000 análisis realizados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), se detectaron 103 casos en Misiones y uno en Mocoretá, Corrientes: las plantas fueron destruidas.
Argentina es pionera porque es el primer país con un Programa Nacional de Prevención del HLB y tiene una ley, cuyos considerandos no se cumplen, según Pérez por falta de "iniciativa política".
Si usted es un citricultor y detecta frutos pequeños, deformados, asimétricos, manchas verde claro en la cáscara, la que suele presentar mayor espesura, o aumento de acidez y disminución de jugos en pomelos, limones, mandarinas, naranjas, limas, está frente a la temida enfermedad.
El problema es que el período de latencia es de 6 meses a dos años y en él las plantas pueden estar infectadas y no verse los síntomas mientras contagian a otras.
Las hojas enfermas presentan manchas asimétricas de color verde claro o amarillo pálido, además de engrosamiento y aclaración de las nervaduras.
En ramas, si éstas contrastan con el verde normal del resto de la planta, caída de hojas y frutos prematuros, el HLB desgraciadamente está presente.
El HLB es una enfermedad que no perdona a ningún cítrico y en Estados Unidos hay una carrera contra reloj para encontrar un tratamiento efectivo para el "enverdecimiento" de los cítricos, como llaman a esta enfermedad que ha diezmado las industrias de cítricos en todo el mundo.
Redujo la producción global de naranjas a los niveles más bajos observados en generaciones y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ya ha gastado cientos de millones de dólares en busca de una cura que no encuentra. La situación es grave.
Desde que se descubrió en el sur de la Florida en 2005, la plaga se ha extendido a casi todas las plantaciones de cítricos en el estado, y son fuertes los temores entre los productores de que la industria de 10.7 mil millones al año puede llegar a desaparecer.
Un insecto vector, la "diaphorina citri", llamada comúnmente "chicharrita" transmite la bacteria causante del HLB; al alimentarse de una planta enferma contagia a las sanas.
Por eso se pide no ingresar yemas de plantas al país porque pueden estar infectadas y transmiten la plaga mientras que el uso de material cítrico certificado es garantía de sanidad, tanto como producir material de propagación de cítricos bajo cubierta.
Para prevenir el contagio, la única solución al peligro hasta ahora, se recomienda no traer plantas ni frutas desde otros países, no trasladar dentro de la Argentina material vegetal sin autorización del Senasa y adquirir y comercializar sólo plantas de origen certificado.
El insecto vector no se encuentra en Catamarca, Norte de Buenos Aires y Tucumán.
¿Hacia dónde van los cítricos del mundo, ante esta amenaza que parece no se puede parar? Según Gloria Pérez, a los transgénicos porque se introducirían genes resistentes a la bacteria que pueden provenir de la espinaca.
Sólo en limones en Tucumán, Argentina mantiene el liderazgo de la exportación del Hemisferio Sur, ya que ha exportado a la fecha 96.400 toneladas, 60% más que el acumulado en el 2014, pero todavía bajo los niveles mostrados en años previos (2011, 2012, 2013).
Si la plaga ingresara al NOA el deterioro económico sería grave porque la industria del limón da trabajo a 60 mil personas en forma directa.
En Estados Unidos, el USDA ha concedido a la Universidad de Florida una beca de 4,6 millones de dólares, destinado a probar una nueva arma potencial en la lucha contra el "enverdecimiento" de los cítricos.
Se trata de Zinkicide, un bactericida inventado por un investigador de nanopartículas en la Universidad de Florida Central.
La evaluación de Zinkicide es un proyecto multi-institucional que involucra 13 investigadores de seis instituciones, pero la solución es difícil porque las bacterias transmitidas por insectos viven en el interior de la fruta de un árbol, tallos y raíces, en el tejido vascular conocido como el floema.
Allí, se priva al árbol de hidratos de carbono y nutrientes, causando la pérdida de la raíz y finalmente la muerte.
Un bactericida para ser eficaz contra HLB, debe ser capaz de moverse dentro de la planta y ése es el reto. México ya tiene infectado el 71% de sus cítricos y en Paraguay la enfermedad está descontrolada.
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