TENDENCIAS
Las alternativas frente al próximo presidente
Los negocios siguen atentos a los vaivenes de la política, e imaginando alternativas sobre que podría pasar después del 10 de diciembre, cuando asuma el próximo presidente.
En cuanto a los meses de transición, no esperan cambios de rumbo ni tampoco grandes turbulencias.
Temores no faltan acerca de los riesgos que acechan a la economía: presiones sobre el dólar, más desempleo y aceleración inflacionaria.
Sin embargo, en un porcentaje importante el mundo empresario se inclina por la hipótesis de que la marcha económica continuará maltrecha, pero sin desbordar.
Cambio voluntario o forzoso
También suponen que con el final del mandato de Cristina Kirchner, habrá un cambio voluntario o forzado de la política económica.
De allí que las declaraciones del ministro Axel Kicillof, asegurando que todo seguirá igual con Scioli, si el candidato oficialista gana, y que no continuará al frente del Palacio de Hacienda, merecieron una lectura especial en los negocios.
En un sentido, de la tensión y los fuertes condicionamientos que el mundo K está colocando al gobernador bonaerense, y por otro de quién podría ser el sucesor de Kicillof en el Palacio de Hacienda y que margen de maniobra tendría.
Desde las huestes sciolistas hubo declaraciones para intentar diferenciar a Scioli.
Una cuando el propio Scioli reivindicó al ex presidente Menem, ícono del liberalismo de los ’90 y otra con el anticipo de que se bajarán las retenciones para el trigo.
Se trata de tibias señales de independencia del candidato del Frente para la Victoria, que en el ámbito empresario son cada vez menos efectivas.
En pocas semanas, el humor del establishment financiero y económico se corrió rápidamente de la convicción de que tanto Scioli, como Macri, tendrá políticas amigables con el mercado.
En simultáneo comenzaron a surgir dudas respecto a si Scioli ganaría en la primera vuelta.
Un número importante de grandes corporaciones paga a los candidatos las encuestas que luego usan en sus comandos electorales o como acciones propagandísticas de quienes lideran o no las preferencias de la población.
Electorado propio
La información sobre las encuestas no le es ajena y de allí que el alineamiento pleno de Scioli con el kirchnerismo ha comenzado a generar dudas sobre si el Gobernador podrá conservar el porcentaje del electorado propio no K.
La última ofensiva judicial del oficialismo sobre la justicia ha agregado datos negativos a la percepción de los negocios para el año próximo.
La justicia nunca fue totalmente independiente del poder político, pero una colonización como intenta la administración de Cristina Kirchner ha encendido luces de alerta.
En especial por los derechos referidos a la propiedad.
La expectativa de que el próximo presidente deberá echar mano a una refinanciación total de la deuda y quizás cambiar la jurisdicción de pago es materia de enormes conjeturas e incertidumbres.
El caso griego
El ejemplo de Grecia es también materia de observación, aunque no porque represente una opción viable.
A diferencia de los temores que surgieron, la crisis de la deuda griega no está colocando en dificultades al resto de Europa y tampoco el sistema financiero.
La probabilidad se inclina ahora a que el nuevo default griego deje a ese país aún más aislado y con su economía en crisis.
Alguna experiencia similar por parte de la Argentina para resolver sus problemas con los fondos buitres puede aparecer atractiva en medio de una campaña electoral, pero podría ser inviable para recuperar su economía y la posibilidad de crecimiento.
El nuevo rumbo de Brasil y la inclinación de la presidente Dilma de reforzar su alineamiento con los EE UU dejan cada vez menos margen de acción a experiencias de esa naturaleza.
En cuanto a los meses de transición, no esperan cambios de rumbo ni tampoco grandes turbulencias.
Temores no faltan acerca de los riesgos que acechan a la economía: presiones sobre el dólar, más desempleo y aceleración inflacionaria.
Sin embargo, en un porcentaje importante el mundo empresario se inclina por la hipótesis de que la marcha económica continuará maltrecha, pero sin desbordar.
Cambio voluntario o forzoso
También suponen que con el final del mandato de Cristina Kirchner, habrá un cambio voluntario o forzado de la política económica.
De allí que las declaraciones del ministro Axel Kicillof, asegurando que todo seguirá igual con Scioli, si el candidato oficialista gana, y que no continuará al frente del Palacio de Hacienda, merecieron una lectura especial en los negocios.
En un sentido, de la tensión y los fuertes condicionamientos que el mundo K está colocando al gobernador bonaerense, y por otro de quién podría ser el sucesor de Kicillof en el Palacio de Hacienda y que margen de maniobra tendría.
Desde las huestes sciolistas hubo declaraciones para intentar diferenciar a Scioli.
Una cuando el propio Scioli reivindicó al ex presidente Menem, ícono del liberalismo de los ’90 y otra con el anticipo de que se bajarán las retenciones para el trigo.
Se trata de tibias señales de independencia del candidato del Frente para la Victoria, que en el ámbito empresario son cada vez menos efectivas.
En pocas semanas, el humor del establishment financiero y económico se corrió rápidamente de la convicción de que tanto Scioli, como Macri, tendrá políticas amigables con el mercado.
En simultáneo comenzaron a surgir dudas respecto a si Scioli ganaría en la primera vuelta.
Un número importante de grandes corporaciones paga a los candidatos las encuestas que luego usan en sus comandos electorales o como acciones propagandísticas de quienes lideran o no las preferencias de la población.
Electorado propio
La información sobre las encuestas no le es ajena y de allí que el alineamiento pleno de Scioli con el kirchnerismo ha comenzado a generar dudas sobre si el Gobernador podrá conservar el porcentaje del electorado propio no K.
La última ofensiva judicial del oficialismo sobre la justicia ha agregado datos negativos a la percepción de los negocios para el año próximo.
La justicia nunca fue totalmente independiente del poder político, pero una colonización como intenta la administración de Cristina Kirchner ha encendido luces de alerta.
En especial por los derechos referidos a la propiedad.
La expectativa de que el próximo presidente deberá echar mano a una refinanciación total de la deuda y quizás cambiar la jurisdicción de pago es materia de enormes conjeturas e incertidumbres.
El caso griego
El ejemplo de Grecia es también materia de observación, aunque no porque represente una opción viable.
A diferencia de los temores que surgieron, la crisis de la deuda griega no está colocando en dificultades al resto de Europa y tampoco el sistema financiero.
La probabilidad se inclina ahora a que el nuevo default griego deje a ese país aún más aislado y con su economía en crisis.
Alguna experiencia similar por parte de la Argentina para resolver sus problemas con los fondos buitres puede aparecer atractiva en medio de una campaña electoral, pero podría ser inviable para recuperar su economía y la posibilidad de crecimiento.
El nuevo rumbo de Brasil y la inclinación de la presidente Dilma de reforzar su alineamiento con los EE UU dejan cada vez menos margen de acción a experiencias de esa naturaleza.