Pese a que el Gobierno porteño no tuvo en cuenta la opinión de los expertos que recomendaban una implementación por etapas, el debut de la “boleta electrónica” en la ciudad de Buenos Aires superó ayer la prueba porque la mayoría de los votantes no tuvo inconvenientes para utilizar el sistema.
De hecho, los ciudadanos evaluaron que el nuevo sistema es “más ágil” que el tradicional de la boleta de papel, de acuerdo a un sondeo realizado por la Defensoría del Pueblo porteño sobre 6.664 consultados.
La encuesta también determinó que el 65% de las personas tardaron menos de cinco minutos para votar, según dijo el defensor de la Ciudad Alejandro Amor.
Boleta electrónica
Las autoridades porteñas explicaron ayer que el sistema debe considerarse como de “boleta electrónica” y no de “voto electrónico” porque en rigor, la selección de los candidatos se hace por medio de una máquina, aunque la información no queda almacenada en el aparato sino que es impresa y luego introducida en una urna, emulando el estilo de votación en papel.
Además, el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, quien estuvo a cargo de la logística del comicio, evaluó que el sistema contribuyó a acelerar el escrutinio posterior al cierre de la votación, dado que “se eliminó la contingencia de la carga de datos en papel”. El funcionario habló en la sede del Gobierno de la Ciudad, ubicada ahora en Parque Patricios.
El alcalde de la Ciudad, Mauricio Macri, sostuvo que la “boleta electrónica” le permite al distrito realizar sus comicios con “seguridad y transparencia”.
En la misma línea, pidió “no tener miedo ni complejo con la máquina”.
Sobre el sistema, agregó que “no es contaminante porque ahora solo se usan 1.800.000 boletas” contra 10 millones de boletas de papel.
Dudas opositoras
Así como el macrismo defendió el sistema, los dirigentes de la oposición manifestaron en cambio sus dudas al respecto. Luego de votar en una escuela de Barracas, el candidato del kirchnerismo Mariano Recalde informó que le reportaron “algunos problemas técnicos” con las máquinas como “fallas en la impresión”, aunque aclaró que fueron “excepciones”.
Más reflexivo, el candidato de ECO, Martín Lousteau, afirmó que los porteños “se merecen un debate más profundo sobre si el nuevo sistema de votación le da garantías a la gente”. Además, Lousteau reclamó a sus fiscales que fueran “muy cuidadosos a la hora del recuento de votos” y dijo que “si no se acelera el escrutinio provisorio, no sabemos cuál es el beneficio”.
Por su parte, la candidata de la izquierda FIT, Myriam Bregman, afirmó: “Vamos a estar muy alertas a todo lo que pueda pasar durante el escrutinio y a denunciar las irregularidades que se produzcan. Creemos que la implementación de este sistema debió haber sido más gradual para que los votantes se fueran acostumbrando”, señaló tras emitir su voto en Congreso.
Según pudo saber este diario, la “boleta electrónica” debutó con pequeños percances y con la denuncia de que unas pocas máquinas no funcionaron.
En el Liceo Nacional Nº 1, de Recoleta, un joven de 22 años llamado Agustín, presidente de mesa, dijo que la experiencia fue “muy buena” en general, pero algunas personas mayores “como que se peleaban con las máquinas”.
El sistema utilizado ayer en la ciudad de Buenos Aires se aplica hace seis años en la provincia de Salta, donde su implementación se fue haciendo por regiones, hasta completar el total del territorio.
En tanto, el último viernes la Policía Metropolitana realizó un allanamiento en el domicilio de un supuesto hacker que decía por las redes sociales que se podía vulnerar las máquinas.
A PESAR DE LAS DUDAS Y LAS CRÍTICAS PREVIAS
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