ACTUALIDAD NACIONAL
La balanza electoral de Cristina
Hace un año le llevaron unproyecto similar y reaccionó con indiferencia. Ahora la coyuntura política y económica motivó a Cristina Kirchner a bendecir la iniciativa para que puedan votar jóvenes desde los 16 años y extranjeros con dos años de residencia permanente en el país.
El proyecto de los senadores Aníbal Fernández y Elena Corregido, que había sido presentado hace varias semanas, comenzará a ser tratado el martes próximo en la Cámara alta y posiblemente sea aprobado sin grandes esfuerzos.
Tiene tres ejes por analizar: si está bien o no que adolescentes y extranjeros puedan ejercer ese derecho; el objetivo político-electoral del oficialismo de sumar votos; y el impacto sobre una oposición que vuelve a reaccionar en forma despareja ante una iniciativa del kirchnerismo.
“Más allá de tener que debatirlo al interior del partido, me da bronca salir a contestar todo el tiempo sobre cuestiones que plantea el oficialismo, nos falta iniciativa”, se sinceró un diputado opositor en diálogo con este columnista.
Ese fue uno de los impactos del proyecto, su poder de dispersión sobre el arco antikirchnerista, que había comenzado a aglutinarse apenas una semana antes para coordinar acciones contra un eventual intento de reforma constitucional.
Dentro de los sectores mayoritarios, el radicalismo y el PRO ya anunciaron que analizarán la propuesta antes de dar una respuesta orgánica, mientras que el FAP se mostró propenso a acompañarla y el peronismo opositor parece inclinado por el rechazo, pero hace tiempo que no tiene una voz unificada.
Una amplia mayoría no ve mal que se pueda votar desde los 16 años, pero la discusión girará sobre ese precepto que indica que el ingreso a la vida adulta en la Argentina es a los 18. Quizá haya más voces opositoras al voto de los extranjeros, ya que muchos consideran que para ejercer ese derecho deben primeramente obtener la ciudadanía argentina y no solo probar su residencia.
En cuanto a los jóvenes, en toda la oposición anida la idea de no enviar un mensaje contradictorio a un sector de la población al que buscaron acercarse y en el que el kirchnerismo “primereó” con el crecimiento exponencial de La Cámpora, sobre todo a partir de un fenómeno que propició la muerte de Néstor Kirchner.
La UCR añora los tiempos en los que la Juventud Radical tenía tanto protagonismo como hoy tiene La Cámpora; el PRO busca todos los canales posibles para acercarse a los jóvenes; y el FAP fomenta la participación de esa franja etaria con su perfil progresista, principalmente desde Rosario, bastión socialista.
Escenario
El proyecto será apurado por el oficialismo en momentos en que la imagen presidencial cayó entre 25 y 30 puntos, según las consultoras Management & Fit y Poliarquía desde comienzos de año.
Ese retroceso se dio a partir de una combinación de factores: el accidente del tren de Once, el caso Ciccone, las peleas con Mauricio Macri y Daniel Scioli y la situación de la economía.
Mientras la inflación no cede, el cepo cambiario sigue ampliándose.
Ahora cobrarán recargos al consumo con tarjetas de crédito y débito en el exterior y a las compras por Internet. Es cierto que las restricciones cambiarias alcanzan a un número no muy significativo de la población pero operan negativamente sobre el amplio universo incluido en los sectores medios.
Cristina Kirchner ya tiene un frente electoral complejo en los grandes distritos electorales, donde se concentra buena parte de esos sectores medios. Allí varias figuras se aprestan a competir el año próximo (Julio Cobos en Mendoza, Hermes Binner en Santa Fe, el PRO en la Ciudad y De la Sota con una lista propia en Córdoba), lo cual puede complicar la faena oficialista, que vuelve a centrar sus ojos en la estratégica Buenos Aires.
En ese marco, los jóvenes pueden hacer su aporte a la vitalidad del kirchnerismo, ya que claramente en la franja etaria de 18 a 25 años es donde más apoyo recoge la Presidenta, y más aún si se la limitara hasta los 22.
Roberto Bacman, de la consultora CEOP, sostuvo que “la edad es una variable muy importante para el Gobierno. En las últimas elecciones, entre los más jóvenes Cristina sacó más del 60% de los votos, por encima del promedio”.
Según datos del Censo de 2010, en caso de aprobarse el proyecto se sumarán al padrón electoral casi 1,4 millones de jóvenes, sobre un universo actual de 25,2 millones de electores de entre 18 y 70 años.
También se encontraría en condiciones de sufragar medio millón de extranjeros con dos años de residencia permanente en el país, otro sector que podría acompañar mayoritariamente al Gobierno a partir de la eliminación de barreras para que puedan vivir y trabajar en la Argentina.
En ambos casos al ser opcional el voto es difícil medir su impacto en puntos electorales, pero la idea del oficialismo es no dejar detalle sin atender en la estrategia electoral.
Cobra así más densidad la polémica por las incursiones de La Cámpora -para adoctrinar o solo militar- en las escuelas secundarias.
En la semana hubo una reunión de las principales figuras del kirchnerismo en la Cámara de Diputados dentro del nuevo esquema de preferencia de Cristina, la plataforma Unidos y Organizados que tiene como principales nutrientes a La Cámpora, el Movimiento Evita y la agrupación Kolina de Alicia Kirchner.
Pese a que no hubo conclusiones fuertes, el objetivo estaba claro: ratificar el liderazgo de la Presidenta como única opción electoral y jugar fuerte en ese sentido.
El proyecto de los senadores Aníbal Fernández y Elena Corregido, que había sido presentado hace varias semanas, comenzará a ser tratado el martes próximo en la Cámara alta y posiblemente sea aprobado sin grandes esfuerzos.
Tiene tres ejes por analizar: si está bien o no que adolescentes y extranjeros puedan ejercer ese derecho; el objetivo político-electoral del oficialismo de sumar votos; y el impacto sobre una oposición que vuelve a reaccionar en forma despareja ante una iniciativa del kirchnerismo.
“Más allá de tener que debatirlo al interior del partido, me da bronca salir a contestar todo el tiempo sobre cuestiones que plantea el oficialismo, nos falta iniciativa”, se sinceró un diputado opositor en diálogo con este columnista.
Ese fue uno de los impactos del proyecto, su poder de dispersión sobre el arco antikirchnerista, que había comenzado a aglutinarse apenas una semana antes para coordinar acciones contra un eventual intento de reforma constitucional.
Dentro de los sectores mayoritarios, el radicalismo y el PRO ya anunciaron que analizarán la propuesta antes de dar una respuesta orgánica, mientras que el FAP se mostró propenso a acompañarla y el peronismo opositor parece inclinado por el rechazo, pero hace tiempo que no tiene una voz unificada.
Una amplia mayoría no ve mal que se pueda votar desde los 16 años, pero la discusión girará sobre ese precepto que indica que el ingreso a la vida adulta en la Argentina es a los 18. Quizá haya más voces opositoras al voto de los extranjeros, ya que muchos consideran que para ejercer ese derecho deben primeramente obtener la ciudadanía argentina y no solo probar su residencia.
En cuanto a los jóvenes, en toda la oposición anida la idea de no enviar un mensaje contradictorio a un sector de la población al que buscaron acercarse y en el que el kirchnerismo “primereó” con el crecimiento exponencial de La Cámpora, sobre todo a partir de un fenómeno que propició la muerte de Néstor Kirchner.
La UCR añora los tiempos en los que la Juventud Radical tenía tanto protagonismo como hoy tiene La Cámpora; el PRO busca todos los canales posibles para acercarse a los jóvenes; y el FAP fomenta la participación de esa franja etaria con su perfil progresista, principalmente desde Rosario, bastión socialista.
Escenario
El proyecto será apurado por el oficialismo en momentos en que la imagen presidencial cayó entre 25 y 30 puntos, según las consultoras Management & Fit y Poliarquía desde comienzos de año.
Ese retroceso se dio a partir de una combinación de factores: el accidente del tren de Once, el caso Ciccone, las peleas con Mauricio Macri y Daniel Scioli y la situación de la economía.
Mientras la inflación no cede, el cepo cambiario sigue ampliándose.
Ahora cobrarán recargos al consumo con tarjetas de crédito y débito en el exterior y a las compras por Internet. Es cierto que las restricciones cambiarias alcanzan a un número no muy significativo de la población pero operan negativamente sobre el amplio universo incluido en los sectores medios.
Cristina Kirchner ya tiene un frente electoral complejo en los grandes distritos electorales, donde se concentra buena parte de esos sectores medios. Allí varias figuras se aprestan a competir el año próximo (Julio Cobos en Mendoza, Hermes Binner en Santa Fe, el PRO en la Ciudad y De la Sota con una lista propia en Córdoba), lo cual puede complicar la faena oficialista, que vuelve a centrar sus ojos en la estratégica Buenos Aires.
En ese marco, los jóvenes pueden hacer su aporte a la vitalidad del kirchnerismo, ya que claramente en la franja etaria de 18 a 25 años es donde más apoyo recoge la Presidenta, y más aún si se la limitara hasta los 22.
Roberto Bacman, de la consultora CEOP, sostuvo que “la edad es una variable muy importante para el Gobierno. En las últimas elecciones, entre los más jóvenes Cristina sacó más del 60% de los votos, por encima del promedio”.
Según datos del Censo de 2010, en caso de aprobarse el proyecto se sumarán al padrón electoral casi 1,4 millones de jóvenes, sobre un universo actual de 25,2 millones de electores de entre 18 y 70 años.
También se encontraría en condiciones de sufragar medio millón de extranjeros con dos años de residencia permanente en el país, otro sector que podría acompañar mayoritariamente al Gobierno a partir de la eliminación de barreras para que puedan vivir y trabajar en la Argentina.
En ambos casos al ser opcional el voto es difícil medir su impacto en puntos electorales, pero la idea del oficialismo es no dejar detalle sin atender en la estrategia electoral.
Cobra así más densidad la polémica por las incursiones de La Cámpora -para adoctrinar o solo militar- en las escuelas secundarias.
En la semana hubo una reunión de las principales figuras del kirchnerismo en la Cámara de Diputados dentro del nuevo esquema de preferencia de Cristina, la plataforma Unidos y Organizados que tiene como principales nutrientes a La Cámpora, el Movimiento Evita y la agrupación Kolina de Alicia Kirchner.
Pese a que no hubo conclusiones fuertes, el objetivo estaba claro: ratificar el liderazgo de la Presidenta como única opción electoral y jugar fuerte en ese sentido.