El impacto provocado por la política económica del Gobierno nacional se da en las transformaciones dentro del mercado laboral. Allí el empleo registrado disminuyó tanto en el sector público como el privado, y en paralelo hubo un aumento del monotributismo. Dentro de esa misma categoría, a su vez, hubo un crecimiento del monotributo social.
Este régimen tributario es la categoría más baja del monotributo, la cual cuenta con gastos subsidiados por el Estado (componente impositivo y previsional, y el 50% de la obra social), y es con la que cuentan los trabajadores en situación de vulnerabilidad social y que perciben ingresos inferiores al haber mínimo. La Ley Bases fue un intento por eliminar a esta submodalidad laboral, pero terminó siendo rechazada por el Senado.
De acuerdo al último informe de la Secretaría de Trabajo, el total de trabajadores con empleo asalariado disminuyó un 1,8% (186 mil empleados menos). Entre los factores que generaron esta tendencia figura el retroceso del sector privado (-1,9%), el público (-1,5%) y el personal registrado de casas particulares (-3,3%). Como contrapartida, el trabajo independiente creció un 2,4%, impulsado por el monotributo social, que creció un 5,9%.
De 634.720 monotributistas sociales que había hasta noviembre de 2023, se pasó un año después a 672.106, un crecimiento de 37.386 registros.
Esta dirección que tomó el mercado laboral viene a consolidar tendencias ya existentes antes del Gobierno de Javier Milei, a la precarización del empleo cristalizada en la disminución de la contratación en blanco y con prestaciones frente al aumento del monotributismo, impulsado también por el auge de la economía digital, como aplicaciones móviles y teletrabajo, entre otros. En cambio, la fuerza laboral amparada por el monotributo social se emplea en trabajos vinculados a la economía social, la venta en la calle y la pequeña producción.
Muchos vendedores ambulantes figuran como monotributistas sociales debido a sus bajos ingresos.
Si los monotributistas sociales debieran inscribirse en el monotributo “puro”, en vez de pagar solo $8.358 tendrían que abonar todo el componente impositivo y previsional así como la totalidad de la obra social, es decir, deberían pagar una cuota de $32.221,31, si se toma a la categoría más baja de esta tributación.
El Gobierno nacional quiso eliminar esta tributación especial para los trabajadores cuentapropistas de bajos ingresos en el marco de la Ley Bases, aduciendo que significaba un costo fiscal relevante.
En auge
El trabajo independiente creció un 2,4%, impulsado por el monotributo social, que aumentó un 5,9% interanual a noviembre pasado. Es la forma más precaria de estar registrado. Muchos vendedores ambulantes figuran como monotributistas sociales por sus bajos ingresos.
COMENTARIOS