Ataviada con una gorra del Servicio Penitenciario Federal, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, apareció en el acto de inauguración de la Unidad 36 de Coronda, “Dr. Eusebio Gómez”, en la provincia de Santa Fe. Montada sobre un atril pronunció un duro discurso “contra las mafias”, agitó al aire su dedo índice y afirmó que con la construcción del nuevo penal avanzaba “en una estrategia clara y contundente para combatir el narcotráfico y a las organizaciones criminales”. Horas más tarde el relato oficial se desarmó rápidamente.
El intendente de Coronda, Ricardo Ramírez, que participó del acto, dijo que todo fue una puesta en escena y que la unidad todavía no está en condiciones de ser utilizada. Al edificio le falta la conexión de agua y las celdas aún no están en condiciones para alojar presos, pudo confirmar este medio de otra importante fuente oficial.
La puesta en escena tuvo ribetes de espectáculo. Detrás de Bullrich se mostraron efectivos con pasamontañas, anteojos negros, fusiles y revólveres. En una celda de pocos metros cuadrados, con paredes de ladrillos grandes y blancos, se vio la mano dura libertaria: cinco penitenciarios con casco y escudo redujeron a tres hombres, presumiblemente presos. La foto del “método Bukele”, por el estilo que impregnó el presidente de El Salvador, sólo muestra la cara de dos: tienen la frente contra el muro, el pelo rapado y uno de ellos –el que se ubica en primer plano– lleva ropa oscura. “No sabemos si son presos o actores. Después del acto se los llevaron”, comentó una de las fuentes.
El montaje tuvo clima épico e histórico. “Esta cárcel es un símbolo de nuestra estrategia integral de seguridad”, sentenció Bullrich. “Nuestro objetivo es transformar el Servicio Penitenciario Federal en una institución moderna, eficiente y orientada a la rehabilitación de quienes cumplen condenas largas. Al mismo tiempo, buscamos aliviar la presión sobre las cárceles provinciales, permitiéndoles enfocarse en la reinserción social de internos con penas menores. Esto es parte de un cambio estratégico que ya estamos implementando en todo el país”, prometió.
El intendente “Bachi” Ramírez confirmó el montaje con sus propias palabras: “A los presos los llevaron para la foto”, afirmó, y criticó que no están dadas las medidas de seguridad externas para que la población corondina pueda convivir con ese penal ahora. “Yo no voy a definir si la cárcel está o no en condiciones, pero no están dadas para la ciudad”, dijo el jefe comunal.
Consultado sobre si el penal está preparado para ser habitado ahora, esquivó la respuesta: “Habría que preguntarle a la jefe del Servicio Penitenciario. Yo no tengo esa información”, expresó. Recién en marzo podría comenzar a funcionar efectivamente la cárcel, alojando a los primeros presos.
“Me sorprendió, porque en reuniones con autoridades penitenciarias nos habían dicho que los internos iban a llegar en 45, 60 días, que hoy se iba a hacer una inauguración.
Cuando la ministra Bullrich dijo que ya había internos...”, había dicho más temprano el intendente Ramírez.
Sugestivamente, el gobernador de la provincia, el radical Maximiliano Pullaro, no asistió al acto. La comunicación oficial en la previa desde Seguridad de la Nación avisaba que el mandatario iba a participar.
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