Un año de motosierra, licuadora, ajuste y logros en la gestión de Milei
LOS PRINCIPALES HITOS ECONÓMICOS

Un año de motosierra, licuadora, ajuste y logros en la gestión de Milei

Un mercado cambiario en paz, inflación que sube menos pero lejos aún del crecimiento y mejores indicadores sociales.

El primer año de Javier Milei al frente de la presidencia ha estado marcado por decisiones económicas profundas y difíciles, con un enfoque claro en la estabilidad fiscal y el control de la inflación. Desde el inicio de su gestión, el Gobierno implementó medidas contundentes para intentar equilibrar las cuentas públicas, reducir la inflación y mejorar la percepción de los mercados. Entre estos hitos, destacan un salto abrupto del tipo de cambio, un programa de tasas de interés negativas, y un ajuste fiscal severo que resultó en una serie de impactos económicos tanto positivos como negativos. 

Uno de los primeros movimientos del equipo económico de Milei fue un salto del tipo de cambio superior al 120%, que sorprendió a los mercados. Junto a este, se implementaron tasas de interés negativas, lo que licuó los stocks en pesos y redujo significativamente el peso de los intereses de la deuda remunerada del Banco Central. 

A su vez, el Gobierno apostó por un ajuste fiscal inmediato para lograr un superávit desde los primeros meses de mandato, buscando dar una señal clara de solvencia y control de la deuda ante los mercados internacionales. 

El esquema económico incluyó medidas como la devaluación de la moneda, la eliminación de controles de precios con una suba de tarifas, el mantenimiento de un déficit fiscal cero inmediato y la administración de las importaciones bajo un esquema de cepo cambiario. La combinación de estas decisiones permitió al Gobierno comenzar a acumular reservas y contener la inflación, aunque con un impacto en el poder adquisitivo de los argentinos. 

Uno de los logros fue el superávit fiscal alcanzado en gran parte del año. A lo largo de 2024, el Gobierno consiguió registrar un superávit financiero en nueve de los primeros diez meses, alcanzando un 0,5% del Producto Bruto Interno (PBI). Este resultado superó las expectativas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y permitió una reversión del déficit primario del 2,6% del PBI a fin de 2023, una mejora significativa que no se veía en el país desde hacía más de 40 años. 

El control de la inflación fue uno de los objetivos más difíciles de alcanzar. Durante los primeros meses del año Argentina estuvo entre los países de América latina con mayores incrementos de precios. Sin embargo, hacia octubre se comenzó a frenar esta tendencia, y se proyecta que la inflación cerrará 2024 cerca del 120%, lo que representa una desaceleración considerable en comparación con el 211,4% registrado en 2023, aunque sigue siendo elevada. 

Por otro lado, el mercado de acciones tuvo un desempeño notable. Desde la segunda vuelta electoral de 2023, el índice S&P Merval subió un 176% en dólares, lo que significó un aumento de la capitalización bursátil del país de unos 82.000 millones de dólares. Este repunte fue impulsado por el aumento de los precios de los bonos y las acciones argentinas, lo que también contribuyó a la mejora de las condiciones financieras del país. 

A pesar de los avances fiscales y financieros, la actividad económica sufrió una desaceleración considerable en 2024. 

Entre noviembre de 2023 y agosto de 2024, se perdieron más de 261.000 puestos de trabajo registrados, reflejando las consecuencias de la caída del consumo y el impacto de las medidas de ajuste. El consumo de bienes y alimentos sufrió una caída significativa, mientras que la pobreza alcanzó niveles preocupantes, superando el 55% en el primer trimestre del año, el nivel más alto en dos décadas. 

En términos financieros, el país experimentó mejoras en algunos indicadores clave. El riesgo país, medido por JP Morgan, cayó un 60%, pasando de 1.854 puntos a 737, lo que refleja una mayor confianza en la economía argentina. Además, el Índice de Libertad Económica 2024, elaborado por la Fundación Libertad y Progreso, mostró un avance significativo, con Argentina subiendo 61 posiciones en el ranking global, pasando del puesto 145 al 84. 

Sin embargo, el costo social de las políticas fue alto. La inflación y la eliminación de subsidios a las tarifas afectaron el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, y la pobreza continuó en niveles críticos. A pesar de una leve recuperación del salario real, la pobreza podría mantenerse por encima del 45% al cierre de 2024, un reflejo de los retos sociales que enfrenta la administración Milei.

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