APRETÓN DE MANOS Y ACERCAMIENTO COMERCIAL CON CHINA, TRAS EL PRIMER ENCUENTRO DE JAVIER MILEI CON XI JINPING / AFP
APRETÓN DE MANOS Y ACERCAMIENTO COMERCIAL CON CHINA, TRAS EL PRIMER ENCUENTRO DE JAVIER MILEI CON XI JINPING / AFP
EN EL MARCO DE LA CUMBRE DEL G-20

Giro con China: Milei se reunió con Xi Jinping en Brasil

El mandatario argentino consumó su acercamiento con el líder asiático y acordaron avanzar en las relaciones comerciales. Además, cruzaron invitaciones para visitar ambos países

El pragmatismo se impuso. Después de haber adherido (aunque con reservas) a la declaración final de la Cumbre del G-20 celebrada en Río de Janeiro, el presidente, Javier Milei, se reunió ayer en Brasil con Xi Jinping, su par de China, país al que hasta el año pasado tachaba de “comunista” y con el que juraba que no haría negocios para meses después definir al gigante asiático como “un socio comercial muy interesante”. Ahora, ese giro se consumó y el libertario avanzó en el acercamiento con la nación que es segundo destino de de las exportaciones argentinas. Tras el encuentro, ambos gobiernos destacaron que se acordó avanzar en la cooperación y en la ampliación de las relaciones comerciales. Mientras trascendió que Milei aceptó la invitación de Xi a viajar a su país en el contexto de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, aún sin fecha, pero prevista para 2025.

La primera bilateral entre Milei y Xi Jinping duró 30 minutos y se concretó en el Hotel Sheraton de Río de Janeiro, donde estaba alojado el líder asiático.

Tras la cita, un comunicado oficial de la Casa Rosada destacó que “China expresó su interés en incrementar el comercio con la República Argentina, mientras que Argentina manifestó su vocación de diversificar y aumentar su oferta de exportaciones al mercado chino.

Ambas naciones acordaron seguir trabajando en el fortalecimiento de sus lazos comerciales y en el desarrollo de proyectos conjuntos que beneficien a ambas economías”.

El mismo tono siguió el texto difundido por el Gobierno chino. “El presidente Xi expresó su disposición de trabajar junto con el presidente Milei para fomentar el desarrollo duradero y estable de la asociación estratégica integral entre China y Argentina, coadyuvando mejor al desarrollo de sus respectivos países”, escribió en sus redes sociales la vicecanciller y portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying.

Sobre la eventual visita a Beijing de Milei, se informó que el mandatario argentino aceptó la invitación formal que le hizo Xi Jinping y que el Presidente retribuyó con una invitación similar para que Xi viaje a Buenos Aires. “Estas visitas se realizarán en plazos y términos a acordar entre ambas cancillerías”, aclararon cerca del libertario

La cita oficial en la que Milei estuvo acompañado por el ministro de Economía, Luis Caputo, el canciller Gerardo Werthein y otro funcionarios, reflejó el giro de un presidente que, como se dijo, hasta el año pasado se mostraba reacio a mantener relaciones diplomáticas con China, a la que más de una vez condenó por “comunista”.

Apremiado por la necesidad de divisas, el libertario se ha visto obligado a arriar algunas de sus banderas ideológicas para sostener un vínculo que es clave para la economía argentina. China es el segundo socio comercial del país, destino del 8,5% de las exportaciones y origen del 17,9% de las importaciones. Pero además, funciona como soporte para mantener la estabilidad financiera a través del swap (intercambio) por 5.000 millones de dólares, medular para reforzar las magras reservas del Central. A cambio, el líder chino reclama el control de la Hidrovía, de las represas hidroeléctricas en el Sur, más participación en las comunicaciones y el acceso al cobre y el litio del país.

Todo es materia de negociación, pero la relación con China podría complicarse con la llegada de Donald Trump al poder de los Estados Unidos. Milei deberá hacer equilibrio entre el “alineamiento total” con el norteamericano y su acercamiento a Xi Jinping, rival comercial del republicano.

Los líderes mundiales que participaron de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, Brasil, repitieron ayer la tradicional “foto de familia”. Ahora con Joe Biden, Giorgia Meloni y Justin Trudeau entre los retratados y que habían llegado tarde a la foto del lunes. El que no estuvo esta vez fue el presidente, Javier Milei, cuya ausencia generó intriga.

Hubo versiones cruzadas sobre el faltazo de Milei, que aprobó la declaración final de la cumbre que tuvo a Lula Da Silva como anfitrión “para no romper el consenso de los demás jefes de Estado”, aunque marcó diferencias en varios asuntos.

Según fuentes diplomáticas, la larga jornada de reuniones bilaterales que mantuvo en Río el mandatario argentino (ver aparte) le impidió asistir para el retrato final. “Hubo superposición de actividades”, aclararon las fuentes. Aunque lo cierto es que hasta anoche no había explicación oficial sobre el hecho que, trascendió, provocó malestar en Brasil, donde interpretaron el episodio como un desplante a Lula.

 

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