En medio de las protestas universitarias que se extienden en todo el país, el Gobierno avanzará en los próximos días con su plan para auditar a las universidades públicas, con el objetivo de controlar el uso de las partidas que reciben del Estado. El director de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), Miguel Blanco, reveló detalles de esta tarea, que estuvo en el centro de la polémica luego del veto presidencial que derogó la Ley de Financiamiento Universitario.
“Vamos a trabajar primero en el programa de trabajo que será fundamentalmente en el control del uso de los fondos públicos que reciben las universidades”, sostuvo el síndico, cuyo organismo esta semana volvió a recuperar la atribución de revisar las cuentas de las casas de estudio.
Blanco recordó que la SIGEN ya había auditado universidades en el pasado, pero que hubo un cese de esta actividad tras un dictamen del exprocurador del Tesoro, Carlos Zannini, en 2022, durante la gestión del Frente de Todos.
Según el contador, las auditorías comenzarán la semana próxima “con algunos casos como la Universidad de La Matanza”. Para el resto aún falta armar los equipos de auditores y luego se priorizará en qué universidades seguir “en función de los volúmenes de fondos y calidad de convenios”.
En cuanto al alcance de las auditorías, el directivo subrayó que el organismo se encarga fundamentalmente de ver el “sistema de control interno, estudiar los procesos y controles que hay en cada una de las reparticiones y después a través de un muestreo revisar el uso de los fondos”, dijo en declaraciones al programa No hay plata, que se emite por Radio con Vos. Y aclaró que no intervendrán en cuestiones relacionadas con la autonomía universitaria, tal como la designación de autoridades o la elección de carreras y profesores: “Eso no está dentro de nuestro alcance”.
Blanco señaló que los informes estarán disponibles para el público a través de los mecanismos de acceso a la información pública y podrían ser publicados en la página web del organismo. “Lo que hay que hacer es ver las facultades”, puntualizó. Según deslizó, uno de los puntos que estarán bajo revisión son los convenios firmados. En concreto, si los trabajos encargados a las universidades se realizan con recursos propios o si, como ha ocurrido en algunas ocasiones, se subcontratan a terceros.
“En el caso que haya sospecha de corrupción, si hay algún síntoma, se lo derivará a la Oficina Anticorrupción y a la Fiscalía de Investigaciones Administrativas para que ellos sigan el curso”, advirtió Blanco.
El plan de auditorías llega en un momento de máxima tensión entre el gobierno de Milei y las autoridades de las universidades. Tanto los rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), como el Frente Sindical de docentes universitarios y el movimiento estudiantil, aglutinado en la Federación Universitaria Argentina (FUA) y los centros de estudiantes, exigen un incremento de las partidas presupuestarias ajustado, a la inflación acumulada desde diciembre de 2023. Con la asignación de los recursos que destinó Milei a la educación superior, el personal docente y no docente perdió un 30% de poder adquisitivo.
Un frente de conflicto en particular con este tema alcanza a la Universidad de Buenos Aires (UBA). El Gobierno eligió a las autoridades de la institución -la más grande y prestigiosa del país- como el adversario principal de la discusión por el uso de los recursos. En ese marco, Blanco recordó que en el pasado hubo resistencia por parte de la conducción de la universidad para ser auditadas.
“Sé que hubo planteos judiciales en el pasado en los que la Universidad de Buenos Aires ha pedido no ser sujeto de auditoría”, comentó el director de la SIGEN, aunque se mostró optimista respecto a la situación actual. “Fue la única universidad en la que esto ocurre. No solo me formé en la UBA, sino que hice el secundario en una repartición que es el colegio Carlos Pellegrini, además fui profesor en ambos. Es mi alma máter la UBA y creo que por ser la más importante del país debería dar el ejemplo de transparencia”, reflexionó.
El vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, replicó estas críticas al señalar que los controles internos a la institución, son públicos.
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