Con el antecedente del verano pasado, cuando nuestro país sufrió el brote de dengue más grande de su historia, en pocas semanas arranca oficialmente una nueva temporada que se teme que pueda ser incluso peor. Frente a un escenario en el que los contagios podrían superar los 400 mil registrados a principios de este año, los infectólogos coinciden en la necesidad de que la sociedad adopte medidas para cuidarse evitando entornos favorables a la propagación de la enfermedad.
Luego de que el ministro de Salud de la Provincia, Nicolás Kreplak, reconociera que el próximo brote de dengue podría ser “desquiciante para la población” por la falta de una estrategia nacional para coordinar su abordaje, el Gobierno nacional dio a conocer las principales medidas con que apuestan a frenar el posible embate (ver recuadro aparte).
En este contexto, la nueva vacuna disponible se perfila como una herramienta fundamental para reducir los contagios, en especial entre la población que por factores geográficos o sanitarios resulta de mayor vulnerabilidad.
“Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace hincapié en que la vacuna no es una herramienta efectiva por sí sola, es una de las herramientas a mano, junto a la que hoy es la mejor prevención, que es reducir el hábitat del mosquito en zonas donde es frecuente para evitar las picaduras”, señala la médica infectóloga Silvina Ívalo desde DIM Centros de Salud.
Y el momento de administrarla para afrontar la próxima temporada con inmunidad “es ahora”, señala la profesional.
Y es que la vacuna “Qdenga” del laboratorio japonés Takeda, la primera contra el dengue aprobada por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), se aplica en un esquema de dos dosis, con un intervalo de tres meses.
“Por eso, para alcanzar el más alto nivel de protección, es hoy el momento de actuar”, comenta Ivalo, quien menciona que cada dosis tiene un costo aproximado de 90 mil pesos, y es necesaria una consulta con el médico de cabecera antes de su aplicación.
Por el momento, desde el Gobierno nacional no se realizaron anuncios de proveer esta vacuna en forma gratuita. Pero sí está disponible en numerosos vacunatorios de todo el país. El objetivo es llegar a noviembre con la mayor cantidad de personas vacunadas, especialmente aquellas que están en zonas con mayor riesgo –como Salta, Formosa o Misiones– por su alta circulación viral. En un principio, se aplicará especialmente en personas de entre 15 a 39 años en las provincias con mayor riesgo epidemiológico”.
“La vacuna es efectiva para disminuir complicaciones, especialmente en aquellas personas que han tenido el virus anteriormente. Se genera con un virus que no tiene la capacidad de enfermar severamente o de hacer mal a las personas. Existen cuatro serotipos del virus del dengue: el DEN 1, 2, 3 y 4. Si bien la Qdenga contiene el genoma completo del serotipo 2, pero su proteína de envoltura fue reemplazada para que pueda incluir los 4 serotipos en partes iguales”, explica la médica.
¿Por qué es importante la envoltura? Porque es la proteína que utiliza el virus para identificar la célula y poder infectarla. Genera anticuerpos neutralizantes, que frenan su replicación.
La nueva vacuna inmuniza contra el dengue y además genera anticuerpos neutralizantes contra los 4 serotipos. Su eficiencia es alta y confiable. Según los estudios de fase dos y tres, se registra seguridad contra los serotipos 1 y 2, con una eficiencia superior al 80%. Mientras que contra los 3 y 4, la cifra es de 40 y el 50%.
Como muchos saben ya, el dengue es una enfermedad viral transmitida por un mosquito llamado Aedes aegypti, de prevalencia en las áreas tropicales y subtropicales. En zonas urbanas y suburbanas puede encontrarse en espacios con malas condiciones de higiene y regiones de agua estancada. También puede transmitir otras enfermedades como Zika y Chicunguña.
Sus síntomas se presentan, por lo general, entre el cuarto y séptimo día después de la picadura de un mosquito infectado. El dengue provoca fiebre alta (≥ 38.5 °C) y por lo menos, dos de los siguientes síntomas: dolor de cabeza, dolor focalizado en el abdomen, los músculos, espalda, huesos y las articulaciones; dolor detrás de los ojos; inflamación de los ganglios; escalofríos, fatiga, fiebre o pérdida de apetito. Muchas veces también genera náuseas o vómitos, erupciones o manchas rojas en la piel, dolor de garganta, facilidad para desarrollar hematomas o sangrado.
Como señala la infectóloga, “ante la aparición de síntomas resulta especialmente importante no tomar aspirinas, ibuprofeno, ni aplicarse medicamentos inyectables. Es imperativo que, en cualquier caso, ya sea por síntomas leves o no, siempre se consulte al médico”.
“Si bien la mayoría de las personas se recuperan en aproximadamente una semana, en algunos pocos casos, los síntomas empeoran y pueden ser potencialmente mortales. Los vasos sanguíneos a menudo se dañan y pierden sangre, se disminuye la cantidad de células formadoras de coágulos (plaquetas) en el torrente sanguíneo. Esto puede provocar una forma grave de dengue llamada fiebre hemorrágica del dengue o dengue grave”, advierte la médica.
¿Qué podemos hacer en casa?
Como primer punto, es necesario eliminar de la casa todos los posibles criaderos de mosquitos. Es decir, de todos los recipientes que contienen agua. Si no pueden eliminarse, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior. Dándoles vuelta para que no acumulen agua (baldes, palanganas, tambores), vaciándolos y cepillando frecuentemente (portamacetas, bebederos), o poniendo los mismos al resguardo bajo techo.
Se recomienda cambiar el agua de bebederos de animales, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa, cada 3 días. Frotar las paredes de los recipientes con una esponja o cepillo a fin de desprender los huevos del mosquito que puedan estar adheridos.
Además, podemos colaborar rellenando los floreros y porta macetas con arena húmeda, manteniendo patios y jardines limpios y desmalezados, limpiando canaletas y desagües de lluvia de los techos, tapando tanques y recipientes que se usan para recolectar agua.
Igualmente importante para prevenir las picaduras del mosquito trasmisor es usar siempre repelentes, vestir ropa clara que cubra los brazos y las piernas, especialmente durante las actividades al aire libre, colocar mosquiteros en puertas y ventanas, y cuando sea posible usar ventiladores o aire acondicionado en las habitaciones.
Los especialistas también recomiendan proteger cunas y cochecitos de bebés con telas mosquiteras y utilizar repelentes ambientales como tabletas y espirales, ya que la fumigación no es suficiente para eliminar el mosquito porque elimina los ejemplares adultos, pero no a huevos y larvas.
El Gobierno adelantó las medidas con que espera frenar un embate
El ministro de Salud de la Nación, Mario Russo, presentó el Plan Estratégico de Prevención y Control del dengue 2024-2025, con el que espera controlar una temporada que se perfila especialmente virulenta.
Uno de los puntos clave del plan es la vacunación focalizada, que se definió para las zonas endémicas en base a criterios de riesgo: epidemiológicos, geográficos, socioeconómicos y de acceso efectivo a servicios de salud. El objetivo es iniciar la vacunación en los departamentos con mayor incidencia de casos, para lo cual la Nación realizó la adquisición de dosis.
“Para nosotros, la población inicial para empezar a vacunar es entre 15 y 19 años, en sectores muy puntualizados, fundamentalmente en las provincias del NOA y el NEA, de acuerdo a la incidencia de la enfermedad que tuvieron este año y al acceso a la salud que tengan”, adelantó Russo.
Además, la estrategia también pone el eje en sostener las medidas de prevención y control territorial del vector durante todo el año, fortaleciendo las acciones contra el mosquito.
Se conformó también una mesa de trabajo con los ministros provinciales tomando como ejes centrales el control local, la consulta temprana y el seguimiento domiciliario de casos.
En cuanto a la atención de los pacientes, se puso en marcha la Red de Referentes Clínicos provinciales y la Guía de Lineamientos para la reorganización de los servicios de salud en situaciones de brotes o epidemias de dengue destinada a garantizar la atención adecuada y oportuna, reducir los tiempos de espera y el manejo de los casos de acuerdo a criterios de gravedad.
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