La posibilidad de detectar Alzheimer con un análisis de sangre se encuentra ya “a la vuelta de la esquina”, adelantaron ayer investigadores durante un congreso internacional donde señalaron que estos tests ayudarán a los médicos a diagnosticar la enfermedad de forma más rápida y precisa.
Resulta difícil determinar si los problemas de memoria están causados por el Alzheimer. Eso requiere confirmar una de las características de la enfermedad, la acumulación de una proteína adhesiva llamada beta amiloide, con un escáner cerebral difícil de conseguir o una incómoda punción lumbar. En lugar de eso, a muchos pacientes se les diagnostica en función de los síntomas y exámenes cognitivos.
Sin embargo algunos laboratorios han empezado a ofrecer una serie de pruebas que pueden detectar ciertos indicios del Alzheimer en la sangre. Los científicos están emocionados por su potencial, aunque las pruebas aún no se ofrecen de forma generalizada porque hay pocos datos que orienten a los médicos sobre cuáles pedir y cuándo hacerlo.
Hasta ahora, los análisis de sangre se han utilizado sobre todo en entornos de investigación muy controlados. Pero un estudio sobre unos 1.200 pacientes en Suecia muestra que también pueden funcionar en el frenesí de las consultas médicas del mundo real, especialmente en consultas de médicos de primaria que ven a mucha más gente con problemas de memoria que los especialistas, pero tienen menos herramientas para evaluarlos.
En el estudio, los pacientes que visitaron o bien a un médico de primaria o a un especialista por problemas de memoria recibieron un diagnóstico inicial con pruebas tradicionales, se les sacó sangre para una prueba y fueron remitidos a una punción lumbar o escáner cerebral de confirmación.
Los análisis de sangre fueron mucho más precisos, indicaron ayer los investigadores de la Universidad de Lund en la Conferencia de la Asociación Internacional del Alzheimer en Filadelfia. El diagnóstico inicial de los médicos de atención primaria tenía una fiabilidad del 61% y el de los especialistas, del 73%, frente al 91% de los análisis de sangre, según los hallazgos, que también fueron publicados en el Journal of the American Medical Association.
Hay una gran variedad de pruebas y cada una de ellas mide biomarcadores distintos de manera diferente. Médicos e investigadores solo deben utilizar pruebas que hayan demostrado una tasa de precisión por encima del 90%.
Las pruebas todavía no están indicadas para personas que no tienen síntomas pero están preocupadas por los casos de Alzheimer en su familia, a menos que sea dentro de estudios de investigación.
Eso se debe en parte a que la acumulación de amiloides puede comenzar dos décadas antes del primer indicio de problemas de memoria, y por ahora no hay más medidas preventivas que recomendaciones básicas sobre comer sano, hacer ejercicio y dormir suficiente. Sin embargo, hay estudios en marcha sobre posibles terapias para personas con alto riesgo de Alzheimer, y algunas incluyen análisis de sangre.
Se calcula que más de 12 millones de personas en el mundo tienen Alzheimer, la forma de demencia más habitual. Sus “biomarcadores” característicos son unas placas amiloides que atascan el cerebro y un valor anómalo de proteína tau que provoca enredos que matan neuronas generando un daño creciente que conduce a diversas formas de discapacidad.
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