Bajo el lema “El terrorismo sigue, la impunidad también”, familiares y referentes de la comunidad judía recordaron a las víctimas del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en Buenos Aires hace 30 años.
Si bien estuvo presente el presidente de la Nación, Javier Milei, acompañado por parte de su gabinete, como la vicepresidenta Victoria Villarruel, los ministros de Defensa y Justicia Luis Petri y Mariano Cúneo Libarona, respectivamente, y el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) José Luis Espert, no hubo ningún discurso oficial desde el Gobierno ni tampoco fueron nombrados ninguno de sus integrantes.
El 18 de julio de 1994 una explosión destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires y dejó un saldo de 85 fallecidos y más de 300 heridos, en el peor atentado en la historia de Argentina.
Familiares de las víctimas alzaron las fotografías de los 85 fallecidos y dejaron una vela y una rosa por cada uno de ellos frente al lugar adonde el 18 de julio de 1994 una camioneta-bomba voló la sede de la AMIA, hoy reconstruida, en la calle Pasteur.
Como en cada aniversario el acto se inició a las 09:53 locales con el ulular de las sirenas, la hora exacta en la que se produjo el estallido que dejó además más de 300 heridos.
“30 años sin una sola persona respondiendo por este ataque. 30 años en los que el Estado de Argentina ha mirado para otro lado colmado de falencias demoras y errores (...) y la pobre actuación de una fiscalía”, dijo en el acto el presidente de la AMIA, Amos Linetzky, ante la comunidad judía argentina, que con 300.000 integrantes es la más numerosa de América Latina.
E.E. U.U. y Francisco
Tras la exposición y la lectura de adhesión de las cartas del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del papa Francisco, el rabino Eliahu Hamra pronunció la oración por los fallecidos y le dio pie al artista Axel que subió al escenario a cantar su versión de la canción “No es mi despedida”, que interpretaba Gilda, mientras tocaba el piano.
El cierre del acto estuvo a cargo de cinco familiares de víctimas que conmemoraron sus pérdidas. Con la lectura de la carta de Patricia Strier dirigida a su hermana Mirta, fallecida el 18 de julio de 1994, el mandatario se quebró y siguió con atención cada palabra visiblemente emocionado.
Con el final del emotivo homenaje, los familiares, invitados especiales y autoridades que habían colmado la calle Pausteur, incluso las aledañas, desconcentraron. Lo propio hizo el mandatario, quien luego de saludar a las autoridades de la AMIA y la DAIA se retiró a toda velocidad en el habitual automóvil negro mientras desde los balcones una niña filmaba la escena junto a su madre al gritaba: “Milei te ama mos”.
En representación de la oposición asistieron los diputados Leandro Santoro y José Glinski de Unión por la Patria; Fernando Iglesias, Hernán Lombardi y Silvana Giudici del PRO; y Juan Manuel López y Emanuel Ferrero de la Coalición Cívica.
Como único representante federal, el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri, dio el presente en acto, y se lo vio resignado cuando desde el corralito asignado a la prensa le preguntaron por el reclamo de la coparticipación (hoy se reúne con el ministro de Economía, Luis Caputo).
La justicia argentina determinó que el ataque contra el centro judío se realizó con un coche bomba y responsabilizó a exfuncionarios iraníes que habrían operado con la organización terrorista libanesa Hezbollah. Irán nunca aceptó responsabilidad alguna ni extraditar a los acusados.
En tres décadas la causa ha cambiado varias veces de manos, se han sumado denuncias por encubrimiento contra dos expresidentes de la nación y uno de los fiscales a cargo, Alberto Nisman, murió en condiciones sospechosas.
El dirigente comunitario judío también cuestionó que “países como Qatar, Rusia, China, Azerbaiyán, Turquía, Siria, Bolivia y Nicaragua, han permitido que personas acusadas de haber cometido este crimen de lesa humanidad pasen cómodamente por sus fronteras burlando las alertas rojas de Interpol, y en algunos casos, hasta recibiéndolos con honores”.
“Nos vienen decepcionando una y otra vez desde hace 30 años. Pedimos a este nuevo gobierno que la causa AMIA sea de una buena vez una verdadera cuestión de Estado”, reclamó Linetzky. “Que vayan a fondo dándole prioridad a la corrección de todas las falencias que estamos mencionando y que promuevan las investigaciones sobre la conexión local y los encubrimientos, para que se esclarezca completamente el atentado”.
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