Javier Milei y Victoria Villarruel se subieron ayer a un tanque argentino mediano durante el desfile en la Avenida Libertador de CABA.
Javier Milei y Victoria Villarruel se subieron ayer a un tanque argentino mediano durante el desfile en la Avenida Libertador de CABA.
EL PRESIDENTE Y LA VICE FUERON PROTAGONISTAS DEL DESFILE CENTRAL

En el 9 de Julio, el Gobierno mostró gestos de distención y unidad

El gobierno libertario aprovechó los festejos por la Independencia para mostrarse consolidado tras el Pacto de Mayo y la promulgación de la Ley Bases. Detalles de los anuncios.

El presidente Javier Milei participó ayer del desfile militar que tuvo lugar durante el mediodía, en la intersección de Avenida Libertador y Austria, en la ciudad de Buenos Aires, como parte de las actividades oficiales por el 208° aniversario del Día de la Independencia. 

Tras la firma del Pacto de Tucumán, casi la totalidad del Gabinete siguió el despliegue militar de ayer desde el palco oficial ubicado sobre la plaza República Oriental del Uruguay. 

Los únicos ausentes fueron la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, quien tampoco había participado del Tedeum de la mañana, y su par de Salud, Mario Russo, que debió desviarse al término de esa liturgia. 

A pesar del frío, miles de adultos y niños se acercaron con mate y banderas argentinas a presenciar la marcha de más de 7.000 efectivos de las Fuerzas Armadas, en un desfile que duró tres horas. A diferencia del encuentro en la Catedral Metropolitana, que contó con escasa convocatoria, las personas se acercaron desde distintos barrios porteños y de la Provincia para asistir al desfile militar, a cinco años del último que se había realizado bajo la presidencia de Mauricio Macri. 

Sobre el final del desfile, Milei descendió del palco, subió a un tanque TAM2C amarillo - modernizado por orden del ministro de Defensa, Luis Petri - y se retrató en el control mientras los presenten vitoreaban su nombre. Pero no estuvo solo en esa aventura la vicepresidenta Victoria Villarruel -quien llamativamente no viajó a Tucumán aunque oficialmente se habló de un estado gripal-, con quien compartió sonrisas y hasta un fuerte apretón de manos, arriba del carro de combate. 

Las bandas de las distintas fuerzas de seguridad musicalizaron las tres horas de desfile, que tuvo su mayor emotividad con el paso de los excombatientes de Malvinas.

Milei se ubicó en el centro del palco oficial, donde fue ovacionado. Lo flanquearon además de Villarruel; la secretaria de Presidencia, Karina Milei; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; y los ministros Mariano Cuneo Libarona (Justicia); Diana Mondino (Relaciones Exteriores), y el flamante titular de Desregulación y Transformación del Estado, el platense Federico Sturzenegger. 

A la derecha del mandatario se acomodaron el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y su esposa Belén Ludueña; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y los ministros Luis Petri (Defensa); Luis Caputo (Economía) y Patricia Bullrich (Seguridad). Detrás, en la segunda línea, estuvieron Eduardo “Lule” Menem, asesor de Karina Milei; el vocero presidencial, Manuel Adorni; el secretario Legal y Técnico, Javier Herrera Bravo; el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi; el secretario de Comunicación y Prensa, Eduardo Serenellini, y los diputados libertarios José Luis Espert y Lilia Lemoine. También se vio a los padres de los hermanos Milei. 

Otros tres palcos rodearon al oficial. A la izquierda, legisladores e invitados especiales siguieron atentamente la ceremonia. Del otro lado, embajadores y representantes de culto, y en un sector más reducido se ubicaron las autoridades del Estado Mayor Conjunto. 

El desfile se inició a las 11 con el despliegue de la Fuerza Aérea, con más de 62 aeronaves. Luego tuvieron lugar delegaciones de excombatientes de Malvinas, incluso un grupo de soldados interrumpieron su marcha para acercarle algunos regalos al mandatario y a la vicepresidenta, que aplaudían desde el palco central. 

Tras saludar con efusividad, los excombatientes hicieron entrega de unas banderas, que fueron desplegadas sobre la baranda del corralito presidencial, gorros y una carta. Fue el momento en el cual a la vicepresidenta se le cayeron algunas lágrimas. Con el paso de los minutos, el frío comenzó a hacerse sentir en el palco oficial, que permanecía a la sombra. Pero inmediatamente, llegaron tazas de café y té y churros para todos los invitados. 

“Viva la Patria” y “Milei, querido, el pueblo está contigo”, fueron algunos de los cánticos que corearon desde los laterales de la Avenida del Libertador. La idea de desplegar un megadesfile para destacar a las Fuerzas Armadas estaba en los planes de la administración libertaria desde el 10 de diciembre, pero por distintos motivos se fue postergando. 

 

Conciliaciones y gestos de unidad en el gobierno 

Como se dijo, la vicepresidenta faltó a la firma del Pacto en Tucumán y por eso se volvieron a sembrar especulaciones sobre posibles diferencias con el Presidente. Pero cuando ya corrían rumores sobre si Victoria Villarruel concurriría o no al Tedeum y el desfile militar de ayer en la ciudad de Buenos Aires, se la vio con buen semblante, junto a Milei y a todo el gabinete nacional, compartiendo las actividades patria por el 9 de Julio. 

La emoción de la vicepresidenta con los excombatientes se relaciona con su padre, Eduardo Marcelo Villarruel, quien según sus propias palabras fue “un héroe de Malvinas” y se desempeñó como segundo jefe de la Compañía de Comandos 602, detrás de Aldo Rico. Además, para despejar los rumores de ruptura, los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Desregulación, Federico Sturzenegger, no dejaron pasar la oportunidad para mostrar la buena sintonía entre ellos. A puro abrazo, se cruzaron el lunes a la noche en Tucumán y ayer en el Desfile por el 9 de Julio. 

Después de asumir, Sturzenegger dijo que con Caputo tienen “una relación excelente, personal y de trabajo”, y de esa forma buscó terminar de ahuyentar rumores de roces entre ambos funcionarios claves de Javier Milei, enemistados desde la presidencia de Mauricio Macri en 2018.

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