Con cortes que tienen precios prohibitivos y un poder adquisitivo en caída libre, el consumo de carne cayó en la Argentina al nivel más bajo de los últimos cien años. La demanda anual per cápita de este alimento tradicional en la mesa de los argentinos este año estará por debajo de los 45 kilos, mucho menos que el promedio histórico de casi 73 kilos, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Pero no solo se quebró largamente ese piso de promedio: también este registro será inferior al de 1920, cuando se consumieron 46,9 kilos/año por habitante. Pese a todo, en la comparativa internacional Argentina continúa siendo uno de los países con mayor consumo per cápita, con una ingesta prácticamente igual al de Uruguay y superando ampliamente a Estados Unidos (38 kg.), Australia (27 kg.) y Chile (26 kg.).
La cifra más baja de demanda de cortes de carne vacuna en los últimos 110 años fue consignada por la Bolsa de Comercio de Rosario al difundir su relevamiento de demanda de proteína animal.
Pero este comportamiento no es nuevo: el consumo de carne vacuna en Argentina se encuentra en una tendencia decreciente desde la segunda mitad del siglo pasado, en la medida en que ha ido siendo sustituida por otras fuentes de proteínas.
Alternativas más económicas
Pero esta tendencia “se ve agravada por la actual recesión que está atravesando la economía argentina y que lleva a muchos consumidores a inclinarse por el consumo de pollo y cerdo, siendo estas alternativas más económicas”, indicó el informe de la Bolsa rosarina.
En este escenario, el consumo total de carnes bovina, aviar y porcina en Argentina podría ubicarse este 2024 en torno a los 105,7 kilos por habitante. Representaría una caída del 9% respecto del 2023, y sería el consumo más bajo desde el 2011.
Esto indica que –más allá del eventual reemplazo de la carne vacuna- los argentinos también consumen cada vez menos proteínas animales. Cada habitante consumiría en 2024 siete kilos menos de carnes en comparación al promedio de los últimos diez años, que es de 112,8 kg.
Según la entidad, la composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería la siguiente: 42% de carne bovina, 42% de carne aviar y 16% de carne porcina. La proporción de carne bovina habría caído 3,5 puntos porcentuales respecto al 2023, alcanzando un mínimo histórico.
Otro récord: igual cantidad de carne que de pollo
Al mismo tiempo, el consumo de carne aviar aumentó 2,4 puntos porcentuales de forma interanual. Por primera vez en los registros, el habitante promedio en Argentina consumiría en 2024 la misma cantidad de carne vacuna que de carne aviar (alrededor de 44,5 kg.).
El consumo de carne porcina, por su parte, aumentaría 1,1 puntos porcentuales respecto al año previo. Pero no escapa a las conclusiones del análisis que este proceso de reemplazo de la carne vacuna tiene un trasfondo económico: se lo hace por alternativas más económicas en un contexto de fuerte caída del poder adquisitivo de los argentinos.
Esto se refleja en el cálculo –también incluido en ese informe- de cuántos kilos de asado se pueden adquirir con la remuneración bruta promedio del sector asalariado: se podrían comprar 146,6 kilos en este 2024. Significa una baja del 5,6% con respecto al 2023, cuando el poder de compra de los sueldos era de 155,2 kilos.
En comparación con el consumo promedio de los últimos diez años, en 2024 cada habitante consumiría cerca de 22 kilos menos por persona, lo que implica una caída del 13,3%.
COMENTARIOS