Mientras Sturzenegger espera por su ministerio, Caputo gana poder
EN MEDIO DE RUMORES DE TENSIÓN

Mientras Sturzenegger espera por su ministerio, Caputo gana poder

El ministro de Economía quiere como vice a un hombre fuerte en Wall Street y suma control en las empresas del Estado.

Mientras el desembarco formal de Federico Sturzenneger en el gabinete de Javier Milei sigue en suspenso, el ministro de Economía, Luis Caputo, gana poder y se prepara para sumar como su número dos a José Luis Daza, un economista chileno con perfil ortodoxo, partidario de salir rápido del cepo y con fuertes vínculos en Wall Street. El desembarco de este exasesor del candidato a la presidencia chilena, José Antonio Kast, de extrema derecha, se concretaría a finales de mes, cuando Joaquín Cottani deje el cargo de secretario de Política Económica al que renunció “por temas familiares”, según la versión que dio el Gobierno. 

Aunque la llegada de Daza para ser mano derecha de Caputo no se ha hecho oficial, la versión trascendió poco después de que desde las propias filas libertarias deslizaran una eventual salida del titular de Hacienda, hipótesis que se robusteció con las recientes declaraciones del asesor presidencial Fausto Spotorno, quien advirtió que el programa del ministro es de “transición” y que después vendrá uno “más mileísta”.

Acaso para ahuyentar ese fantasma y, en un intento por disipar las tensiones que Caputo y Sturzenegger arrastran desde el gobierno de Mauricio Macri, el Presidente aprovechó su última aparición televisiva para dedicarle sendos elogios al que calificó como “el mejor ministro de Economía de la historia” y aseguró que “nadie le va a tocar el culo”. También hizo lo propio con Sturzenegger, a quien reconoció como “uno de los economistas más brillantes del planeta” y, a la espera de su ingreso formal a la administración libertaria, confirmó que “la idea es que entre al Gabinete, estamos definiendo las funciones”. 

Pese a las diferencias internas, Milei insiste en que “Caputo y Sturzenegger pueden convivir”. La tarea no será fácil. Aunque defiende al encargado de cumplir con las metas fiscales, el jefe de Estado no quiere descuidar su relación con el autor intelectual del DNU 70 y la Ley Bases, a quien le daría ahora una cartera propia para avanzar con el proceso de “desregulación económica y optimización del Estado”. Algo que iba a definirse el martes en una reunión que, “por cuestiones de agenda”, se pateó al menos hasta la semana próxima, cuando el Presidente regrese de su gira europea. 

Por otro lado, se supo que el gobierno pretendería cederle a Karina Milei el manejo de los medios públicos, como Télam, y devolverle a Caputo el control de las empresas estatales que manejaba el exjefe de ministros, Nicolás Posse, una tarea para la que sonaba Sturzenegger. 

La disputa entre el ministro y el asesor económico de Milei incluiría las empresas que estaban a cargo del desplazado secretario de Empresas y Sociedades del Estado, Mauricio Botto. Entre ellas, el Correo Argentino, Arsat, Agua y Saneamientos Sociedad Anónima (Aysa), Corredores Viales y la Administración General de Puertos. El hombre de Posse controlaba además algunas de las compañías que estaban bajo la órbita de Caputo, como Aerolíneas Argentinas. 

La pelea sería también por las empresas del exministerio de Infraestructura, cuya disolución hizo de la cartera de Caputo la más importante en cantidad de secretarías: se quedó con Concesiones, Energía, Obras Públicas, Transporte y Vivienda. 

Es en este terreno de tensión latente que Sturzenegger aguarda por ser nombrado oficialmente, a la par que Caputo espera sumar a Daza como su vice: “Sería el candidato para ocupar ese lugar, pero como vive afuera aún debe acomodar sus cosas. Por lo tanto, no está confirmado aún”, se limitaban a decir en el Palacio de Hacienda sobre este ex “lobo” de Wall Street que trabajó con el ministro en el JP Morgan y el Deutsche Bank. También fundó el fondo de inversión QFR Capital Management junto a Damián Reidel, asesor presidencial y cercano a Sturzenegger.

Entre los economistas, hay quienes dicen que Daza “es muy ortodoxo” y partidario de sacar rápido el cepo, más emparentado con las ideas del extitular del Banco Central. Otros lo ven como un candidato “ideal” para avanzar con un nuevo proceso de privatizaciones.

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