La inflación y el ajuste deprimen los ingresos de la población a niveles que no se observaban en más de dos décadas en la Argentina. A pesar de que la inflación muestra un descenso tras haber tocada un pico del 25% en diciembre, no se lograría compensar la pérdida fortísima de poder adquisitivo de la gente.
El consumo se estima que se derrumbará un 10% este año mientras que el salario real -en el sector privado formal- caería en promedio 7%. Recién en 2025 podría recuperarse tanto el ingreso disponible como el consumo, según pronósticos optimistas de algunas consultoras.
El ingreso disponible de la población podría reducirse más del doble producto del fuerte reacomodamiento de los precios relativos de las tarifas de gas, luz, agua, transporte público y combustibles, que se vienen ajustando muy por encima de la inflación impactando con fuerza en los bolsillos.
La inflación interanual a marzo fue del 290% pero los precios de muchos bienes o servicios claves para la vida cotidiana superaron con creces esta magnitud: electricidad y gas, aumentaron el 300%, bebidas alcohólicas, 302%; alimentos, 306%; azúcar, chocolate y golosinas, 349%; pan y cereales, 352%; combustible y lubricantes, 364%; medicamentos, 379%; transporte público, 385%; aguas minerales, gaseosas y jugos, 386%.
La caída de ventas en los supermercados se estima podría promediar 11%, en 2024 mientras que en restaurantes será del 7,5% en este año. Sólo en marzo, la caída en los súper llegó al 19%, mientras que los restaurantes registraron una pérdida del 6,7%.
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