El paro nacional de la CGT programado para el jueves próximo se avizora masivo por el impacto que tendrá la adhesión de los gremios del transporte, que este lunes protagonizaron asambleas para oponerse a la Ley Bases y al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/23, aunque con un impacto limitado.
Mientras en el sindicato de los colectiveros aguarda entre presiones para confirmar o descartar su participación, sus pares del transporte ferroviario y el sindicato de metrodelegados del subte se plegarán de manera total a la medida de fuerza, del mismo modo que los gremios aeronáuticos. La participación confirmada del sector del transporte público de pasajeros es un cambio medular con respecto al primer paro que realizó la central obrera, el 24 de enero, cuando los servicios se mantuvieron hasta las 19.
El paro total en el transporte fue confirmado por Sergio Sasia, titular de la Unión Ferroviaria, uno de los sindicatos del sector, y también secretario general de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), la organización que motorizó las asambleas de este lunes. Por la protesta de este lunes hubo demoras en los vuelos domésticos e internacionales, afectó la actividad portuaria y no se cobró boleto en el subte. El impacto no fue mayor porque los colectiveros no se sumaron a la medida, pero sí lo harían el jueves.
La UTA todavía no confirmó si adherirá al paro y, en ese caso, de qué manera lo hará. El servicio de colectivos funcionó durante gran parte del día en el primer paro de la CGT contra el gobierno de Milei. El sindicato de colectiveros, que lidera Roberto Fernández, está alejado de la CGT, y se encuentra bajo presión para definir su actitud el jueves.
Pablo Moyano, integrante del triunvirato que lidera la CGT, aseveró que los conductores de colectivos se van a sumar de todos modos. Si la UTA no se pliega a la huelga, “pararán los choferes”, aseguró Moyano.
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