La Libertad Avanza tendrá una agenda delicada durante las próximas tres semanas en el Senado: en menos de 20 días deberá dictaminar la Ley de Bases y el paquete fiscal, frenar la presión opositora de diferentes bloques para realizar sesiones especiales, y obtener la sanción definitiva de los dos proyectos en cuestión para la foto del Pacto de Mayo que empuja el Gobierno, ante temores cada vez más voluminosos por un eventual regreso en segunda revisión a Diputados.
La discusión en comisiones de ley de Bases y el paquete fiscal iniciará el próximo martes. Las comisiones involucradas serán las de Legislación General; Asuntos Constitucionales; Presupuesto y Hacienda. El calendario aprieta al oficialismo por el Pacto de Mayo, que se celebrará el 25 de este mes en la ciudad de Córdoba.
En este contexto, y de conseguir el dictamen el próximo jueves 9 de mayo, las iniciativas podrían desembarcar en el hemiciclo senatorial recién el jueves 16. Es decir, a nueve días del domingo 25 de mayo. De embarrase la cuestión y de haber modificaciones, que en algunos despachos dan por hechas, la otra alternativa sería el jueves 23 de mayo, a muy pocas horas del encuentro que congregará a los gobernadores en la docta.
Para este lunes está prevista una reunión de los presidentes de bloque por Zoom. En esa línea, el martes LLA aspira a que se realizará una reunión plenaria de las comisiones de Legislación General, Asuntos Constitucionales y Presupuesto a la que fueron invitados Francos; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi; el secretario de Hacienda, Carlos Gumerman; la secretaria de Planeamiento Estratégico, María Ibarzabal Murphy; y el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo.
El miércoles continuará el plenario con las exposiciones Rodríguez Chirillo y el secretario de Trabajo, Julio Cordero. A su vez, se realizará la reunión, en solitario, de la comisión de Presupuesto por el paquete fiscal con Guberman y su equipo. La ronda finalizará el jueves con otra reunión plenaria de todas las comisiones.
Los tiempos obligan al oficialismo a apurar temas ante un Senado que tiene su propio cronómetro. La jugada dista de ser la ideal, pero es la definida por el Ejecutivo. Las 72 horas para debatir y dictaminar no suenan razonables en varios despachos opositores y la discusión podría extenderse hacia mitad de mes. La pincelada final se conocerá con el correr de los días.
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