La segunda versión del proyecto de ley Bases obtuvo la aprobación en general en la Cámara de Diputados minutos antes de las 9 de la mañana con 142 votos afirmativos (106 en contra), gracias al apoyo mayoritario de los bloques dialoguistas (PRO, UCR, Hacemos, Innovación Federal y MPN). Sin embargo, la aprobación de los capítulos en particular será larga dado que todavía podrían ser rechazados o modificados puntos clave como las facultades delegadas para disolver organismos públicos, el impuesto a las Ganancias, el régimen de grandes inversiones, la reforma laboral, los impuestos al tabaco y las privatizaciones.
Votaron en contra UxP, el FIT, los socialistas, la cordobesa Natalia de la Sota. Los radicales disidentes Facundo Manes, Fernando Carbajal, Marcela Coli y Pablo Juliano se abstuvieron, al igual que Mónica Frade de la CC. Sin embargo, la curiosidad fue la presencia al momento de la votación de Marcela Pagano, que no había estado al inicio de la sesión para dar quórum por problemas de salud (desencadenados por un pico de estrés por discusiones internas del bloque libertario).
Para no repetir los mismos errores que llevaron al fracaso del primer debate en febrero, el oficialismo logró imponer que el proyecto sea votado por capítulos enteros, sin entrar en el debate artículo por artículo, y sin ningún cuarto intermedio. “Quieren hablar poco para que pase rápido, para que el tratamiento sea el más oscuro y menos transparente posible”, denunció Germán Martínez, presidente del bloque Unión por la Patria.
La sesión continuó con fuertes cruces y acusaciones pero lentamente los ánimos comenzaron a apaciguarse. Durante la tarde, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, llegaron al Congreso y se reunieron con Martín Menem en su despacho. Según informaron ambos funcionarios no vinieron para participar en negociaciones sino para monitorear el desarrollo de la sesión y para mostrar apoyo político.
Al promediar la jornada, la lista de oradores individuales -más de 130- permitía calcular que la votación en general sería alrededor de las 8 del martes y que luego le seguían varias horas de debate en particular. Por esta razón, el recinto comenzó a vaciarse. La mayoría de los diputados se retiró para cenar y dormir un poco.
Fue justamente a raíz de la ausencia de la mayoría de los legisladores que desde Unión por la Patria hicieron mociones para dar por caído el quórum. “Tenemos 45 diputados presentes, no hay quórum para sesionar”, planteó Martín Soria. “Mientras no se vote nada no hay ningún problema con el quórum, que se dejen de chicanear, ya lo hicieron toda la tarde”, contestó Miguel Ángel Pichetto con visible fastidio.
No obstante, las negociaciones y el recuento de apoyos continuó hasta bien entrada la madrugada porque varios artículos seguían sin tener un consenso claro.
El artículo 3 fue uno de los más cuestionados, ya que faculta al Poder Ejecutivo a “modificar o eliminar las competencias y funciones” de los organismos públicos que considere innecesarias; también podría fusionarlos, modificar sus estructuras jurídicas o la cantidad de empleados. Si bien en el dictamen se incluyó a pedido de la UCR un listado de organismos que quedarían exentos, como el Conicet, el Incucai, el INTA o el Instituto Malbrán, la redacción del texto genera rechazos. “En este modelo si se les ocurre cerrar el SENASA lo pueden hacer, nosotros no lo vamos a apoyar”, explicó Maximiliano Ferraro, presidente y diputado de la Coalición Cívica.
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