Javier Milei se viene jactando de cómo su gobierno logró desacelerar una inflación que corría al “3.700% anual” en diciembre, a otra que ya está por debajo del 200%. Incluso deslizó en su última entrevista que bajo determinadas condiciones los precios ya están cerca del dígito mensual.
El tema es foco de conversaciones entre el Presidente y su ministro de Economía, Luis Caputo, quien en los últimos días habló únicamente para referirse al comportamiento de los precios. Es que, si bien el gobierno asegura que su nivel de adhesión se mantiene en línea con el 56% alcanzado en el balotaje, cuando se empieza a hilar más fino, en realidad se ubicaría ya por debajo del 50%, en medio de las fuertes subas de tarifas, la disparada ilimitada de las cuotas de las prepagas y otros incrementos que viene soportando la vapuleada clase media.
Es por eso que Milei y Caputo coinciden en la necesidad de que aparezca una buena noticia en momentos en que únicamente se escucha hablar de ajuste y arrecian los despidos de estatales y también las suspensiones en el sector privado, como ocurre en la construcción y rubros de la industria automotriz.
Caputo lo planteó claro en la última reunión mantenida con los CEO de las alimenticias y supermercados. “Ustedes calcularon sus costos con un dólar a 1.300, y ahora resulta que bajó a mil. Les pido revisar sus listas de precios”, les dijo. Los supermercadistas comenzaron a reaccionar ante el pedido oficial y ya dos grandes cadenas anunciaron rebajas de precios y, sobre todo, empezaron a marcar sus ofertas con ajustes en los precios por producto, que son los que mide el INDEC, y no marcando descuentos en la segunda unidad o con promociones del tipo “3x2”.
A muchos sorprende el nivel de acompañamiento que aún mantiene el Gobierno de parte de la sociedad. Pero desde el propio oficialismo admiten que esa tónica favorable de la opinión pública tiene un límite, marcado por el momento en que la clase media comience a comerse los ahorros y llegar a fin de mes termine de convertirse en una pesadilla. Ante esa lógica irreprochable, Caputo trabaja en apurar la rebaja de precios, para que la inflación deje de ser el dato negativo que se conoce cada mes, y pase a ser un activo más del Gobierno.
El 12 de abril el INDEC informará el índice de precios de marzo, que habría marcado 12% según las principales consultoras. Permitiría mostrar una desaceleración respecto de febrero, cuando arrojó 13,2%, pero aún tiene una distancia del objetivo de fondo, que es perforar el piso del 10%.
El ministro de Economía cree que ese objetivo podría lograrse con la inflación de abril y trabaja en consecuencia sobre las expectativas de los agentes que definen los precios. “No esperen otra devaluación porque no la habrá", les aseguró a los empresarios. Como argumento, detalla el ritmo de compras de divisas que viene teniendo el Banco Central, que superó los 400 millones de dólares el jueves, un nivel alto.
Caputo además quiere llegar con datos positivos a las reuniones del FMI y el Banco Mundial en la Asamblea de Primavera en Washington. El ministro de Economía no estaría del todo conforme con las permanentes declaraciones de funcionarios del Fondo pidiendo un ajuste de "mejor calidad". Cerca del Palacio de Hacienda creen que el Fondo no quiere quedar pegado a posibles protestas sociales.
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