Al Congreso Nacional no le faltará actividad política en esta semana corta. A las tratativas por el inminente ingreso de la nueva “ley de Bases”, al oficialismo se le sumará la puja por el reparto de bancas en la Auditoría General de la Nación (AGN), donde buscará arrebatarle la mayoría al kirchnerismo. Será un desafío para Martín Menem y su tropa, quienes tendrán que defender la nominación de Santiago Viola, el apoderado nacional del frente libertario que carga con acusaciones en la Justicia y es cuestionado por la oposición dialoguista.
Si el oficialismo pretende evitar que Unión por la Patria (UxP), que conserva la primera minoría, se quede con dos de los tres lugares en juego por la Cámara baja, es preciso que el titular de Diputados afine el diálogo con los bloques amigos del Pro, UCR y Hacemos Coalición Federal. El peronismo hoy retiene la mayoría de los auditores que representan al Senado así como la presidencia, en manos del exfuncionario de Alberto Fernández, Juan Manuel Olmos.
El Gobierno planea cederle al Pro una de las vacantes con el objetivo de quitarle al kirchnerismo el dominio total dentro del órgano de control. Esta entidad se encarga de la auditoría externa de la administración pública y, entre otras funciones, fiscaliza las operaciones de endeudamiento, los balances del Banco Central y el cumplimiento de los planes de acción y presupuesto de las empresas y sociedades del Estado. El control interno del Estado está a cargo de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), donde Javier Milei ubicó a Miguel Carlos Blanco, un alfil que hoy lleva adelante la confección del informe “el escáner del Estado”.
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