Científicos del Conicet que contribuyen con sus hallazgos a mejorar la salud de los niños a través de la producción de alimentos, a comprobar los efectos de los agrotóxicos en los ecosistemas y a desarrollar la primera vacuna del mundo contra el Chagas advirtieron que sin becarios "es imposible" seguir investigando ni desarrollando la ciencia en el país.
El Directorio del Conicet comunicó días pasados que "en primera instancia están garantizadas 600 becas", en lugar de las 1.300 anunciadas el año pasado, y 300 becas de finalización de doctorado, en medio del reclamo de la comunidad científica que viene manifestando por la efectivización de todas las asignaciones programadas.
"No se puede hacer un proyecto científico sin becarios, es imposible", afirmó el bioquímico Emilio Malchiodi, que dirige el equipo que recibió el Premio César Milstein 2023 a la investigación en biotecnología con impacto en la salud por el proyecto de desarrollo de la primera vacuna contra el Chagas, para el cual trabaja con once becarios/as.
"Las becas de Conicet juegan un rol fundamental. El trabajo de laboratorio recae sobre los becarios y los investigadores jóvenes porque los investigadores más formados son los que se encargan de escribir proyectos, todos somos docentes, y hay una serie de obligaciones que surgen que te van alejando del laboratorio. Es un proceso natural que ocurre en todo el mundo. Es imprescindible que siga funcionando todo el sistema científico", remarcó Malchiodi.
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