La investigación por el desvío de cientos de millones de pesos de las arcas bonaerenses a través de tarjetas de débito que figuran a nombre de “ñoquis” y prestanombres del Poder Legislativo provincial incluye un capítulo todavía poco explorado: hinchas y barrabravas que trabajan -o figuran que trabajan- en la Cámara de Diputados y el Senado bonaerenses, según reconstruyó el diario La Nación durante las últimas semanas.
Al menos una decena de integrantes y referentes de la barra de Estudiantes de La Plata integran o integraron la Legislatura provincial durante los últimos años. Varios aparecen como empleados; otros, como contratados. Y algunos de ellos ingresaron gracias a dos hinchas de ese club: Claudio Albini, subdirector de Personal de la Cámara de Diputados bonaerense, y su hijo, el concejal platense Facundo Albini, apoderado del Frente Renovador de Sergio Massa para toda la provincia.
Algunos de esos integrantes y referentes de la hinchada del Pincha llegaron, incluso, a encabezar la barra de Estudiantes o a disputar su liderazgo, lo que se tradujo en negocios multimillonarios dentro y alrededor del estadio, como también un ida y vuelta continuo con punteros, policías y dirigentes políticos de esta capital y de la provincia. Y al menos uno de ellos se abocó a las mismas tareas que Julio “Chocolate” Rigau: apropiarse de dinero del Estado bonaerense.
La nómina de empleados de la Legislatura incluye a barras de otros equipos de fútbol. Pero entre los de Estudiantes figuran dos de los barras más famosos y temidos de las últimas décadas, Omar “Hache” Alonso, ya fallecido, y Rubén Orlando “el Tucumano” Herrera.
A través de la Legislatura, ambos accedieron a contratos, obra social y aportes jubilatorios, incluso mientras aparecían en las páginas policiales de los medios locales.
Banda criminal
Uno de esos barras que pasó por la Legislatura es el “Tucumano” Herrera. Otrora líder de la pesada de Estudiantes, también manejó boliches y varios negocios en esta capital hasta que fue detenido en 2018, acusado de integrar una asociación ilícita junto al destituido juez de Garantías, César Melazo. Cayó junto a un puñado de policías y barras que se abocaban a los robos, los secuestros extorsivos y el narcotráfico, en otra investigación que impulsó la fiscal Betina Lacki.
Herrera permaneció tras las rejas hasta enero de 2022, cuando recuperó su libertad tras presentar un habeas corpus, aunque terminó por aceptar su culpabilidad en un juicio abreviado. Reconoció haber sido uno de los organizadores de la banda criminal, además de compartir emprendimientos con Melazo. Recibió una condena a cinco años de prisión.
Los antecedentes laborales de Herrera (55 años) muestran, sin embargo, que el barra con domicilio en el Gran Bell, uno de los countries más exclusivos de la zona, también figuró como empleado de la Cámara de Diputados bonaerense, tras pasar por el Senado provincial, aunque no consta a qué legislador o bloque político debía responder.
Herrera no fue el único barrabrava y miembro de la banda criminal que aceptó su culpabilidad en un juicio abreviado, ni que figuró como empleado de la Legislatura. Ángel Custodio Yalet (49) fue uno de los encargados de proveer teléfonos y armas de fuego a sus secuaces, actuó como chofer de la banda y figura como empleado en relación de dependencia de la Cámara de Diputados bonaerense.
Yalet operaba, en la práctica, como otro “Chocolate” Rigau, según surge de la resolución judicial que en 2022 convalidó su condena en juicio abreviado a tres años de prisión como miembro de una asociación ilícita.
El barra cobraba “de manera fraudulenta” cheques de la Legislatura que le conseguía su suegro, Hugo Alberto Sini (66) –también empleado de la Cámara de Diputados provincial, en la estratégica Secretaría Administrativa–, lo que consta en testimonios, una planilla Excel de una computadora secuestrada durante un allanamiento y varias escuchas telefónicas.
Los registros laborales muestran, además, que el “Tucumano” Herrera tampoco fue el único de su familia que trabaja o trabajó para la Legislatura. También aparece su hija, Macarena Aylén Herrera (27), pero con el recorrido inverso. Figura primero en Diputados y luego en el Senado bonaerense.
En tanto que Liliana Dora Herrera (57 años), tiene legajo en la Cámara de Diputados provincial, además de constar como aportante a la campaña del Frente Renovador de Massa en 2013. Según reveló la periodista Josefina López Mac Kenzie en el portal de TN, el recorrido del “Tucumano” Herrera aporta otro dato singular. Al parecer, Claudio Albini –quien durante 2023 llegó a viajar a Brasil para alentar a Estudiantes en la Copa Sudamericana– reside junto a su hija, su yerno y su nieta en una vivienda que perteneció antes al exjefe de la barra.
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