Por fin, y a casi un mes de haber asumido, el presidente, Javier Milei, se mudó ayer a la Quinta de Olivos, mientras que durante la jornada lo visitó en la Casa Rosada su pareja, la actriz Fátima Flórez, con quien además iba a pasar su primera noche en la residencia oficial.
Luego de casi tres meses, Milei dejó el Hotel Libertador, que ofició como su residencia y búnker de campaña, para instalarse en la Quinta de Olivos. Según trascendió, el jefe de Estado tenía previsto pasar su primera noche en Olivos junto a Flórez, quien aprovechó ayer su día libre en el trabajo (hace temporada teatral en Mar del Plata) y visitó en la Casa Rosada a Milei, con quien luego salió a saludar a la gente desde uno de los balcones presidenciales.
El primer día de la semana, la humorista e imitadora no tiene programadas funciones de la obra teatral que encabeza en Mar del Plata, por lo que decidió concurrir minutos antes de las 17 al edificio gubernamental de Balcarce 50, luciendo un vestido negro y tacos.
Posteriormente, a las 18.30, Milei y Flórez salieron a saludar desde el balcón a la gente que se se acercó a las puertas de la Rosada y, por último, ambos se retiraron a bordo de un auto oficial, con destino a la Quinta de Olivos.
El mandatario nacional concretó la mudanza a Olivos pese a que aún no pudo trasladar allí a sus perros de raza Mastín Inglés, ya que las refacciones para poder contenerlos no están terminadas.
“Mañana (por ayer) me instalo en Olivos. Lo que pasa es que todavía no se pueden mudar mis hijitos porque sucede que los mastines son muy grandes. Es más, salieron excedidos respecto al promedio de la raza”, explicó Milei el domingo. Y amplió: “Son demasiado grandes. Hay uno que mide dos metros en dos patas. Milton mide dos metros, y pesa más de 100 kilos. La casa que podíamos adaptar para que ellos estén no es una construcción muy fuerte, como para que estén los caniles de hierro y todas esas cosas. Y necesitábamos hacer refuerzos de paredes y demás y esos materiales son importados”.
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