La vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, comenzó a dar sus primeros pasos políticos en el Senado, cámara que presidirá a partir del próximo 10 de diciembre, con una serie de reuniones que incluyeron a la cúpula de la bancada kirchnerista del Frente de Todos, y con los bloques Pro y Unidad Federal, integrada por peronistas disidentes.
Las reuniones fueron absolutamente protocolares y sirvieron para que Villarruel conozca a las autoridades de las bancadas con las que tendrá que convivir una vez que asuma la vicepresidencia de la Nación.
En al menos uno de esos encuentros la vicepresidenta electa dijo que quiere un Senado que funcione, con las comisiones trabajando y que tenga cierta regularidad en la sesiones. También expresó su voluntad de recuperar las reuniones de Labor Parlamentaria, el encuentro en el que los jefes de bloque discuten y acuerdan los temas a tratar en cada reunión.
El panorama planteado por Villarruel contrasta con la impronta de la gestión de Cristina Kirchner, que se manejó durante los últimos cuatro años con llamados a sesiones especiales con un temario impuesto siempre por el oficialismo.
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