Las consultoras que siguen la evolución de la inflación ya proyectan que septiembre tendrá dos dígitos en esa medición, al igual que pasó en agosto pasado, cuando se registró la mayor suba del índice de precios al consumidor en los últimos 32 años.
Un informe de la consultora Ecolatina marca que “Para septiembre esperamos un segundo mes con inflación de dos dígitos. El fuerte arrastre de la segunda quincena resultante del shock que significó el sorpresivo resultado de las PASO, junto con un elevado pass-through del salto discreto del tipo de cambio oficial y la agudización de la incertidumbre que trajo aparejada el cambio de escenario implicarán que la dinámica de aumentos de precios se mantenga elevada e inestable”.
Por su parte, un informe de la Fundación Capital señala que “Los datos muestran que durante septiembre el ritmo de incremento continuó moderándose, aunque aún posicionándose en valores muy elevados: 2,5% en la semana del 28 de agosto al 3 de septiembre y 2,1% entre el 4 y el 10 del mismo mes”.
La inflación de la segunda semana de septiembre habría sido de 2%, mostrando una desaceleración respecto del período previo, según informó el Ministerio de Economía.
Evolución de los precios
El trabajo refiere a la evolución de los precios entre el 11 y el 17 de septiembre.
“Aún cuando estos valores, que rondan el 2% son muy elevados, es importante notar la fuerte baja respecto a los valores de las semanas de agosto”, afirmó le Secretaría.
En la semana posterior a la devaluación, la suba de precios fue de 4,8% y 3,8% en los dos períodos subsiguientes.
En este sentido, el Nivel General del IPC GBA de Ecolatina marcó en la primera quincena de septiembre una suba del 15,3% respecto al mismo período de agosto, registrando el máximo nivel desde que inicia la serie y dando cuenta del arrastre que dejó la segunda mitad de agosto.
Los diversos congelamientos aplicados en las últimas semanas (tipo de cambio oficial, tarifas de transporte, luz, gas, medicamentos, parcialmente en prepagas, combustibles), sumados a una mayor tranquilidad de la brecha en el marco del “dólar soja 4.0”, deberían contribuir transitoriamente a una moderación inflacionaria en lo que queda de septiembre y al menos una parte de octubre.
Sin embargo, los riesgos al alza son muchos, teniendo en cuenta una inercia que se consolida en pisos más altos, la inestabilidad que genera la ausencia de anclas, la escasez de divisas, la inexistencia de un plan integral para bajar la inflación, la distorsión de precios relativos y la falta de confianza del Gobierno para coordinar expectativas en medio de la incertidumbre que genera el panorama electoral actual.
En este sentido, una vez finalizado el “dólar soja 4.0” a finales de mes, las presiones sobre los dólares paralelos podrían volver a acentuarse, en un marco en que coincidirían la menor oferta de divisas del agro en el contado con liquidación (CCL) con una mayor dolarización de carteras ante la incertidumbre electoral. Asimismo, la mejora del tipo de cambio real proveniente de la devaluación post-PASO se agotaría hacia finales de octubre, regenerando las expectativas devaluatorias, lo cual podría ejercer presión sobre la oferta neta de divisas en el Mercado único y libre de cambios (MULC). Estas dinámicas generarían combustible para una nueva aceleración de los precios en las últimas semanas del año.
Por estos motivos, más allá de alguna moderación en el margen en corto plazo, desde Ecolatina estiman para 2023 una inflación acercándose al 170% anual, aunque con cimientos débiles que estarán sujetos al devenir de los acontecimientos políticos y económicos de las próximas semanas.
En las semanas previas a las elecciones primarias (PASO), y tras dos meses de desaceleración puntual en junio y julio (a la zona del 6%), la inflación ya había vuelto a acelerarse en la primera quincena de agosto.
Entre los factores que propiciaron esta primera aceleración están el impacto de la devaluación fiscal de finales de julio (suba del Impuesto País a las importaciones, inclusión del maíz en el “dólar agro”); la aceleración del crawling peg del tipo de cambio oficial (pasó del 7% mensual a la zona del 12%); la escalada de los tipos de cambio paralelos (+10%); y el despertar del precio de la carne vacuna (los precios en Cañuelas ya habían trepado 30%).
Incertidumbre
Posteriormente, el resultado de las elecciones primarias y la devaluación del 22% implicaron un shock que arrojó mayor incertidumbre a la ya vulnerable situación previa. Por un lado, el hecho de no formar parte de un plan integral, y ante la falta de confianza y credibilidad en el marco de una aguda escasez de reservas, hace que la devaluación, más que despejar el panorama, constituya un elemento más que adiciona incertidumbre al escenario macroeconómico, volviendo a desanclar las expectativas inflacionarias.
Asimismo, tanto la fragilidad del contexto macroeconómico como la debilidad política con la que emergió de las PASO el ministro y candidato Sergio Massa, acrecentaron las tensiones en el frente financiero, reflejándose en una mayor volatilidad en los dólares paralelos, dice Ecolatina.
Además, el precio de la carne vacuna al consumidor (+30,2% en agosto, según el IPCVA) tuvo un nuevo impulso tras las PASO, con marcados aumentos en el precio del ganado vacuno: finalmente, durante agosto los precios de la hacienda en pie en el Mercado Agroganadero de Cañuelas treparon en promedio cerca del 50% frente a julio, moderándose los últimos días. Recordemos que el IPC se venía viendo favorecido por el abaratamiento real que mostró la carne vacuna en 2022 y principios de 2023. Tras este salto, según el IPCVA, los precios promedio de la carne vacuna ya trepan casi 125% en los últimos doce meses, acoplándose a la dinámica inflacionaria.
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